La temporada de caza de jabalí llega a su ecuador con el cupo de precintos al 50%
Las dos cuadrillas de Rodeiro abaten 15 piezas en un día, porque las piaras se agrupan para defenderse de los ataques del lobo | Los daños en los prados se intensificarán cuando regresen las lluvias y aumente la humedad del suelo

Una de las dos cuadrillas de jabalí de Rodeiro, este sábado, con las 11 piezas abatidas. / Cedida
Ayer se cumplieron tres meses de la apertura de la temporada de caza de jabalí, que permanecerá abierta hasta el 23 de febrero. Estamos, pues, en el ecuador, y el uso de los precintos sigue un ritmo idéntico al del año pasado, ya que los tecores consultados han gastado ya en torno a la mitad del cupo.
«La densidad de animales es similar a la de 2023, pero en el caso del Tecor de Lalín, comenzaron a cazar ahora en puntos limítrofes del municipio de Agolada, y por eso ahora tenemos más piezas en la zona de Goiás, Cercio o Palio», explica el presidente, José Luis Montoto Iglesias. Los cazadores de las seis cuadrillas de Lalín solicitaron en total para esta campaña 240 precintos, y ya emplearon 140. «Tenemos grupos que han matado entre 9 y 11 jabalíes en una sola jornada, incluso en días con lluvia», debido sobre todo a «que tanto los perros como los cazadores están muy preparados».
Rastro con perro atrailado
Funciona muy bien, en este sentido, el sistema que emplea la cuadrilla Os Xustos, de Dozón. Por la mañana localiza los rastros de jabalí con perro atrailado, y por la tarde la caza de piezas se organiza teniendo en cuenta cuestiones como «colocar a los mejores tiradores en las principales vías de escape del animal, o emplear un rifle en lugar de una escopeta, porque ésta es menos precisa y resulta más idónea para la caza menor», según explica José Rodríguez. El presidente del Tecor de Dozón señala que a estas alturas de la temporada gastaron 49 precintos del cupo inicial de 100. Y decimos cupo inicial porque siempre se pueden solicitar más sellos, eso sí, a razón de un euro cada uno. Y aquí José Luis Montoto es tajante: no estaría de más que la administración costease estos precintos, en vista de que obtiene ingresos por la licencia de caza y los tecores están contribuyendo a controlar una población de fauna salvaje que puede ser portadora de enfermedades como la tuberculosis, la enfermedad de Aujeszky, la peste porcina... Da cierta tranquilidad saber que «la parte norte es la más sana de España, con el 30% de jabalíes enfermos, porque en Extremadura y más hacia el sur el porcentaje sube al 70%», añade Rodríguez.
Los dos cazadores señalan que las últimas jornadas, con sol y un rocío nocturno que permite conservar el rastro del animal, han sido muy buenas para cazar. Basta con ver la cifras de Rodeiro: una de sus cuadrillas abatió este sábado 11 animales y la otra, 4, en Pedroso y Guillar. Puede ser que el jabalí escape de la presión de los cazadores de concellos vecinos, o que se instale en Deza para pasar el invierno a base de bellotas, castañas y las lombrices que pueda comer en prados, sobre todo cuando regresen las lluvias y haya más humedad en el suelo. Pero en el caso de Rodeiro, la razón de esta densidad de jabalí radica sobre todo en su único depredador: el lobo. El presidente de la Sociedad de Caza de Rodeiro, Álvaro Juiz, indica que «estamos viendo piaras más grandes, porque las madres con crías se unen para defenderse de los ataques de lobo. Es una técnica habitual». Semanas atrás, alguna ganadería de Rodeiro sufrió una incursión de este carnívoro, y cazadores de este municipio ya pudieron ver ejemplares a primera hora de alguna mañana que salieron a cazar. En el caso de Rodeiro, con un cupo de 117 precintos para jabalí, ya están usados 38.
Emergencia cinegética
A la hora de solicitar los precintos para la campaña de jabalí, los tecores suelen tener como referencia los empleados en la temporada anterior. «Es muy importante tener los precintos cubiertos de esa temporada y no quedarse cortos a la hora de pedir los siguientes», porque es un criterio que tienen en cuenta las aseguradoras a la hora de firmar la póliza con el tecor. Esas pólizas cubren los daños de la caza que cause accidentes de tráfico, y para José Rodríguez si cubriesen además los daños en agricultura, podrían ser la alternativa a la emergencia cinegética que declaró la Xunta el 11 de octubre.
"Los tecores de Ribadeo y Lugo tienen denuncias que les reclaman más de 30.000 euros por daños"
Esta declaración permite abatir animales todos los días, pero es que los cazadores no tienen disponibilidad como para salir a cazar a diario. «La alternativa es que la administración presione a las compañías para que nos haga un seguro de daños. La aseguradoras nos dicen que esto no es posible, porque aseguraríamos algo que no nos pertenece, pero tampoco son nuestras las carreteras, sino de Fomento, y sí cubrimos los accidentes por fauna. Podría ser un seguro para actividad agraria, voluntario y solo en aquellas zonas del tecor con cultivos», apunta el presidente de Dozón. Pero el de Lalín le replica que esta opción no sería viable «porque provocaría que las aseguradoras de ganaderos y de tecores se denunciasen entre ellas», y recuerda que ya hay una línea de ayudas de la UE y otra de la Xunta para daños, «pero si los ganaderos saben que los tecores tienen un seguro de daños en cultivos, van a ir a por ellos». En Ribadeo o Lugo ya hay denuncias que reclaman más de 30.000 euros.
El corzo, el animal salvaje que menos enfermedades transmite
Los tecores dezanos son muy claros a la hora de valorar la efectividad de la emergencia cinegética. «Es un parche para echarse el muerto fuera, nosotros no podemos salir a cazar todos los días y es un deporte que no resulta barato, y que nos costeamos nosotros», apunta José Rodríguez. Desde Lalín, José Luis Montoto se manifiesta de forma idéntica, «la administración solo nos presiona, pero lo único que podemos hacer es cubrir los precintos e intentar que los ganaderos estén tranquilos» al tener sus cultivos a salvo. Para Montoto, tampoco funcionaría la alternativa que Álvaro Juiz de declarar esa emergencia cinegética no en octubre, sino en la primavera, con la siembra de maíz y para evitar tener que sembrar por segunda o tercera vez. Montoto esgrime que siempre se cazó en otoño, y que permitir la caza de jabalí en primavera (más allá de actuaciones por daños) podría afectar a la cría de la caza menor.
En todo caso el jabalí es, de lejos, la especie de caza mayor con más riesgo tanto para las explotaciones ganaderas como agrarias. Y en el extremo opuesto se encuentra el corzo, que además mucha menor densidad, claro. Es el animal salvaje con menos enfermedades transmisibles, hasta el punto de que la larva que le causa la miasis y que puede matarlo está aprendiendo a convivir con él.
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