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Las carpas, un sector emergente en el que las empresas no pueden hacer frente a la demanda

En la zona solo hay dos entidades dedicadas a esta actividad | El aumento de eventos en exterior y el cierre de la competencia por la pandemia explican el alto volumen de trabajo | El metro de esta estructura ronda los 7 euros

Carpas Deza montando una de sus estructuras en el Campo da Feira Vello de Lalín.

Cada vez es más frecuente que se celebren eventos al aire libre tanto en invierno como en verano, y muchos de estos es común que se cuente con carpas o estructuras cubiertas desmontables. Es por ello que las empresas que se dedican a alquilarlas e instalarlas han notado en los últimos años un repunte en la demanda. En las comarcas de Deza y Tabeirós tan solo existen dos entidades activas dedicadas a este sector: Carpas Deza Espectáculos, afincada en Lalín y Us Eventos, en A Estrada. Ambas afirman que el volumen de trabajo aumentas año a año y que en muchas ocasiones se ven en la obligación de decir que no a clientes por falta de infraestructura para hacer frente a las peticiones. No obstante, este “boom” de las carpas tiene varias explicaciones.

Según explican desde Carpas Deza de Lalín: “es cierto que la demanda aumenta, en nuestro caso ya lo notamos con respecto al año pasado, hay un exceso de trabajo”. “Creemos que el motivo es una combinación entre que cada vez las carpas son más populares y que muchas empresas que se dedicaban a esto cerraron durante la pandemia” añaden.

Si bien es difícil determinar el presupuesto de una de estas estructuras, pues depende del tamaño y las características de cada una de ellas, en Carpas Deza sitúan el precio estándar en 7 euros el metro. En total disponen de 3.000 metros de infraestructura que se monta por módulos en función de las necesidades de los eventos. “Nosotros siempre trabajamos con fiestas, por ejemplo, pero este año el aumento de festivales ha repercutido positivamente en el negocio” destacan. Asimismo, también ofrecen servicio a otro tipo de clientes: “hay gente que necesita pantallas, o una decoración más específica” narran.

Por su parte, en Us Eventos la situación es muy parecida. El responsable, Álvaro Rodríguez, explica que entre la poca competencia y la alta demanda en el mercado actual los ha llevado a ampliar su abanico de oferta: “antes no trabajábamos con verbenas y fiestas, pero mucha gente nos llama porque las empresas a las que contrataban antes han cerrado y están dispuestos a aceptar nuestros presupuestos, que son de carpas de otro tipo de características, porque no tienen mucha más opción”.

En relación a los presupuestos, en Us Eventos también ven difícil establecer una cifra, pues depende de muchos factores: “Ahora cobramos el tiempo de desplazamiento y de montado, cosa que antes no, por lo que no será el mismo precio para una carpa aquí que la misma en Ourense” expone Rodríguez. Con todo, confiesa que “no solemos coger contratos por menos de 1.000 euros, no por nada sino porque ya no nos llegan peticiones de esas características”.

Por otro lado, ambas entidades coinciden en que la pandemia fue crucial a la hora de generar este cambio en el mercado de carpas, pues esta fue en gran medida la causante de que los eventos en exterior estén tan en boga y que, como aclara Rodríguez: “Antes solo se usaban en invierno, pero ahora también se piden mucho en verano”. Otra postura en la que están de acuerdo es que la tendencia es al alza y que este sector está en plena etapa emergente.

“Imposible encontrar personal cualificado”

En un momento en el que sobra el trabajo, Us Eventos y Carpas Deza Espectáculos deben hacer frente a un reto insorteable: la falta de personal cualificado. Esta es, además, una de las razones que motivó el cierre de muchas empresas, al no existir relevo generacional. Así pues, Álvaro Rodríguez de Us Eventos lamenta que “al ser un trabajo físico es difícil encontrar gente joven que quiera probar, y personas cualificadas ya es imposible”. Lo mismo ocurre en la entidad dezana, donde afirman: “Somos nosotros quienes formamos en muchas ocasiones, pero por lo general los jóvenes duran un año y se van, prefieren trabajos de interior, sin tanto esfuerzo físico”. Pese a esto, aseguran que los salarios son buenos y que se trata de un sector con futuro.

Subidas vertiginosas en aluminio y plástico

El gremio de las carpas no escapó a la crisis de los materiales, con subidas vertiginosas en los precios del aluminio y el plástico, llegando a doblar incluso los costes de prepandemia, lo que ha repercutido en aumento del gasto de la empresa al hacerse con nuevas estructuras.

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