Casa Currás da el estirón con un nuevo local

El decano de las casas de comidas de Lalín inaugura espacio en Rosalía de Castro

El nuevo Currás abrió ayer tarde sus puertas en la calle Rosalía de Castro de Lalín.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El nuevo Currás abrió ayer tarde sus puertas en la calle Rosalía de Castro de Lalín. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Ángel graña

El emblemático restaurante Casa Currás de Lalín tiene desde ayer una nueva sede. En plena temporada del cocido sus propietarios han decidido trasladarse a un bajo situado en el número 13 de la calle Rosalía de Castro para seguir ofreciendo un servicio que pretenden sea más cómodo para su amplia clientela. Alberto González reconocía ayer estar “a tope” para que todo saliera según lo previsto en el día en el que el decano de la casa de comidas de la capital dezana mostraba al público el que será a partir de ahora su espacio principal sin dejar de lado la tradicional sede de la céntrica Praza da Igrexa.

El nuevo local del Currás es un bajo de 100 metros cuadrados de superficie que, tal y como van las reservas en plena campaña del cocido, no tardará en llenarse. Alberto González explica que “es un sitio con 17 mesas que serán 18 contando la que irá instalada en el reservado que hemos hecho y tiene una capacidad para más de 80 personas en total”. Se da la circunstancia de que el “nuevo” Currás también tiene una barra que por el momento no estará abierta porque sus propietarios apuestan por ir “poco a poco” a medida de que se vaya superando la siempre agotadora campaña dedicada al plato por excelencia de la gastronomía lalinense. En este sentido, desde el Currás se recuerda que son de los restaurantes que sirven cocido todo el año, aunque siempre por estas fechas la demanda se dispara de forma exponencial debido a la cercanía de la celebración de la Feira do Cocido en la capital dezana.

Horarios

El nuevo Currás de la calle Rosalía de Castro irá de forma paulatina abriendo al público, tal y como destaca Alberto González. La idea es contar con horarios de 13.30 y 20.30 horas durante los fines de semana durante la época más fuerte del cocido. Después, el local podría ofrecer solamente comidas hasta el período de Semana Santa, un extremo que todavía necesita ser meditado por sus responsables en función de la demanda existente. Porque la experiencia recomienda “que vayamos atendiendo las peticiones de cocidos para tener contentos a nuestros clientes”, añade González. De todas formas, la familia González tiene claro que “el Cocido es algo que va a más” en relación a la feria de exaltación de un producto que ha convertido a Lalín en el epicentro de la gastronomía gallega más universal.

Al cierre de esta edición, clientes y amigos no dudaban en pasarse por el Currás de Rosalía de Castro para compartir con sus propietarios un momento que quedará para siempre en su memoria. Manuel Vázquez Méndez y Esperanza Álvarez Granja estarían orgullosos de ver cómo ha crecido el local fundado por ellos en el lejano 1941 de la mano de sus descendientes. Su bisnieto Alberto explicaba no hace mucho que “lo mío es vocacional. También debo reconocer que lo mamé desde pequeño; ya me va en los genes. Crecí en la cocina y ayudé desde que pude”. En este sentido, tiene claro que “la esencia sigue igual, lo que prima es el cocido de Lalín que es de lo que vivimos la mayoría de los negocios en el municipio”. El reto ahora consiste en seguir llenando el salón del nuevo establecimiento hostelero de la capital dezana, algo que ya va buen camino a tenor de las peticiones que siguen llegando al local, tal y como subrayan desde los fogones del histórico restaurante.

Sea como fuere, la temporada alta del cocido pondrá a prueba sin duda alguna a la nueva referencia del Currás en Lalín. Alberto González insiste en no tener prisa a la hora de intentar consolidar su establecimiento. Priorizar el confort entre las personas que lo visiten será fundamental para agrandar la leyenda del tradicional bodegón.

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