Cimag-GandAgro

Mi granja cabe en un contenedor

Una firma de Santiago presenta en la IV Feria Profesional de Maquinaria, Agricultura y Ganadería un equipo que puede producir una tonelada de forraje diaria en un box de solo 90 metros cúbicos

Jacobo Álvarez muestra la producción de forraje hidropónico en el interior de su box.

Jacobo Álvarez muestra la producción de forraje hidropónico en el interior de su box. / BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Xan Salgueiro

Xan Salgueiro

Una caja metálica de apenas noventa metros cúbicos que produce alimento suficiente para una granja de cincuenta vacas; un robot de limpieza que, cual roomba doméstica, aspira el estiércol y demás restos de las vacas con las que convive; un carro para el transporte de terneros con seguridad para el ganadero y los animales; o una cama absorbente higienizada son algunas de las novedades que pueden verse estos días en la IV Feria Profesional de Maquinaria, Agricultura y Ganadería. Alberga 424 firmas expositoras de 26 países, de las cuales 168 son directas y las demás, marcas representadas.

Producir alimento suficiente para un establo de unas cincuenta vacas de leche en solo 90 metros cúbicos es posible. Lo han conseguido Jacobo Álvarez y Javier Casal, dos jóvenes de Santiago, con su Ethical Farm Box, un contenedor para la producción de forraje hidropónico. Su empresa, Biopraedium, nació como tienda, pero en la pandemia empezaron a desarrollar este proyecto, una de las sensaciones de la presente edición de Cimag-GandAgro.

Su propuesta parte del concepto de agricultura vertical y producción hidropónica, un método utilizado para cultivar plantas usando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola. En Biopraedium utilizan agua, diez litros al día, de los que “se recuperan el 80%”, señala Jacobo Álvarez, de modo que “ahorra un 90% de agua en comparación con un cultivo de dos hectáreas”. Son cultivos de interior, con iluminación artificial –energía eléctrica de producción fotovoltaica– y control de los ciclos productivos. “Ya no existen las estaciones meteorológicas, cualquier espacio en desuso es susceptible de convertirse en una nueva granja”, expone Javier Casal. Otra ventaja es que funciona como una cadena de montaje y solo es necesario manipularlo una vez al día, por lo que requiere mucho menos esfuerzo físico.

La semilla se deposita sobre la bandeja y, en un plazo de siete a nueve días, se empieza a obtener producción, a razón de 10 kilos por cada kilo de simientes. De un contenedor de 12 metros de largo por 3 de alto y 2,5 de ancho, como el que exponen en Silleda, se saca una tonelada al día, pero disponen de otro más grande que llega hasta los 1.500 kilogramos y también de versiones domésticas para explotaciones pequeñas o con necesidades nutritivas más específicas.

El box de Biopraedium produce alimentos para vacas –de leche o de carne–, ovejas, cabras, caballos y todo tipo de ganado. Su interior está dotado con bandejas preparadas para desarrollar entre diez y quince kilos de alimentos: trigo, centeno, cebada, maíz, mezcla de hierbas forrajeras, etc. “El cultivo depende del aporte nutricional que le queramos dar a los animales”, apunta Casal. Al no tener tierra ni abono, se aprovecha todo lo que hay en la bandeja, tanto las plantas como las propias semillas de las que nacieron.

Su invento es “ideal para explotaciones que no disponen de terrenos suficientes o para aquellas que están en zonas climáticas con deficiencia de agua o condiciones extremas”, añade. Su demanda actual proviene, sobre todo, del sur de España, pero el concepto de agricultura está “cambiando” y confían en que se extienda a otras latitudes, también en Galicia. Un box cuesta entre 70.000 y 100.000 euros, pues, en función del tamaño y del equipamiento, pueden ajustarse a las necesidades nutritivas y económicas de cada ganadero.

Rafael Fraga posa junto al limpiador autónomo. |   // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Rafael Fraga posa junto al limpiador autónomo. / BERNABÉ/JAVIER LALÍN

La ‘roomba’ de los establos: aspira el estiércol y convive con las vacas

Lely es una firma holandesa con base en Cantabria y sede en Outeiro de Rei. En 2019, anterior edición de Cimag, se llevó el premio de innovación por su sistema de robots de alimentación de ganado. Manejado desde el ordenador, Lely Vector pide los productos que necesita para efectuar las mezclas, los carga y los reparte de forma autónoma a vacas, ovejas, cerdos..., y todo con un gasto de apenas tres euros de luz al día. Un sistema completo puede alimentar a 500 vacas de leche.

La compañía vuelve a la feria con un limpiador autónomo móvil para establo con superficie dura. Como si de la popular roomba se tratase, Lely Discovery Collector “aspira el estiércol y los restos, en vez de arrastrarlos”, explica Rafael Fraga, coordinador de proyecto para alimentación y limpieza. “Es menos molesto para las vacas, ya que les evita golpes en las patas, y más higiénico. Además, a los pocos días de convivir ya es para ellas una vaca más”, añade. Además, es modulable, por lo que tiene acceso a las zonas más difíciles de limpiar. Un buen complemento es su cepillo de rascado, que se instala en los pasillos, en un sitio estratégico cerca del robot de ordeño, de modo que lo activan las propias reses al pasar.

Yomar Gerpe maneja el carro de terneros en su stand de Elmega. |   // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Yomar Gerpe maneja el carro de terneros en su stand de Elmega. / BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Carro de transporte de terneros y cama absorbente para los pollos

Elaborados Metalúrxicos Galegos (Elmega) nació en 1975 en Santa Comba, en donde fabrica la práctica totalidad de los más de 3.000 artículos que produce. Entre las novedades que expone en Silleda está un carro de transporte de terneros, con acceso rápido, gracias a su doble puerta facilita, una equipada con cornadiza, por si fuese necesario tratar al ternero.

“Tiene ruedas grandes para facilitar el manejo. Te permite accionar desde la parte superior del manillar y evita que te pilles los dedos. Y los slots aportan el agarre necesario para la estabilidad del ternero”, explica Yomar Gerpe, tercera generación de este negocio familiar.

Otra de las preocupaciones de los ganaderos, sobre todo los avicultores, es la cama de sus animales, fundamental para su salud, desarrollo y bienestar. Dry Bed (cama seca, en inglés) es un producto higienizado de origen vegetal con alta capacidad de absorción de líquidos. Garantiza una humedad máxima del 6,5% en verano y del 9,5% en invierno, reduce la aparición del escarabajo (Alphitobius diaperinus) y evita las salmonellas. Es ideal para pollos o pavos, pero también para usar en parideras de animales lactantes en los primeros días de vida, apunta la firma vallisoletana Pitesa.

Suscríbete para seguir leyendo