Ganaderos al límite: «Entre el lobo, el jabalí y la EHE, todo son problemas»

La Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias urge a la Xunta a a reducir «de inmediato» la población de cánidos en las comarcas de Ordes, Arzúa, Deza y Tabeirós

susana lópez carbia

O Pino

Manolo Castro Calvo no recuerda un momento tan difícil en los años que lleva al frente de la SAT Castro de San Gregorio. Mientras enumera los problemas que en los últimos tiempos comprometen el día a día de las explotaciones, sus más de 100 vacas recorren una de las fincas de Gonzar, en O Pino, donde pacen a diario. A la cabeza va Carlota. Tras ella, Pantoja, Zanahoria, Peregrina y Quintana —que debe su nombre a que nació el día que la entonces conselleira Rosa Quintana visitaba la explotación— avanzan por un prado por el que de vez en cuando también asoma el lobo.

Manolo Castro ha tenido suerte este año, pero cuenta que muy cerca de su propiedad el cánido ha matado recientemente siete vacas de leche en una explotación, ocho terneros en otra y seis becerros en una casa de turismo rural próxima, por donde los propietarios lo han visto rondar en varias ocasiones. «La dueña tiene miedo de que los lobos lleguen a atacar a los peregrinos», relata. «Si no se toman medidas, habrá que poner un cartel que diga: ¡Peligro! Lobos sueltos», añade.

«Todo son palos en el camino. Entre el lobo, el jabalí, la EHE, la brucelosis... todo son problemas. Estamos prácticamente al límite», dice el ganadero, muy preocupado por las consecuencias que van a tener en muchas explotaciones los destrozos causados por el jabalí en los cultivos de maíz. Daños a los que en días pasados se sumaban los provocados por el temporal Kirk, que se cebó especialmente en comarcas coruñesas como las de Ordes y Xallas. «Se calcula que se van a sacrificar unas 14.000 vacas», alerta.

Castro se pregunta por qué la Xunta «tardó tanto» en autorizar la caza sin restricciones del jabalí en 260 municipios, el 85% del territorio gallego. «No se entiende que tome la decisión ahora que están cebados, una vez que se han comido el maíz», lamenta.

Para evitar más daños en las explotaciones ganaderas, en este caso los causados por el lobo, la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) urge a la Administración autonómica a «reducir de inmediato» la carga de población de cánidos en las comarcas de Ordes, Arzúa, Deza, Tabeirós y la Mariña de Lugo, entre otras.

En una misiva remitida a la directora xeral de Patrimonio Natural de la Xunta, Marisol Díaz Mouteira, los responsables de Agaca explican que los lobos «comienzan a pasearse cerca de las personas, vigilan a los animales constantemente y buscan el momento oportuno y la oscuridad de la noche para atacarlos». Más aún. Sostienen que en zonas como O Pino merodean varias manadas de lobos, que, según las estimaciones de vecinos y ganaderos, suman más de veinte ejemplares.

Los cooperativistas insisten en que el lobo en Galicia «no es» una especie en peligro de extinción, sino que «está en franca y descontrolada expansión». Es por ello que piden un «nuevo sistema» en el que la gestión de las poblaciones de lobos reduzca los «riesgos» para el ganado que se ve afectado por esta situación y que garantice su bienestar.

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