Fresa estradense con sabor tropical

El fruticultor estradense que triunfa con el arándano a nivel nacional e internacional, sigue innovando con diferentes variedades de frutas exóticas, entre las que destaca esta llamativa fresa de color blanco.

Javier Agrelo, con su producto estrella, el arándano.

Javier Agrelo, con su producto estrella, el arándano. / Bernabé

A Estrada

La innovación en la agricultura gallega tiene un importante referente en la empresa estradense Biofruit Galicia. Dirigida por Javier Agrelo, este apuesta por cultivos exóticos como su nuevo producto: la fresa blanca gourmet, una variedad poco común en España pero muy apreciada en mercados como el japonés. Con cuatro años de pruebas y ensayos, Biofruit Galicia ha experimentado con diferentes variedades de fresa, importadas desde países como Holanda y Polonia, hasta dar con una opción comercialmente viable.

«Hemos trabajado con varias variedades, pero muchas de ellas eran ornamentales y su producción era muy baja. Finalmente, encontramos una variedad desarrollada por la Universidad de Florida, que estamos probando esta primavera para ver cómo se adapta a nuestro clima», explica Agrelo.

Fresa estradense con sabor tropical

Su apuesta, la fresa blanca gourmet / FDV

La fresa blanca tiene un sabor muy particular, con notas tropicales que recuerdan a la piña. «Es un producto completamente distinto. Su consumo es habitual en Asia y Norteamérica, y aquí en España está empezando a introducirse en Huelva», añade el empresario. A pesar de su exclusividad, Agrelo cree que su fresa puede encontrar un nicho en el mercado gourmet, de donde saca su nombre comercial. La temporada de producción suele extenderse de mayo a julio, con una posible segunda cosecha en diciembre, si el clima lo permite. «No buscamos una producción masiva, sino ofrecer un producto diferenciador. Calculamos recoger entre 2.000 y 3.000 kilos en esta primera fase», augura Agrelo.

Proyectos a largo plazo

En sus fincas de Ancorados trabajan con vistas al futuro, porque como él mismo indica, «La fruticultura no es una cosa momentánea, lleva su tiempo». Esto lo toman como un complemento aparte de sus otros proyectos, con los que sí obtienen gran rentabilidad, como es el caso del arándano, el cual exportan a diversos países de Europa, o la manzana, que también trabaja a gran escala. El arándano rosa, otra innovación, les está dando más problemas por su pequeño tamaño Él no se muestra preocupado, pues ya sabe que la mayor parte de productos de la huerta se producen anualmente, y que la fruticultura requiere un proceso de entre tres y cinco años, para testar las variedades más óptimas y rentables en el mercado.

Por último, Agrelo cree que este sector cada vez está más profesionalizado, y sigue dominado por cultivos más tradicionales como la manzana y el kiwi, pero a él apuesta por la innovación para sorprender a los consumidores gallegos: «Queremos ofrecer algo diferente dentro del mercado local y autonómico. Hay también dos nuevos proyectos que pensamos traer, pero aún no podemos decir nada».

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