Amanece dañado y vandalizado el edificio de la plaza Mestre Mateo

Los vecinos del número 2 de la plaza Mestre Mateo de Silleda vivieron una madrugada ajetreada del viernes al sábado: grupos de jóvenes accedieron al interior del edificio en distintos momentos de la noche y realizaron actos vandálicos, además de causar daños en la decoración navideña exterior. En la contigua calle Camiño do Castro, bajo una carpa, se celebraba una fiesta pre-fin de año; hay otras dos, los días 31 de diciembre y 5 de enero. «Era visto, se sabía que algo iba a pasar, que la iban a armar», alegan propietarios afectados.

La cosa empezó pronto. Hacia las once la noche, un vecino ya se encontró a tres o cuatro chavales en el garaje. Les echó fuera, pero una hora después volvió a bajar y había en torno a una decena, que también se fueron por las buenas cuando se lo pidió. Más tarde llegó a haber una treintena de personas en el portal, calcula un residente. El caso es que el edificio amaneció con un extintor del primer piso vaciado en el portal de entrada, cuya cerradura estaba reventada. Había orina en la salida del ascensor al garaje y colillas en las escaleras.

Pero los actos vandálicos afectaron también a la estación de esquí en que convirtieron su plaza por Navidad, pese a que estaba rodeada por una cinta de la Policía Local. Se colgaron en el telesilla, rompieron la reja del iglú y se llevaron elementos como la cabeza de un muñeco o la cola de uno de los animales de madera.

Los daños para la comunidad podrían llegar a 500 euros, sin contar los trabajos de limpieza realizados por los propios vecinos, calcula el que ayer acudió a denunciar los hechos a la Guardia Civil de Lalín, pues el cuartel de Silleda estaba cerrado. Previamente, ya habían alertado a través del 062 para que enviase una patrulla, que acudió al edificio por la tarde a realizar una inspección ocular de los daños causados y elaborar un informe para adjuntar a la denuncia.

«No puede ser que organicen una fiesta y digan que solo son responsables de lo que pasa dentro de la carpa», comenta uno de los residentes, que lamenta que se limitaran a controlar únicamente el acceso a la carpa. «Este es el único edificio colindante, con que alguien de la organización saliese a controlar un poco ya no hubiese pasado nada», añade. El edificio Fariña González tiene otro portal, el número 7 de Condes de Deza, en el que no constan daños.

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