Tercera sesión, en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra –las anteriores fueron el 27 de junio y el 20 de julio– por un delito contra la salud pública del que están acusados un vecino de A Estrada, otra de Silleda y una tercera persona residente en Vilagarcía. La vista se prolongó durante toda la mañana y en ella comparecieron diversos agentes de la Policía Judicial y de la Guardia Civil, así como varias personas identificadas como presuntos pagadores y compradores. La defensa del estradense –la Fiscalía pide para él penas de cinco años y nueve meses de prisión–, ejercida por Javier Vasallo, solicitará la libre absolución, alegando la “nulidad” que observa en el procedimiento en relación a aspectos como las intervenciones telefónicas, los registros practicados o la geolocalización de su cliente. Insiste, además, el letrado en que no ha podido acreditarse que hubiese tráfico de drogas y en que, cuando los agentes pararon a su cliente solo pudo encontrársele una cantidad compatible con su autoconsumo. “Es todo un popurrí para ir a por este chico”, opinó.

Desde el comienzo del juicio la defensa ha puesto en entredicho la instrucción del caso. Es más, el abogado presentó como prueba la denuncia remitida a los juzgados de Lalín al detectar diversas irregularidades. En la jornada de ayer se reafirmó en este extremo, asegurando que el testigo principal, con el que habría empezado toda la prospección, se desdijo de su declaración inicial, asegurando que hubo “presión y coacción”, así como una declaración “guionizada” para incriminar al acusado.

“La gente que ha ido a declarar hoy no son ni consumidores”, expuso Javier Vasallo. El abogado de este estradense manifestó también que de las intervenciones y escuchas no pudo derivarse una conversación directa que apunte a un tráfico de sustancias. “No hay tráfico. No hay interceptación ni de drogas ni de dinero”, continuó el jurista, que incide en que los agentes que realizaban esta investigación podrían haber parado a algunos de los que consideraron presuntos clientes o consumidores “y no los pararon”. Continúa esta misma línea argumental subrayando que también podrían haber parado a su cliente en las sucesivas vigilancias y, cuando decidieron hacerlo, tenía una cantidad de cocaína que entra “dentro de la tasa de consumo propio”.

Incautación

Se refiere Vasallo a diciembre de 2021, cuando este vecino de A Estrada fue interceptado por una patrulla de la Guardia Civil, quien le habría incautado, ocultos en el hueco del volante –según figura en el escrito de acusación de la Fiscalía–,un pañuelo con 11 envoltorios de color azul que contenían en su interior una sustancia que resultó ser 7,4 gramos de cocaína, con un valor en el mercado de 443,92 euros.

“No hay ninguna entrega constatada”, sostuvo también Javier Vasallo tras la vista celebrada ayer en Pontevedra. La defensa pone el acento en que ninguna de las imágenes obtenidas durante la instrucción trasladan un tráfico de sustancias. “Son todo circunstancias”, defiende, para hacer seguidamente hincapié en que algunas de estas instantáneas serían compatibles con el gesto de estrecharse las manos o “arreglarse la camisa dentro del pantalón”. Apuntó asimismo que una de las personas que prestaron ayer declaración en sala dijo haberse encontrado en la calle con el detenido por ser “su mecánico”.

Se pregunta también Javier Vasallo que, si existen escuchas, por qué no se montaron operativos para realizar las correspondientes detenciones. “Ninguna de las conversaciones son determinantes”, se respondió. Además, el letrado apuntó que no se pudo constatar “ninguna relación” entre su cliente y las otras dos acusadas, la vecina de Silleda y la de Vilagarcía. La cuarta sesión está fijada para el 17 de octubre a las 12.30 horas.