Siluetas de diferentes familias se plantaron ayer en el césped del Pazo de Xerlís de A Estrada. Todas ellas tenían una leyenda común: La maravillosa locura de pensar con el corazón. En una mañana radiante, familias llegadas de distintos puntos de Galicia se dieron cita en este hermoso paraje de la parroquia estradense de Guimarei. Más de 250 personas compartieron una jornada de convivencia en el Encuentro de Familias Acogedoras de Cruz Roja en Galicia. Todas ellas compartían esa maravillosa locura.
El director xeral de Familia, Infancia y Dinamización Demográfica, Jacobo Rey Sastre, participó en el acto de bienvenida. Lo hizo junto al alcalde de A Estrada, José López Campos; la presidenta de Cruz Roja en Galicia, Mercedes Casanova Díaz; el presidente de la asamblea comarcal de Tabeirós-Terra de Montes, Juan Soutelo Dopazo, y la edil estradense de Benestar Social, Amalia Goldar. Tras el acto inaugural, los niños se enfrascaron en los juegos diseñados por Anacos Educativos, mientras que los adultos se sumaron a una sesión de intercambio de experiencias. Fue entonces cuando los presentes pudieron conocer en primera persona la vivencia de Luis Martín y Lorenzo Mateos como familia acogedora, mientras que Álvaro Romero narró la suya como joven exacogido. El programa incluyó una charla formativa a cargo de Mercedes Santaló y se realizaron diversas actividades lúdicas y talleres.
Jacobo Rey y José López coincidieron durante sus intervenciones en el agradecimiento de la solidaridad y cariño mostrado por las familias que dan el paso para realizar un acogimiento. El director xeral reiteró el compromiso del ejecutivo gallego de seguir reforzando los servicios y programas de atención a los menores para atender todos los casos de posible desprotección Rey también destacó el compromiso de Cruz Roja con el programa de acogimiento familiar de la Xunta. Subrayó que esta colaboración resulta fundamental para que los menores que están tutelados por la administración autonómica puedan tener la seguridad, educación y cariño que necesitan mientras se solucionan las circunstancias que les impiden vivir con sus familias.
Cualquier persona
A través del lema “La maravillosa locura de pensar con el corazón”, Xunta y Cruz Roja adaptan la reflexión del filósofo Friedrich Nietzche de que en el amor hay siempre algo de locura, pero también en la locura hay siempre algo de razón. Con ello se da forma a una campaña que apela directamente a la parte emocional. Los diferentes tipos de familia que se recogen también en la campaña reflejan que cualquier persona –matrimonio, pareja, con o sin hijos, de cualquier condición social, ideología o creencia– puede ser familia acogedora y vivir también esta maravillosa locura de pensar con el corazón.
Cruz Roja gestiona el programa de Familias Acogedoras en colaboración con la Consellería de Política Social. En estos momentos hay 244 menores que están siendo acogidos en Galicia y 100 están a la espera de acogimiento. Entre ellos hay grupos de hermanos y menores con alguna discapacidad o necesidades especiales. La red de familias acogedoras de Cruz Roja en Galicia está formada por 326 familias, pero siempre se necesitan más personas dispuestas a colaborar ya que, de este modo, habrá más posibilidades para dar la respuesta más ajustada a nuevos casos, teniendo en cuenta las características y necesidades de los menores.
Este acogimiento busca ofrecer un hogar a niños y niñas que de forma temporal no pueden vivir con su familia de origen; un hogar en la que reciban todo el cuidado y seguridad que necesitan mientras su familia de origen atraviesa una situación de dificultad. Solo hay un requisito imprescindible para ser familia acogedora: no tener finalidad adoptiva. El equipo técnico de Cruz Roja acompaña a las familias desde el primer momento y durante todo el proceso de acogimiento.
“Recibimos cada día mucho más de lo que damos”
Vanesa María Baños Constenla y Jose Cutrín Castro son vecinos una familia de A Estrada que experimenta en carnes propias esa locura de pensar con el corazón. En junio de 2019 se animaron a dar el paso de convertirse en acogedores de una niña de 15 días, una pequeña que continúa en su hogar y que ya tiene cuatro añitos. “La ayuda es recíproca. Nosotros le damos a ella y ella nos da a nosotros todos los días un montón de cosas. Recibimos muchísimo más de lo que podemos darle”, explican.
Esta pareja se aventuró con el programa tras conocerlo a través de las redes sociales. Tienen dos hijos y se animaron a ayudar a esta pequeña y a su familia biológica. “Ella conoce a su familia. La va a visitar cada 15 días y nosotros la hacemos conocedora de dónde viene, de por qué hacemos la visita; quiénes son su mamá y su papá; por qué ella no puede estar con ellos en este momento. Queremos que sepa que, aunque esté con nosotros, nosotros la queremos mucho, pero ellos la quieren mucho también. Eso es algo importante. Ella tiene que saber que es querida en los dos sitios” , relata Vanesa.
Indica que en todo momento son conscientes –e intentan que la pequeña, pese a su corta edad también lo sea en su medida– de que las circunstancias de la vida no le permiten estar con sus padres biológicos y tiene esta segunda familia que también la adora. “Le agradecemos también a su familia que no pongan pegas, porque para ellos también es a veces duro que sus hijos estén con otra familia”, asume esta estradense. El acogimiento familiar es una medida de protección de la infancia que tiene un carácter temporal. En casa de Vanesa y Jose se es consciente de ello, aunque se reconoce que es algo en lo que, en la práctica, no se puede estar pensando a diario. “Es verdad que todos los días eres consciente, sobre todo cuando te toca ir a las visitas, de que ella en cualquier momento puede marchar. Pero no podemos estar pensando que se va a ir y cuándo se va a marchar. Disfrutamos de nuestro día a día. Es más, eso nos ha enseñado a disfrutar nuestro día a día con nuestros hijos y entre nosotros”, dicen. La pareja recomienda el acogimiento, pero recalcan la importancia de ser conscientes de que hay que aprender a vivir con la incertidumbre. “Hay que ser consciente de que, tanto con tu hijo biológico como con un pequeño que está en acogimiento contigo, a lo mejor su camino se separa del tuyo”, reflexionan.