Burbujas vintage en la Taberna do Matelo

La Taberna do Matelo, en la calle Loriga de Lalín, es un local muy concurrido sobre todo a la hora del vermú debido a la merecida fama de sus tapas de callos. Pero también por una curiosa colección de medio centenar de gaseosas y sifones confeccionada con aportaciones de sus clientes desde hace casi una década.

Manuel González Méndez, ayer, junto a la colección de gaseosas y sifones elaborada por su clientela. |  Bernabé

Manuel González Méndez, ayer, junto a la colección de gaseosas y sifones elaborada por su clientela. | Bernabé

Coleccionistas hay para todos los gustos y de todos los colores. La historia de los sifones o de los refrescos en general, y de las gaseosas en particular, es bastante asombrosa, porque surgieron como un medicamento en manos de farmacéuticos y pasaron a convertirse en algo popular consumido por todo el mundo. En el centro de Lalín hay un establecimiento hostelero colecciona unas y otros gracias a la generosidad de su extensa y concurrida clientela.

Sifones «Fernow» o «El Danubio Azul», y agua de seltz «La Pontevedresa». |  Bernabé

Sifones «Fernow» de Lalín y «El Danubio Azul» de Laro. / Bernabé

La Taberna do Matelo lleva casi una década situada en la calle Loriga de la capital dezana después de que Manuel González Méndez, Matelo para los amigos, dejara la Taberna da Praza, el local más antiguo del municipio para instalarse donde se encuentra hoy. «Tengo la colección desde que hace casi diez años nos vinimos para la calle Joaquín Loriga», indica Matelo sobre la curiosa colección que atesora de antiguas botellas de gaseosa y sifones. Lo mejor es que su dueño no tenía pensado reunir el medio centenar de ejemplares con los que cuenta: «Si soy sincero, yo no tenía ninguna de mi propiedad cuando comenzó todo esto. La verdad es que los clientes empezaron a traerme tanto gaseosas como sifones y yo las fui poniendo en la estantería, que es donde están ahora». Es más, Matelo tampoco recuerda cuál fue el primero que le dejó una gaseosa o sifón para que lo conservara porque, como afirma, «no me preguntes quién fue el primero que me dejó una gaseosa o un sifón porque no me acuerdo».

Burbujas vintage en la Taberna do Matelo

Agua de seltz de "La Pontevedresa". / Bernabé

El compendio de botellas de todos los tamaños y colores que se pueden ver en la Taberna do Matelo tienen una variada procedencia. Los ejemplares son todos españolas. En su mayoría de Galicia, pero también de Salamanca y otras partes de España. Entre los sifones destacan ejemplares de los «Fernow» de Higinio Fernández Novoa de Lalín o, también, los «Danubio Azul» de Laro. La Pitusa, La Pontevedresa o Feijoo son otras de las emblemáticas marcas de gaseosas y sifones que se pueden contemplar detrás de la barra esperando la llegada de nuevos modelos. «Algún cliente me comenta que va a traerme alguna botella pero, después, se les olvida», se lamenta el dueño del establecimiento sobre lo parada que lleva últimamente la recopilación de botellas. «Lo cierto es que todo el que entra por la puerta se para a verlas con mucha curiosidad porque somos los únicos en Lalín con esta colección», explica Matelo.

«Orejonas» de madera

Otro de los rincones que llaman la atención en el local es la colección de 15 Copas de Europa de madera conseguidas por el Real Madrid, equipo del que Matelo es un fiel aficionado. «Lo de las Copas de Europa es otra cosita diferente. Las mandé hacer en una carpintería de Silleda por medio del láser para que salieran bien. Estoy esperando por la de este año para ampliar el número a 16. Desde luego, tengo espacio para estas y otras tantas», asegura este hostelero lalinense.

Entre unas cosas y otras, la visita al local no deja a nadie indiferente, sobre todo en lo que a clásicos refrescos gaseosos se refiere.

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