La temporada más alta del año pilla al sector de la hostelería con una crisis de mano de obra

Capean como pueden la campaña estival, con dificultades de contratación y carencia de personal cualificado | La falta de interés y la mala reputación del sector, principales razones de la situación según los empresarios

Javier Rey (izquierda), juno a uno de sus camareros en el Bar Invictus.

Javier Rey (izquierda), juno a uno de sus camareros en el Bar Invictus. / Bernabé/Javier Lalín

ZOEL OTERO

A ESTRADA

La hostelería estradense afronta su temporada alta en un momento complicado. Y es que en los últimos años los empresarios del sector en la zona han sido noticia en varias ocasiones debido a una crisis de personal, ya que a diferencia de antaño los establecimientos tienen una gran dificultad para encontrar nuevos empleados, en especial cuando a ello se le añade la posibilidad de que el trabajador se quede a largo plazo. Como consecuencia, y aunque los empresarios afirman que la temporada alta la van afrontando como pueden, el sector continúa intentando recuperar sin éxito la productividad previa a la pandemia, en la que fue una de las actividades más castigadas.

Uno podría pensar en un primer momento que el problema es monetario; sin embargo, los hosteleros estradenses coinciden en que el factor económico no es el obstáculo a la hora de conseguir gente dispuesta a trabajar en hostelería. “La gente ahora prefiere otras cosas. Y, de la que viene, mucha no aguanta la carga de trabajo”, indica la hostelera Adriana Abelleiro, dueña de la Sala Gradín y, desde el año 2022, presidenta de la Asociación de Hosteleros de A Estrada. De esto también habla Javier Rey, dueño de cuatro establecimientos de este tipo en la localidad, que indica lo complicado que ha sido el simple hecho de encontrar personal. “El problema ahora mismo es que no hay profesionales. La gente joven no se está metiendo en hostelería, cuando antes era algo que muchos hacían al acabar el instituto”, declara. “Ahora mismo los camareros cobran mucho mejor que antaño, con mejores condiciones, pero ni siquiera así conseguimos encontrar gente. Y mucha de la que encontramos lo hace a corto plazo, con intención de dedicarse a otra cosa”, detalla el empresario.

Por la contra, en el Grupo Valenciaga han conseguido sobreponerse a esta situación gracias a su plantilla actual, con la que cuenta desde varios años, si bien no saben cuanto tiempo se lograrán mantener así. “Siempre hemos tenido gente desde el principio de la crisis porque tenemos un equipo bastante antiguo, aunque tenemos una generación de gente que está terminando sus carreras universitarias y nos da algo de miedo el momento en el que marchen a trabajar de lo suyo”, declara su fundador y gerente, Óscar Rivas. “Esto es un problema a futuro, porque es difícil encontrar gente preparada que quiera venir”, indica el hostelero.

Además, Rey también señaló los problemas que esto está causando durante el período estival, en plena temporada alta, si bien en su caso estas fechas no están siendo tan malas. “Nosotros nos estamos apañando, aunque tenemos problemas para encontrar cocineros. Se me fueron tres personas justo antes de las fiestas de A Estrada y tuve que meter a gente nueva que aprendiese sobre la marcha”, declara. “A veces necesitas llamar a gente extra por diferentes motivos, pero de momento estamos solucionando la situación bastante bien”, confirma Rivas.

Un sector ¿abusivo?

Asimismo, los tres empresarios apuntan a un factor concreto que, según ellos, es la clave detrás de este problema. Y es que, a pesar de los cambios que se han realizado, el de la hostelería sigue siendo considerado, a juicio popular, como un campo altamente difícil, con condiciones de trabajo muy duras cuando no abusivas. “Se piensa que la hostelería es como antes, y que trabajas 18 horas. Y en la gran mayoría de casos no es así”, declara Abelleiro. “Por desgracia venimos de tiempos en los que la gente se pasó mucho tiempo explotando a sus empleados, y por culpa de esto se piensa que la situación sigue siendo así”, indica Rivas, quien también opina que en la actualidad las condiciones laborales del sector son “mejores que nunca”. De esto también se hace eco Javier Rey, quien apunta a una gran mejora no solo en materia salarial sino también en cuanto a flexibilidad laboral. “Ahora mismo un camarero podría estar mejor que cualquier otro empleado: hay horarios, diferentes turnos según el día y se cobra por nómina, con festivos aparte”, detalla el hostelero.

Enfoques diferentes a la hora de afrontar la situación

Los empresarios del sector hostelero en A Estrada se han visto obligados en varios casos a tomar medidas en su modus operandi personal, tanto a la hora de intentar conseguir personal como para retener y sacar el negocio adelante con los existentes. “Hemos declinado proyectos en algunas ocasiones, con el objetivo de no causar una sobrecarga de trabajo”, indica Abelleiro. Además, la gerente de la Sala Gradín ha destacado su apuesta por la formación del personal para ayudarlo a aprender y mejorar como profesionales.

Por su parte, Rey ha apostado por seguir la línea de la flexibilización de jornada, de manera similar a la de las grandes cadenas. “Para evitar la acumulación de fatiga, estamos optando por un modelo de trabajo a media jornada, con turnos de 4 y 6 horas, que es algo que están haciendo empresas como Primark y que de momento nos está funcionando bien”, declara. Además de ello, el empresario ha dejado de abrir los domingos para dar ese día libre a sus empleados.

Finalmente, Rivas ha optado por seguir con buena parte de su estrategia –si bien admite una bajada de eventos–, dado el buen funcionamiento que ha tenido para su negocio. En su lugar, Valenciaga apuesta por una tarificación más alta que permita mejores salarios. “Tenemos un precio por hora más alto que la competencia, y nuestros empleados en nómina cuentan con un mes de vacaciones, pero seguimos haciendo jornadas continuas”, indica a FARO el empresario.

Un problema ¿sólo de la hostelería?

A la hora de abordar la crisis de mano de obra que padece la hostelería local, los empresarios han querido alertar de que no es exclusiva de este sector. Y es que Abelleiro, Rey y Rivas coinciden en que este es un problema que afecta a un gran número de áreas. “Tengo amistades en diferentes sectores y en todos han notado este problema”, indica la dueña de Sala Gradín.

Por su parte, Rey fue más allá, asegurando que se trata de una situación que afecta a todo tipo de trabajos que impliquen un mayor componente físico “Esto es algo generalizado. La gente actualmente no quiere dedicarse a un oficio y, en consecuencia, nos estamos quedando sin nadie que aprenda labores como la de albañil, fontanero o carpintero. Y como no cambie la situación solo va a ir a peor”, declara.

De esto también se hizo eco Rivas, quien nota la ausencia de gente que se dedique a trabajos manuales a la vez que el trabajo con un mayor componente intelectual crece exponencialmente. “Hay varias áreas en las que podría incluso decirse que sobran empleados, mientras que en otras áreas con un componente más físico ocurre todo lo contrario”, afirma. “Si buscas empleados para un banco o bufete los vas a encontrar a raudales; por la contra, si le preguntas a un fontanero, a un albañil o a un electricista, estos te irán que no hay relevo generacional ya que, además de haber pocos, los que están ya tienen una edad”, apunta el empresario. “A día de hoy todo el mundo busca otra clase de trabajo y, aunque esto es completamente lícito, la situación es la que es”, finaliza el dueño del Grupo Valenciaga.

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