La partitura del Versalles gallego

Las redes sociales dan, de cuando en vez, alguna alegría a los amantes de la historia y sus curiosidades. A través de los perfiles de individuos, grupos o entidades especializadas, aquellos usuarios legos en la materia –aunque curiosos– pueden saciar su interés con pequeñas píldoras que van circulando entre los interesados. Un ejemplo de ello son dos planos del Pazo de Oca, uno de los principales atractivos turísticos de A Estrada.

La Asociación para defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal) fue una de las entidades que se hizo eco de la publicación realizada, a su vez, por una arqueóloga que está realizando una investigación sobre la familia Oca, aunque en su rama ourensana. El presidente de Apatrigal, el estradense Carlos Henrique Fernández Coto, concordaba ayer en señalar la belleza de estos planos, remarcando que resulta mucho más habitual la difusión de este tipo de documentos cuando se corresponden con edificaciones urbanas y no tanto con las que están enclavadas en un ámbito rural.

El también arquitecto pone el acento en que se trata de una planimetría en la que se observa la clara intencionalidad del autor de elaborarlos con sumo esmero y cuidado en los detalles, de ahí que hasta estén armónicamente coloreados. "Un plano es imprescindible para construir algo, desde una máquina a un edificio. Que se le ponga tanto cariño y empeño implica que hay una intencionalidad", apunta. "Entendemos que un plano como este es patrimonio cultural en sí mismo: con un contenido material que es el propio plano, pero también inmaterial, por ser lenguaje. Es como una partitura", reflexionó el presidente de Apatrigal.

Con este documento datado en 1809 se topó la investigadora Nieves Amado Rolán. Explica que los halló buceando en la información que pone a disposición del público la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, propietaria del Pazo de Oca, en el transcurso de la investigación que está realizando sobre la familia de Oca, "pero no la de la rama de A Estrada, sino de la rama de Ourense", matizó. "Me encantan los planos antiguos", expone Amado Rolán, que resalta la belleza de los que esbozan la construcción del pazo (con su distribución) y de sus afamados jardines, los mismos que le valen el sobrenombre de Versalles Gallego. "No estaban en los archivos habituales y no es fácil encontrarlos", reconoció.

Natural de Laza, Nieves Amado está estudiando la historia de los Señores de Oca en su rama ourensana, "que eran los Señores de Laza", a través de la familia Oca Sarmiento.

Así es el espectacular pazo conocido como "el Versalles Gallego": entre hermosos jardines y estanques a una hora de Vigo

Tanto el Pazo de Oca como sus jardines son el resultado de la transformación de una primitiva fortaleza medieval, con huerta y jardines. La inspiración para llegar al conjunto arquitectónico y paisajístico que visitan cada año miles de personas en la parroquia estradense que lleva su mismo nombre llegó del palacio cortesano del Barroco y, posteriormente, de las innovaciones románticas y paisajísticas aplicadas a los jardines de los palacios reales.

Sus primeros vestigios materiales se remontan a mediados del siglo XV, siendo contemporáneos a los primeros señores de Oca: Álvaro de Oca y su hijo Suero. El pazo conserva tres tipos de edificación: el palacio, la capilla –dedicada a San Antonio de Padua– y viviendas unifamiliares. Considerado un palacio diociochesco, a principios del siglo XVIII se reedificó la vieja torre medieval.

La imponente construcción y el marco que le proporcionan sus monumentales jardines le han granjeado ese sobrenombre como Versalles Gallego. Miles de turistas acuden cada año a visitar el vergel, especialmente en el momento en que estalla el florecer de sus centenarias camelias. Desde hace unos años la Fundación Ducal Medinaceli ha abierto el interior a las visitas guiadas, permitiendo un mayor conocimiento de este patrimonio, ejecutado con la lectura de una brillante partitura firmada, en su obra de 1809, por Pedro Peinador.

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