El belén más vivo de A Estrada

Inauguran el Nacimiento de 15 metros de la iglesia, con plantas, peces, río, ocho fuentes y figuras móviles

Isabel Villamor y el párroco 
guiaron ayer al alcalde por
 este belén.

Isabel Villamor y el párroco guiaron ayer al alcalde por este belén. / AC

Ana Cela

Ana Cela

A Estrada

Dicen que un belén que se precie tiene que quedar montado el día de la Inmaculada. A Estrada inauguró ayer el Nacimiento más grande de todo el municipio, el que cada año –con mucho trabajo, mucha paciencia y, sobre todo, mucho arte– monta la estradense Isabel Villamor en la iglesia parroquial de San Paio. Aficionado confeso a estas representaciones –acaba de terminar de instalar en casa el suya–, el alcalde, Gonzalo Louzao, quiso asistir en la tarde de ayer a esta inauguración. Lo hizo acompañado por el párroco, José Antonio Ortigueira, la propia Isabel Villamor y los ediles Amalia Goldar, María Carmen Durán y Alfonso Figueiras.

«Este año queríamos reforzar la apuesta por los atractivos navideños que tenemos en A Estrada y este belén es uno de ellos», dijo el alcalde, después de que el Concello incluyese por vez primera esta inauguración en la programación de Navidad. Remarcó el trabajo desinteresado y minucioso de Villamor y su familia como artífices del montaje. «Es una representación exhaustiva y completa que fue creciendo tanto que ya casi ocupa la mitad de la nave de la iglesia de San Paio, que no es poco», dijo el mandatario. Quiso, mientras contemplaba las muchas escenas presentes en esta recreación, «lanzar el mensaje de que en A Estrada también hay belén y que este es un elemento de visita indispensable».

Hasta el templo parroquial no dejaron de llegar desde las 18.00 horas de ayer visitantes para contemplar un belén que alcanza los 15 metros –con hasta 5 metros de ancho en algunas partes– y en el que el agua vuelve a adquirir gran protagonismo. Tiene río y ocho fuentes, con una bomba nueva que genera la impresión de un gran caudal fluyendo y dando vida a todo el espacio. Los peces llegarán en los próximos días, cuando el cloro se haya evaporado un poco. Como viene siendo habitual en la composición, las escenas asisten al paso del tiempo, de tal manera que amanece y va anocheciendo en Belén, gracias a todo el entramado de cables que no se ve, como todo el esfuerzo que hay detrás de la recreación.

La vida llega también a este Nacimiento a través de distintos elementos naturales, como el trigo o los pequeños arbustos que simulan naranjos, junto a otros cultivos en miniatura. A mayores, un sinfín de figuras móviles imprimen dinamismo a la estampa. Isabel Villamor reconoció que no podría precisar cuántas figuras hay ya en este belén, pero se cuentan por cientos. Guardarlas, tras pasar la Navidad, será otra odisea que durará días, cuidando de protegerlas debidamente y de ir almacenándolas en sus cajas por escenas, para que resulte más fácil el montaje del año que viene. No obstante, quedan muchos días por delante para no perder detalle.

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