El Tecor de Lalín presenta a Unións un plan piloto para reducir daños de jabalí

Propone que el guarda valide los destrozos en fincas, en lugar de los agentes ambientales, para reducir trámites | Pide a la Xunta un programa informático para elaborar un censo

Miembros de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín ayer, con representantes de Unións Agrarias.

Miembros de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín ayer, con representantes de Unións Agrarias. / Cedida

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

El año pasado, las batidas por daños de jabalí en los campos de maíz de Lalín se extendieron hasta casi principios de agosto, debido al volumen de destrozos que se notificaron a la Xunta. Como la temporada de caza no remata hasta finales de febrero (este año lo hace el día 23), este animal retrasa su reproducción hasta precisamente la época de siembras, «aumentando considerablemente los daños, ya que las madres son mucho más activas de lo habitual» a la hora de buscar comida para su piara.

Cobertura solo hasta 2.750 euros

Hace cuatro años, la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín había presentado a la entonces directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo, un plan piloto para agilizar los trámites en esas actuaciones por daños. Ahora, el Tecor retoma esta propuesta, que ayer presentó a Unións Agrarias y que el próximo jueves dará a conocer a Asaga. Cuando una explotación tiene daños de jabalí en sus fincas, suele contactar directamente con el Tecor, pero de forma paralela hay que realizar una denuncia ante Medio Ambiente, que envía a técnicos para que valoren los daños y después se permite la acción de los cazadores: perros atrailados para mover al animal, batidas de dispersión, esperas y en último caso batidas con muerte. «Pueden pasar dos días entre los daños y la acción del cazador», calcula José Luis Montoto, presidente de los cazadores.

En esos dos días, los destrozos pueden ir a más, y el problema está en que la administración solo cubre daños hasta 2.750 euros. «Aunque sean 30.000 euros de pérdidas, los ignora, y pueden tardar meses» en ser retribuidos, añade el secretario general de Unións, Roberto García.

¿Cuál es la alternativa que proponen los cazadores de Lalín? Pues que en lugar de esperar a que vengan los agentes a certificar los daños, sea el propio guarda del tecor de Lalín (Rodeiro también lo tiene) quien los valore y se los transmita a la Dirección Xeral de Patrimonio Natural. La directiva del Tecor determinará qué actuaciones se llevan para frenar los estropicios y que serán ejecutadas por varios equipos de cazadores, con sus jefes de cuadrilla. El guarda de la sociedad se encargará además de notificar a la administración la intervención de estas cuadrillas.

Aumento del furtivismo

Según qué medida tomar, se precisarán más o menos cazadores. «En una batida debes tener ocho personas, pero en una suelta es suficiente con una o dos», apunta el presidente del Tecor, que estima que esta propuesta recorta los tiempos de acción hasta el punto de que «si los daños fueron de madrugada, podríamos intervenir ya durante la mañana siguiente», evitando así que los destrozos de la finca fuesen a más y que los daños sí entrasen dentro de esos 2.750 euros que abona la Xunta.

Daños en una finca de Fontecabalos.

Daños en una finca de Fontecabalos. / BERNABE/JAVIER LALIN

En esta propuesta, también sería ideal que la administración facilitase a la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín un programa informático que permitiese recoger la ubicación de los animales abatidos para obtener un censo más preciso, así como las zonas de más densidad, dado que la distribución no es homogénea en las 32.000 hectáreas del Tecor. El plan piloto alerta, también, de que la lenta actuación debido a los trámites que marca la Xunta provoca «un aumento del furtivismo para autocontrolar las fincas, con la peligrosidad que esto conlleva».

Este plan piloto, tras su aprobación por la Xunta, podría extenderse a otras áreas. Unións lamenta que si el gobierno asumió la gestión de los daños del lobo, descarga en cazadores y ganaderos la organización de batidas y la asunción de las pérdidas.

La edad media del cazador supera los 50 años

La Sociedade de Caza e Pesca de Lalín dispone de seis cuadrillas de jabalí y, pese a tratarse «de un Tecor modélico» en su ayuda cada vez que se denuncian destrozos, no puede evitar que el problema del jabalí vaya a más. Basta ver los datos de esta temporada: agotó sus 235 precintos de inicio y ha pedido un incremento de 100. El secretario xeral de Unións, Roberto García, recuerda que en Lalín buena parte de los ganaderos son cazadores, y viceversa. A diferencia de con otros tecores, aquí no se reclamó la compensación de daños por vía judicial. «La caza social es la única herramienta para luchar contra el jabalí», añade. El problema radica en que en el tecor lalinense, la media de edad de los cazadores supera los 50 años, y el relevo generacional no está asegurado.

A este desinterés por la caza se suma, como apuntó José Luis Montoto, la activación de Explotaciones Cinegéticas Comerciales, que solo gestionan la caza menor, de modo «que pueden ser un problema para la gestión del jabalí», recalca. Es algo a lo que se enfrenta, por ejemplo, el monte comunal de Bermés, que ha solicitado su segregación del tecor lalinense para ceder los derechos de explotación de caza a una firma ourensana.A entender de los cazadores, la Xunta tiene que modificar ya la Lei de Caza, «porque de seguir así, los tecores pueden desaparecer». En la actualidad, las sociedades cinegéticas tienen que hacer frente a un seguro que cubra no solo los daños en cultivos, sino también los que producen los animales en accidentes de tráfico. El avance del jabalí arrasando maizales es tal que «en algunas zona ya ni se planta», lamentó el secretario de Unións Agrarias.

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