El pesebre más grande de Silleda

La parroquia silledense de Taboada cuenta desde hace años con un belén singular. El nacimiento de la familia Ferreiro Costa sorprende tanto por sus dimensiones como por la calidad de su acabado final.

Alicia Costa posa delante de su belén en Taboada.

Alicia Costa posa delante de su belén en Taboada. / Bernabé/Javier Lalín

Silleda

La vivienda familiar de los Ferreiro Costa es desde más de 15 años punto de encuentro de los amantes de los belenes. En este caso, el pesebre del número 5 de Taboada tiene una más que merecida fama a tenor de la calidad del trabajo llevado a cabo por parte de Fernando, hijo del matrimonio que luce orgulloso su nacimiento. «Empezó hace más de 15 años y cada año le va añadiendo cosas nuevas», explica su madre, Alicia Costa, sobre el detallado trabajo de su vástago.

El belén de Taboada llama la atención tanto por sus medidas como por la calidad de los elementos que lo componen. Junto a las figuras se aprecian un lavadero, un molino o una panadería hechas a mano por Fernando. También llaman la atención las casitas realizadas con una mampostería a escala donde se alojan un molino con agua corriente y varias figuras de mujeres lavando una pequeña tela o incluso un farero. Y todo sobre un manto de musgo cuidadosamente colocado en forma de tapetes.

Alicia Costa desvela además que el montaje del enorme belén tampoco le suele llevar mucho tiempo a su hijo debido a la costumbre que repite cada año: «Él se pone ahí durante dos tardes para tenerlo todo montado», explica su madre. Alicia no recuerda si las figuras que adornan su belén en un número superior a la centena son de barro o de plástico pero sí que «son todas pequeñitas y se ven muy bien en todas las casitas puestas».

Detalle del pesebre de la familia Ferreiro Costa en Taboada.

Detalle del pesebre de la familia Ferreiro Costa en Taboada. / Bernabé/Javier Lalín

Estancia especial

Para poder contemplar el enorme nacimiento de los Ferreiro Costa no es necesario entrar en la casa de la familia. El pesebre está instalado en una especie de comedor anexo a la vivienda, donde ocupa parte de la estancia. «El día de Nochebuena siempre comemos allí y por eso no queríamos que ocupase todo», asegura la matriarca del clan sobre la ubicación final del belén en un lugar donde estorbe lo menos posible. Alicia Costa no puede ocultar su satisfacción tras el trabajo que un año más ha llevado a buen término su hijo Fernando. Preguntada por las más que probables visitas de algunos colegios de la zona para admirar su belén, Alicia Costa asegura no saber nada del asunto por ahora.

Y es que si de algo puede presumir el belenismo es de ser un arte efímero, de apenas unos días de duración y de imposible repetición: cada belén es único y nunca podrá ser igual de un año para otro.

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