La academia estradense de la sororidad

Las clases de artesanía en cuero, una novedad de este año.

Las clases de artesanía en cuero, una novedad de este año. / Cedida

Ana Cela

Ana Cela

Es una palabra que se repite cada vez más para referirse a algo que existe desde siempre, aun cuando nunca está suficientemente potenciado. Lo explica bien la presidenta de la Asociación Mulleres da Estrada, Kim Llobet. «Nos la llevamos de paseo todos los días, pero no tiene donde dormir». Con ello señala dónde está la clave: la sororidad no solo necesita ser nombrada, necesita ser practicada y compartida. De ahí la importancia de actividades como las que cada año fomenta, en mayor medida, Mulleres da Estrada, con el principal objetivo de tejer una red femenina con la que crecer juntas. El programa para el curso 2024/2025 acaba de ponerse en marcha y las propuestas son múltiples y variadas, pero en todas ellas subyace el mismo cometido: compartir entre diferentes generaciones y perfiles de mujeres, en beneficio de todas.

Alumnas en el aula de labores.

Bolillos, la reina de las actividades. / Cedida

Quien piense en Mulleres da Estrada como un colectivo de amas de casa se equivoca. Y mucho. Evidentemente, la asociación nació con ese nombre, en un momento bien diferente al actual. De ahí que haya mudado su propia denominación para adoptar, hace años, la de Mulleres da Estrada. Bajo este paraguas se abrigan féminas estradenses con circunstancias, perfiles y edades de lo más variopinto, desde las 18 a las 92 primaveras. Este año, todas juntas disfrutan de un programa que se va configurando por sugerencia y petición de todas las integrantes, tirando de la colaboración de las socias para compartir sabiduría y habilidades.

Bolillos, la reina de la actividades.

Bolillos, la reina de la actividades. / Cedida

La semana comienza los lunes con pintura y club de lectura, reservándose los martes para una de las propuestas con mayor tradición, tirón y alumnas: bolillos. «Es la reina de las actividades», dice Llobet. También en la tarde de los martes está el taller de cuero, una de las novedades de este año, con la artesana Mari Carmen Oca como profesora. En cada una de las clases las alumnas idean y ejecutan la pieza.

Los talleres de cuero, novedad de este año.

Clase de pintura. / Cedida

Los miércoles llega otro clásico: labores. Desde croché a punto, pasando por distintas técnicas de bordado. Este mismo día hay cestería, una propuesta que se alterna en su convocatoria con las sesiones de Art Deco. Para los jueves está programada Descontextualizar Arte, una sugerencia pendiente de arrancar que busca ofrecer una segunda vida a múltiples objetos cotidianos a través de la creación artística. Y con arte, en este caso pictórico, vuelve a cerrarse la semana, incluyendo una cita con Alrededor del té y otra pendiente que se ha bautizado como El tiempo entre costuras.

A todo ello se suman otras sugerencias periódicas, como la sesión de Cinencontros cada último lunes de mes, viendo y comentando una película en Minicines Central. De igual modo, para los próximos meses Mulleres da Estrada tiene en agenda un taller de elaboración de turrones (18 de noviembre) y otro de decoración –de forma económica– de una mesa navideña. Antes de que lleguen las fiestas habrá también un taller de Cociña de Nadal, en colaboración con el Restaurante Velis Nolis (será el 11 de diciembre).

Mulleres da Estrada decidió abrir este año su programación a mujeres no socias, si bien han de abonar un suplemento de 10 euros mensuales para las clases que pagan las socias o de 15 euros en aquellas aulas que son gratuitas para las integrantes del colectivo.

«La actividad es una excusa para socializar y ayudarnos», asume Kim Llobet. «Si tienes una idea, aquí recibimos sugerencias», remarcan. Es así, a base de compartir, cómo van tejiendo fuertes redes de la sororidad. Todo hilo que quiera sumarse es bien recibido.

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