El largo camino hasta el Dakar

El estradense Javier Campos debutará en la mítica carrera a los 54 años tras varias temporadas mejorando su forma física y su experiencia en carrera

El piloto estradense posa con su montura para FARO en el Monte Cabalar.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

El piloto estradense posa con su montura para FARO en el Monte Cabalar. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Javier Campos nos cita en la laguna de Monte Cabalar, una zona que conoce como la palma de su mano. Allí, con A Estrada y Cuntis a sus pies, el piloto estradense entrena varias veces por semana, mejorando su resistencia y su destreza sobre su KTM. Es solo una parte más del duro entrenamiento que viene realizando desde hace años con un objetivo en mente, el Dakar. Campos será un debutante atípico. A sus 54 años asume que será uno de los mayores dentro de la parrilla de pilotos de la exigente prueba de resistencia y velocidad que a comienzos del 2024 se disputará en Arabia Saudí. Palabras como “sacrificio”, “respeto” o “competitividad” llenan su discurso a la hora de analizar su camino hasta aquí y lo que tiene por delante.

El piloto nos atiende con una sonrisa y una paciencia infinita. “Hay que cuidar a los patrocinadores”, afirma mirando los logos que llenan su moto y su traje. Su aportación es una parte importante para poder vivir esta aventura, casi tanto como su preparación física y su experiencia sobre la moto, dos cuestiones en las que lleva trabajando desde hace años para poder aguantar la exigencia de un Dakar. Tras las fotos, llegan las preguntas, algo a lo que no está acostumbrado pero en lo que ha ido ganando soltura en este tiempo.

Campos está deseando hablar del Dakar y de su reciente participación en el Raid Hellas griego pero en esta ocasión comenzamos por el principio. “Desde que era muy pequeño en mi casa siempre hubo motos. Mi padre tenía una y mis hermanos mayores también. Yo me fui quedando con sus motos cuando era joven hasta que después di el salto a las motos de trial. Estuve unos diez años con este tipo de motos, aunque sin competir. Después de eso comencé a andar con unos amigos en motos de trail, que van por carretera y monte”, recuerda.

Todo cambió sin embargo cuando se lanzó a la aventura en Marruecos. “Hicimos una ruta que se hacía por aquel entonces. Se llamaba Le petit Dakar. Fue en el año 2016. Hicimos más de 2.600 kilómetros en nueve días con motos de trail grandes. Ahí vimos que eso nos gustaba, así que compramos motos más pequeñas para navegar por GPS y Roadbook y hacer trail de monte. La verdad es que tuve mucho feeling y se me da bien, así que fui haciendo diferentes pruebas, con buenos resultados”.

Esas carreras terminaron animando al piloto estradense a dar un paso más, planteándose la opción de ir al Dakar. “Fue a principios del año pasado. Ahí vi que no iba mal en las carreras así que decidí probarme en algunas carreras internacionales importantes. Primero fui al Hellas de Grecia, en el que quedé de 26 y fui a Croacia, donde quedé de 12. Luego decidí al Rally de Marruecos, prueba del Mundial clasificatoria para ir al Dakar. Terminé en el puesto 43, que estaba muy bien. Ahí me ofrecieron ir al Dakar de este año, pero no lo veía factible a nivel físico ni económico. Decidí prepararlo bien durante un año y también ganar experiencia y buscar apoyos”. Tras meses de preparación, terminó en el puesto 11 del pasado Hellas.

Campos cuenta para su aventura dakariana con el respaldo del equipo Joyrice, capitaneado con Armand Monleón y Jordi Viladoms, jefe de equipo de KTM, al frente. Ellos le han marcado que su prueba final sea de nuevo el Rally de Marruecos antes del Dakar, que tendrá lugar a comienzos de año en Arabia Saudí. “Esto es un reto y una aventura personal. Yo no voy a ganar nada con esto. El Dakar es la carrera más dura a importante del mundo para este tipo de motos y todos a los que les gusta este tema les encantaría ir. Yo, por suerte y porque encontré los apoyos necesarios, voy a poder estar allí”, explica un hombre que sabe que tendrá que competir contra pilotos mucho más jóvenes. “La mayor parte de los pilotos de moto en un Dakar tienen entre 30 y 40. Siempre hay alguno más mayor pero lo que no es habitual es ver a un debutante de esta edad”.

“Le tengo mucho respeto al Dakar pero fue en Marruecos donde realmente me di cuenta de la dureza de este deporte por la cantidad de gente que había que sacar cada día del desierto. En estas carreras hay mucho que valorar. Tienes que saber cuáles son tus fuerzas y tu límite cada jornada porque requiere mucho sacrificio. Una cosas es verlo desde fuera y otra estar ahí”, afirma un piloto que reconoce que su objetivo será terminar. “De los 130 pilotos que toman la salida solo unos 80 logran completar todos los días. Mi objetivo es ser uno de ellos. No puedo decir que este fuese mi sueño desde que era pequeño, porque nunca se me pasó por la cabeza que pudiese estar aquí. Era algo inalcanzable pero con el paso de los años vas consiguiendo cosas que no imaginaste, tanto en esto como en la vida”.

Su arma, una exclusiva KTM 450 Rally

Campos, con su moto de entrenamientos.   | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Campos, con su moto de entrenamientos. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN / Lois Docampo

Afrontar con garantías un Dakar ha exigido un gran esfuerzo físico. “Para poder terminar una carrera así tienes que ser medianamente rápido y tener una forma física que te permita aguantar ese ritmo durante tanto tiempo. Es una carrera en la que estás encima de la moto 7 u 8 horas durante catorce días”, afirma un hombre que entrena tres días de gimnasia y dos o tres de moto a la semana. Estos entrenamientos los hace con una moto de enduro preparada para rallyes. “Es una moto de entrenos. Una como esta anda sobre los 18.000 euros. La moto de rallye con la que voy a correr el Dakar anda en unos 38.000. Tiene la misma cilindrada pero es más pesada por los equipos de navegación y el mayor depósito de combustible”. La nueva moto, una KTM 450 Rally de la que solo se hacen 80 al año, llegará a mediados de septiembre, justo para estrenarla en el Rally de Marruecos.

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