A Estrada da la nota un año más

Los Cantos de Taberna cierran con éxito su octava edición a pesar del mal tiempo

Devagarinho en la Pulpería Portas.   | //N.C.

Devagarinho en la Pulpería Portas. | //N.C. / nerea couceiro

El tiempo amenazaba con echar por tierra la edición de Cantos de Taberna de este año pero finalmente las gentes de A Estrada volvieron a volcarse, una vez más, con esta iniciativa de los locales hosteleros de la Zona dos Viños. Desde las 12.30 horas esta calle de la villa empezó a llenarse con el sonido de gaitas, panderetas, guitarras y voces que arrancaban a los vecinos y vecinas de sus asientos para cantar y bailar al ritmo de la música popular gallega. Incluso con la lluvia, podía verse a los asistentes reunirse bajo los toldos de los bares para disfrutar del vermú del sábado de una forma diferente.

De Tazas anima a la clientela del 20 Berzas.   | // MARGA FRAGA

De Tazas anima a la clientela del 20 Berzas. | // MARGA FRAGA / nerea couceiro

En total eran ocho las agrupaciones que fueron tocando su repertorio hasta bien entradas las das tres de la tarde, pues el público no parecía muy dispuesto a marcharse. Las primeras actuaciones fueron las del grupo Regatos, de Callobre, en As Tres Portiñas, Sondailla en Bar Enredo, De Tazas, también estradense y que debutaba como banda, en A Riala, Os Ke Hai en el 20 Berzas, Devagariño en Candil de Silvia, De Cotio Gaiteiros en A Plazoleta y Muiñeiros do Sarela en Pulpería Porta. Cada uno de ellos tocaron unos 40 minutos en los respectivos locales y una vez pasado este tiempo, se fueron turnando y rotando por las tabernas en las que todavía no habían tocado.

Muiñeiros do Sarela frente al Candil de Silvia.   | //N.C.

Muiñeiros do Sarela frente al Candil de Silvia. | //N.C. / nerea couceiro

Por su parte, los bares gozaron de una gran afluencia de clientes, con las barras despidiendo vinos, vermús y cervezas a plena capacidad, e incluso una vez terminadas todas las actuaciones, siguieron sirviendo hasta cerca de las 16.00 horas.

El broche final tuvo lugar en Pulpería Portas, donde tanto grupos como asistentes pudieron juntarse para disfrutar de la música, el pulpo y la carne ao caldeiro de un modo mucho más informal. Por supuesto, el vino y el licor café no podían faltar. Este menú, diseñado para comer hasta hartarse, costaba 23 euros y requería de unos tickets que repartían algunos de los locales hosteleros para los interesados en agotar hasta el último minuto de esta octava edición de los Cantos de Taberna. Así, con el dulce sabor del éxito incluso pese a las adversidades meteorológicas, la hostelería de la Zona dos Viños dice adiós a la que ya es una de las citas más importantes del calendario social estradense.