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Una iniciativa particular recuperará y pondrá en valor un decena de alvarizas del Candán

La Sociedade Sterna Turismo da Natureza las gestionará entre cinco y diez años para promover en la zona un plan de apiturismo | El arqueólogo Israel Picón y la empresa Aialma colaborarán en los trabajos de restauración

La alvariza propiedad de la familia Acevedo en el río Zobra ya se menciona en la Historia de Galiza, de Ramón Otero Pedrayo, en 1962.

En 2014, la Sociedade Agraria de Transformación (SAT) Abella Lupa presentaba en el VII Congreso Apícola Hispánico, en Santiago, el primer inventario y caracterización de las alvarizas de la Serra do Candán. El documento, elaborado por Martiño Nercellas, sirvió de base para el proyecto de recuperación y de puesta en valor de varias de estas construcciones que lidera la Sociedade Sterna Turismo da Natureza, que gestiona la Casa das Minas da Trigueira, en Zobra.

Conforman esta empresa el propio Nercellas y José Manuel Méixome. La intención es que, con esta rehabilitación, se ponga en marcha un plan de apiturismo con el que acercar este patrimonio arquitectónico a las personas que visiten la Serra do Candán. Para ello, también se intentarán establecer varios acuerdos de colaboración con apicultores de la sierra que tienen colmenas en este tipo de construcciones que protegieron los colmenares de los osos, habitantes de la sierra hasta el siglo XIX. Esta es, por hacer una comparación, una iniciativa similar a la de las bodegas de la Ribeira Sacra, donde se conjugan las rutas paisajísticas con visitas a viñas y bodegas.

Las alvarizas suelen estar en zonas pendientes y cerca de cursos de agua.

Por el momento, ya hay acuerdo con los dueños de una decena de alvarizas. Las cesiones y colaboraciones oscilan entre los cinco y los diez años. Buena parte de estas construcciones superan el siglo de antigüedad, y hay algunas que podrían tener más de 300 años. Muchas se ubican en terrenos de Lalín, pero también en Silleda y en el concello vecino de O Irixo, ya en Ourense, en los fondos de los valles que conforman O Candán y O Testeiro..

De entre las alvarizas que forman parte de este proyecto de promoción apiturística citamos varias de la rega (el valle) de Cadavoso, en Vilatuxe y al pie del río Deza, así como en los valles de Chedas y de O Candán. Hay también colaboraciones con dueños de colmenas en alvarizas en Moa y Zobra. De este modo, las personas que se acerquen a la Serra do Candán podrán ver colmenas tradicionales y modernas, así como diferentes técnicas de producción de miel y cera. Esta iniciativa también incluye la recuperación y seguimiento científico de la abeja negra autóctona, en colaboración con apicultores del entorno.

Apoyo del sector público

El levantamiento de las paredes se guiará por la técnica de la pedra seca, la misma que se empleó en origen y que utiliza sixtos labrados en bloques de piedra o losas asentadas en seco con lascas. En estos trabajos de levantamiento, datación y conservación colaborará el arqueólogo silledense Israel Picón, responsable del diseño de la Ruta da Auga de Parada, otro buen ejemplo de cómo difundir el patrimonio arquitectónico. Sterna Turismo da Natureza también contará, en esta fase con la ayuda de Apicultura Aialma, experta en recuperar varias alvarizas en montes de Laza y en el Macizo Central. Pero también es verdad que, aunque se trate de una iniciativa particular, “es preciso que se involucren otros actores públicos y sembrar un proyecto demostrativo que anime a los propietarios a darles de nuevo uso a estas construcciones”, que fueron auténticas fábricas artesanales, según recuerda Martiño Nercellas.

Las puertas solían ser de pequeñas dimensiones para evitar la entrada de osos.

La influencia del císter

Decíamos que en 2014 Nercellas presentó un inventario de las alvarizas de la Serra do Candán. Era necesario, en vista de que en la catalogación gallega se mencionaban casi 800 construcciones repartidas sobre todo en las sierras orientales y sin apenas datos de las de O Candán donde, en ese año, se recabaron datos de casi un centenar, entre las que menciona las 20 de la rega de O Candán, 3 del valle de Chedas, 20 desde la cabecera del río Deza hasta el lugar de Gondoriz Grande, 3 en la rega de Munín o 6 en el valle de Monte da Rocha, entre Lalín y Dozón. Suelen estar orientadas al sur o sur-suroeste, cerca de un curso de agua y con unas dimensiones de entre 32 metros cuadrados, caso de la más pequeña en la devesa de A Moa, y los 330 de la alvariza de la Casa de García do Couto, en el Alto do Candán.

Destacan por su número y por su vinculación con la actividad económica del monasterio de Aciveiro: los monjes enseñaron a los lugareños a manipular la cera y la miel, que también servían como pago por cultivar las tierras propiedad del císter.

Mapa con la localización de alvarizas en la Serra do Candán, en 2014.

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