Es una imagen que no necesita explicación. Cruces o ramos de flores al pie de una carretera resultan inconfundiblemente evocadoras de la pérdida y el dolor por una vida segada sobre el asfalto. “Si recorremos la N-541 desde Pontevedra a Ourense o desde Ourense a Pontevedra podemos ver cómo, tristemente, siguen aumentando las cruces y ramos de flores por la cantidad de víctimas que a lo largo del tiempo va teniendo la nacional N-541”, expresó ayer el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela. “No queremos que esta vía sea un cementerio, queremos que sea una vía regular para el tráfico rodado, las mercancías, los transportes, una acceso para que viajen seguros los autobuses que llevan a nuestros niños y jóvenes a sus centros educativos. Queremos, en definitiva, que sea una vía llena de vida”, añadió. Con sus palabras el munícipe resumió las pretensiones de los alcaldes que conforman el Pacto de Pedre, un foro que ayer celebró en Cerdedo su tercera reunión de trabajo para reactivar la petición de medidas que reduzcan la siniestralidad en una N-541 que comparten todos los territorios representados ayer por sus respectivos mandatarios locales.
La de ayer fue, además, la primera reunión del Pacto de Pedre que se produce tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo. Aunque hubo cambios en los equipos de gobierno de estos siete ayuntamientos, se incide en que se conserva intacta la intención de seguir reivindicando una mejora integral de la N-541, por encima de cualquier posicionamiento político. “Es un frente institucional que no representa a partidos, sino a nuestros vecinos y territorios”, remarcó Cubela.
Al encuentro, celebrado en la sede municipal de Cerdedo, asistieron la alcaldesa de Boborás, Ana Patricia Torres Madereira; el teniente de alcalde de Beariz, Tomás Sancho; el alcalde de Punxín, Manuel Vázquez Fernández; la alcaldesa de O Irixo, Susana María Iglesias Fernández; el alcalde de Maside, José Manuel Iglesias Araujo; el teniente de alcalde de O Carballiño, José Manuel Dacal Fernández, y el propio mandatario de Cerdedo-Cotobade. Cabe recordar que el Concello de Forcarei se desmarcó del Pacto de Pedre desde la propia sesión fundacional, pese a que la N-541 también atraviesa este municipio.
Piden más respaldo
Entre los acuerdos adoptados por unanimidad de los presentes figura solicitar una reunión con alcaldes de Pontevedra y Ourense –como concellos cabeceras de comarcas– así como con los presidentes de las diputaciones de ambas provincias, al objeto todo ello de ampliar el respaldo institucional al trabajo que están realizando los alcaldes agrupados en torno al Pacto de Pedre. Además, acordaron trasladar una moción conjunta a los plenos de sus respectivos concellos para adoptar diversos acuerdos.
El primero es pedir a todos los grupos políticos representados en el Parlamento de Galicia que apoyen las iniciativas de los regidores del Pacto de Pedre con la intención de trasladarle al Gobierno Central la necesidad de acometer una mejora integral de seguridad en la N-541. También pretenden pedir a la Cámara gallega que realice una declaración de apoyo a esta agrupación e instar al Gobierno de España a que acometa, “con la mayor urgencia posible”, una actuación de mejora integral en el trazado de esta carretera nacional que conecta Pontevedra y Ourense. Defienden que esta intervención se realice en la totalidad del recorrido, “de tal manera que se garantice la seguridad de la vía y se reduzca la elevada siniestralidad que presenta”.
Celebrada en medio de una importante expectación mediática, esta tercera sesión de trabajo del Pacto de Pedre supone una revitalización de este foro de alcaldes unidos por el fin común de ver mejoradas las condiciones de seguridad de una carretera que atraviesa todos estos municipios y que presenta un importante volumen de tráfico diario. La N-541 es una vía de titularidad estatal que vertebra gran parte del territorio gallego y que da servicio a una población de “más de 218.000 habitantes”, según recalcaron los alcaldes en el momento del alumbramiento de este foro. Inciden en que sirve también, en gran medida, como eje de conexión entre las Rías Baixas y el Eje Atlántico con el interior de Galicia y la Meseta, por lo que es una comunicación “vital desde el punto de vista estratégico” que se encuentra “en un nivel de conservación preocupante”.