La belleza está en ojos de quien la mira y la fotógrafa Marga Fraga tiene una facilidad pasmosa para encontrarla en A Estrada. A través de su cuenta “A Estrada by Marga Fraga” tanto en facebook como instagram, la artista comparte diariamente postales de la localidad, dejándola así inmortalizada para que generaciones futuras puedan volver a ellas y ver como ha ido cambiando la villa con el paso de los años. No obstante, al observar este gran álbum uno no puede evitar fijarse en la proliferación de retratos a personas mayores, como si de algún modo fueran los protagonistas de la vida en los espacios urbanos.
Marga ha compartido con FARO el porqué de esta alta presencia de la vejez en sus fotos y cuenta que “cuando saco la cámara es siempre porque hay algo que me produce una sensación”. “Con los retratos de personas, especialmente personas mayores, lo que suelo sentir es curiosidad. Intento adivinar sus vidas, me pregunto en qué piensan... esas cosas”, comenta.
La artista confiesa que “son imágenes robadas, no me interesa romper la espontaneidad del momento pidiéndoles que posen para la cámara, por ello tampoco me planteo hacer una exposición ni una colección, es complicado por temas de derecho de imagen” y añade que “para mi es importante que se entienda que lo hago con el máximo respeto y cariño, muchas veces veo un grupo de amigas paseando o tomando un café y me imagino siendo igual cuando llegue a sus años, todos vamos a hacernos viejos”.
Esta filosofía puede percibirse a través de su trabajo, fotos que ponen lo cotidiano en el punto de mira, elevándolo en cierto modo a una categoría especial, la de quedarse para siempre como un momento único, invencible al tiempo. Fraga construye así su propio retrato de la vejez en A Estrada, de como la villa es escenario para el último acto de muchos vecinos y vecinas, que según opina ella “han vivido mucho más de lo que seguramente nos podamos imaginar”. Y ese es otro de los motivos por los que la fotógrafa siente cierta predilección por los modelos de avanzada edad “retratar a un grupo de adolescentes está bien, están empezando sus vidas, hacen sus planes, son jóvenes y se lo pasan bien, pero nuestros mayores tienen mucho que contarnos”, por lo que fotografiarlos es también su forma de mostrar interés por su historia, por su experiencia y conocimiento.
Marga no tiene un sentimiento asociado a cada una de sus imágenes, no es algo que le interese “lo que me pueda transmitir a mi cuando la saco no tiene que ser lo mismo que le transmita a quienes la observan, no tengo esas pretensiones”. Algunos podrán vez soledad en alguna de sus instantáneas, cierto deje de tristeza en otras, mientras que para ella siempre hay belleza, hay curiosidad, respeto, admiración y cariño “hay gente que me arranca una sonrisa, recuerdo a una señora con un vestido rojo, muy llamativo, que estaba preciosa, o una pareja de amigos tomándose un café y riéndose, y pensar que quiero ser como ellos”.