Las Aldeas de Nadal se quedan pequeñas en su jornada inaugural

Si el pasado viernes más de uno nos vimos desbordados por la emoción durante la presentación de los cuatro escaparates mágicos (e incluso días después, cuando volvimos a visitarlos), imagínense qué se siente rodeada de niños ansiosos por visitar ocho poblados hechos a su medida y en los que no falta detalle para que comprendan la importancia de la Navidad como celebración familiar pero también la relevancia de vecinos ilustres de Lalín.

Es cierto que la Aldea de Papa Noel, en la Praza da Igrexa y que pasa por ser una de las más grandes, estuvo abarrotada por momentos, dado que acogió la jornada inaugural. Pero la gran novedad de este año son tres casitas de la Aldea das Estrelas, que se unen a la de Ramón Aller y que están ubicadas junto a la escultura de Francisco Asorey dedicadas a este astrónomo, otra «estrela» de la cabecera dezana y muy próxima a la Aldea de Papa Noel. Un avión corona la casita de Joaquín Loriga, en cuyo interior se nos recuerda que cubrió la distancia entre Madrid y Filipinas en 18 etapas. La de Matemático Rodríguez luce tres planetas sobre su techo, dado que este científico de Bermés pudo, entre otras cosas, reproducir la teoría de Isaac Newton sobre la forma achatada de la tierra en los polos. Y la sorpresa de Laxeiro no está encima de su casa, sino dentro: hay cuadros a escala en sus paredes.

Para sorpresas, las que tuvo la jornada inaugural, tras las intervenciones de los políticos. El músico lalinense Pachi, acompañado del coro infantil Luis Areán, interpretó un clásico de las fiestas navideñas, Que canten los niños, compuesto por José Luis Perales y que se hace tan necesario en estos tiempos en que las guerras están truncando las vidas, las familias y la ilusión de tantos jóvenes. Y conforme este singular villancico llegaba a su fin, alumnos y exalumnos de la escuela de Donramiro portaban velas encendidas, como símbolo del comienzo de la Navidad en Lalín. Una sesión de fuegos artificiales llenó aún más de luz, si cabe, la Praza da Igrexa para dar paso ya a la apertura de las aldeas. El alcalde, José Crespo, acompañado de una cuenta atrás que corearon pequeños y mayores, abrió las cancillas de madera para que la Aldea de Papa Noel se llenase de vida.

Un proyecto «de recorrido»

Momentos antes el regidor y otras autoridades políticas realizaron breves intervenciones para poner en valor la trascendencia que tienen ya las Aldeas de Nadal a nivel gallego. Abrió el turno de declaraciones el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, que quiso recalcar la ayuda de carpinteros locales en aquella primera edición de las Aldeas, y que fue el primer paso para un proyecto «que tiene un gran recorrido». La concejala Karen Fernández, junto a Luchi Iglesias, ha ido dando forma conforme pasan los años a unas Aldeas de Nadal «que llegaron para quedarse y que son un tradición del pueblo». Si Rodríguez incidía en que la Navidad es sinónimo de ilusión, regalos y descanso de la temporada escolar para los niños, el director de la Axencia de Turismo de Galicia, Xosé Manuel Merelles Remy, está convencido de que estos poblados van a ser un reclamo turístico para Galicia, pero no solo para los gallegos. «El turismo en Galicia es una de las potencias económicas, y los extranjeros suponen ya el 30% de los turistas» que visitan nuestra comunidad.

Aldeas de Nadal cuenta con el respaldo de la Axencia Turismo de Galicia y de la Dirección Xeral de Consumo, así como de la Diputación. El director xeral de Consumo, Gabriel Alén, ya acudió a la inauguración de los Escaparates Máxicos y del alumbrado, y ayer volvió a visitar Lalín para felicitar a los vecinos estas fiestas y asegurar que esta iniciativa va a tener un impacto económico positivo en el comercio y la hostelería. Por su parte el titular de la Diputación, Luis López, recordó que en esta edición se cumple la petición que le hizo Crespo durante su primer encuentro institucional: que la administración provincial colaborase con el proyecto lalinense. La Aldea Gastro, ubicada en la futura Gran Praza, está patrocinada por la Diputación, mediante un aporte económico de 60.000 euros. Para López, con las Aldeas de Nadal «ponéis a Lalín en el primer nivel, igual que las ciudades, y tenéis que estar orgullosos».

Una Aldea de Belén

Las Aldeas de Nadal cuentan con ocho poblados, si tenemos en cuenta el nacimiento colocado junto al templo de As Dores y que es otra de las novedades de este año. Así, junto a las mencionadas Aldea de Papa Noel y Aldea das Estrelas, podemos visitar la Aldea da Música en la Praza da Vila (muy cerca de la Aldea Gastro). En el Parque de Loriga tenemos la Aldea dos Trasnos, próxima a la Aldea do Apalpador, en la Praza das Pipas. Cierra la oferta la Aldea dos Reis Magos, junto al viejo consistorio y actual biblioteca. Habrá un tren, que cuesta un euro, para poder visitarlas y de paso hacer un recorrido por el casco urbano. Los poblados pueden visitarse hasta el 12 de enero.

Son, como recordó Luis López, una oportunidad para conocer el interior de la provincia y, como ha dicho en varias ocasiones el regidor, un reclamo para atraer visitantes más allá de los eventos vinculados a la Feira do Cocido. Crespo reconoció que antes de las Aldeas la Navidad lalinense «era más bien débil» en cuanto a oferta lúdica para los de fuera. Pero, en vista de la expectación de ayer y de las visitas de las cinco ediciones anteriores, nadie pone en duda que en diez años, si no ocurre antes, «serán un referente de la Navidad en toda Galicia», como aseguró el alcalde.