La caza menor confirma la densidad de perdiz y problemas para recuperar conejo
Comenzarán a repoblar ya en enero en los biotopos del Monte Carrio | Aumenta la población de liebre en Lalín, Dozón, Rodeiro y A Estrada | El zorro también gana en densidad y los cazadores ya no ven animales con sarna
Este lunes, 6 de enero, remató la temporada de caza menor, y lo hizo con un balance desigual según de qué especie hablemos: mientras las repoblaciones de conejo siguen sin asentarse, quedan perdices de años anteriores ya perfectamente aclimatadas al entorno, y la liebre también mejora sus números, aunque sea poco a poco.
Tanto la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín como la de Rodeiro, el Tecor de Dozón y la Sociedad Deportiva Río Ulla, de A Estrada, confirman que la temporada de caza de conejo ha sido mala. Su densidad resultó inferior a la de la temporada anterior en Dozón, «pero no por la meteorología, sino por los propios animales», que en muchos casos pasan de un alimento a base de pienso (que les aporta fibra) a alimentarse de hierba demasiado verde y muy rica en proteína, que puede desencadenar en diarreas mortales. José Rodríguez, el presidente del Tecor, echa en falta proveedores que vayan introduciendo de forma paulatina en la dieta de este animal cuando se desteta alimento verde, para que vayan aclimatándose. «Lo ideal sería repoblar en verano, con la hierba seca, pero debe ser en primavera», aduce.
La meteorología sí ha servido para propagar pestes, debido a un otoño muy cálido y un invierno recién estrenado en el que apenas hubo heladas que acabasen con los virus. En Rodeiro, ese calor provocó «que en noviembre los perros localizasen varios conejos muertos», muy probablemente por plagas. Para que los conejos se aclimaten cuanto antes, Rodeiro ya está realizando desbroces y siembras durante esta semana, como indica su presidente, Álvaro Juiz, «y habrá más en marzo».
También comenzarán las siembras de conejo en este mes en Lalín, pero empleando biotopos. Arrancará en los que se crearon en la comunidad de montes de Busto, en el Monte do Carrio, y se extenderán a otros biotopos donde esta especie está muy mermada. «No sabemos el porqué de estas dificultades para que la población de conejo se asiente, así que no nos queda otra que hacer trabajo de campo» para aclarar si el problema viene de los proveedores o de que los animales no se adaptan. Es más, pueden ser animales que, aún estando vacunados, lleguen a padecer otras enfermedades o cepas. El presidente de los cazadores lalinenses, José Luis Montoto, adelanta que este trabajo de campo «va a llevar años».
Granja de Mouriscade
¿Podría solventar el problema que las sociedades cinegéticas comprasen al mismo proveedor? Puede. Por eso una opción sería que la antigua granja de perdices de Mouriscade, parada desde 2015, recuperase actividad bien con esta especie o bien como criadero de conejos, tal y como propuso hace tiempo el Tecor de Dozón. «Me consta que desde el Concello están trabajando duro» para devolver la labor cinegética a este complejo, que además podría acoger actividades didácticas, apunta Montoto. «Tenemos un proyecto muy arduo, y lleva casi un año parado», a la espera de conocer noticias desde la administración.
El conejo y la liebre no suelen compartir territorio, y esto puede explicar que la segunda vaya ganando en densidad. Está vedada en los terrenos de Río Ulla, «donde podemos ver algunas, después de muchos años», explica el presidente, Manuel Sanmartín. Sí es un animal que puede abatirse en Rodeiro, donde los cazadores han visto grupos de hasta ocho ejemplares. La liebre suele vivir en terrenos donde hay perdices, otro animal que parece haberse asentado en la zona, llegando a quedar parejas que crían. En Lalín la densidad de perdiz lleva años estable, y en A Estrada, donde se repobló con 700 ejemplares, durante estos últimos meses los cazadores han podido ver bandos con hasta 12 aves. En Dozón el balance también es positivo, puesto que «repoblamos antes de iniciar la caza y también en diciembre. Se adaptaron muy bien», señala el presidente del Tecor, José Rodríguez.
Es en este Tecor donde, recién acabada la temporada de conejo, ya hay dos cuadrillas de alta para la batida de zorro (desde el 7 de enero hasta el 9 de febrero). Rodríguez confirma un incremento muy notable de ejemplares de zorro, y sanos, algo que no ocurrió en años anteriores debido a la sarna, una enfermedad que puede transmitir a los perros y también al lobo. El zorro suele ser uno de los principales depredadores de conejo, junto a otra especie pero de caza mayor: el jabalí.
También hasta el 9 de febrero puede ampliarse la caza de arcea, cuya presencia en estas tierras depende siempre del frío que haga en el norte de Europa. «La arcea suele entrar en Galicia con la primera luna llena de noviembre, que cae a mediados o a finales de mes», apunta José Rodríguez. «Nosotros tenemos una densidad mala porque ya no vienen inviernos como antes. Por ejemplo, la arcea igual viene de Rumanía y, si el tiempo acompaña, ya se queda en Francia». Sí es mejor su densidad en tierras lalinenses, mientras que en A Estrada «tenemos menos que el año pasado. Vamos a ver qué pasa durante la prórroga». El entrenamiento de perros de arcea se prolonga hasta el 15 de marzo, con vistas a elaborar un censo.
Segregación del monte comunal de Bermés
En marzo de 2024, la Sociedad de Caza e Pesca de Lalín daba a conocer la solicitud de segregación del monte vecinal en mano común de Bermés, en el Monte do Carrio. Es una parcela de más de 100 hectáreas cuyos derechos de caza menor quieren ceder los comuneros a una empresa privada de caza, de modo que la caza mayor quedaría sin gestionar. La Consellería de Medio Ambiente sí autorizó esa segregación, contra la que la sociedad de cazadores presentó un recurso de alzada. Es la primera segregación que se tramita del tecor lalinense. «Seguiremos luchando. Es cierto que las comunidades de montes tienen su derecho a gestionar sus tierras, pero esta segregación es un atropello», remarca Montoto.
Tanto los comuneros como los dueños de parcelas particulares tienen que dar su autorización cada vez que un tecor quiere realizar desbroces o quemas controladas para eliminar monte viejo y favorecer el hábitat del conejo. Hay ayudas de la Xunta para crear biotopos, para desbroces o siembras de cereal. El problema está en cómo se demora el proceso: «tramitas la ayuda en enero, pero los agentes vienen a mirar las fincas en septiembre u octubre, y vuelven después para comprobar los trabajos» que el tecor tiene que pagar por adelantado y que a veces tiene que realizar en noviembre, en plena temporada de caza, como cuestiona José Rodríguez. «Lo ideal sería poder realizar estos trabajos ahora, en época de veda».
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