La inflación dispara subidas en los seguros

Las primas se incrementan de forma generalizada entre un 8 y un 20% | Las tarifas más afectadas son las de hogar y automóvil, unos 30 euros más caras que en el 2022 | Las reclamaciones no revertirían las crecidas

Una agente de Mapfre Lalín informa a una clienta sobre pólizas. |   //BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

Una agente de Mapfre Lalín informa a una clienta sobre pólizas. | //BERNABÉ/ JAVIER LALÍN / Nerea couceiro

El inicio del nuevo año supone la renovación de las pólizas de seguros para muchos de los habitantes de Deza y Tabeirós-Montes, con las consecuentes sorpresas al ver un incremento generalizado de las tarifas que ronda, de media, entre el 8 y el 20% incluso sin haber dado un solo parte en el ejercicio anterior. El motivo de estas subidas indiscriminadas tiene que ver con la inflación, que al igual que en el resto de sectores de la cadena productiva ya se ha hecho notar entre las aseguradoras, con todo lo que esto implica para el bolsillo del cliente.

En concreto, las ramas en las que más se nota este incremento es en los seguros de hogares y automóviles, que si bien suelen variar anualmente, desde el 2021 a esta parte han entrado en una tendencia al alza notable con respecto a años anteriores. En A Estrada, desde Gedesegu, Diana Rodríguez explica que “es habitual que los seguros suban si se da un parte o se produce un siniestro, pero ahora se están dando incrementos generalizados que rondan los 30 euros, algo que no ocurría antes. La tendencia se viene produciendo desde la pandemia, aunque este es el año en el que más lo notamos”. Con todo, es difícil establecer una cifra o porcentaje concreto “el abanico de variables es muy amplio, depende de la edad del asegurado, la competencia entre aseguradoras y el tipo de póliza que se tenga contratada” asegura.

En Silleda, Cristina Blanco, agente de Allianz, coincide con la visión del gremio estradense, y añade que “en los seguros de hogar, por ejemplo, hay que tener en cuenta también la revalorización de capitales. Básicamente, de forma automática, cada año se revaloriza el inmueble asegurado en base al precio medio del metro cuadrado en el mercado, mientras que en automóviles no se da este factor”.

En cuanto a la explicación que se encuentra para este comportamiento del sector, Javier Fernández, al frente de la sucursal de Mapfre en Lalín, señala que “el motivo de que suban las primas es que al encarecerse la mano de obra y las materias primas, el gasto de una aseguradora si se produce un parte o un siniestro aumenta exponencialmente. Esta es la forma que tienen de evitar entrar en pérdidas, aunque por supuesto, el que se ve afectado en última instancia es el cliente”.

Sin embargo, que exista una razón económica para las subidas no quita que el asegurado pueda sentir indignación cuando ve un incremento de 30 o 40 euros en su póliza, incluso pese a no haber dado ningún parte. Cuando esto ocurre, existe la opción de recurrir, si bien desde el sector advierten que “estos incrementos son inevitables. Puede que al gestionarlo, intentemos buscar opciones para que no se noten tanto porque no queremos perder al cliente, pero por mucho que se recurra, no es posible revertirlas” sentencia Blanco.

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La vida y la muerte también se monetizan en este sector, se convierten en bienes que también hay que asegurar. Para ello existen las pólizas de salud, que permiten el acceso a la sanidad privada, y las de decesos, que se encargan de gestionar todos los trámites que supone una defunción. Si bien en menos medida que los de hogares y automóviles, estos seguros no se escapan a las consecuencias de la inflación y suben este año, aunque en menor porcentaje. Por otra parte, las entidades de la zona coinciden en que desde la pandemia se ha producido un aumento en la demanda de seguros de salud: “ahora ya no hace falta ofrecerlos, son los clientes los que preguntan por este producto”, confiesa Blanco. En este caso, las subidas se deben “al aumento del IPC sanitario que aplica el Gobierno” apunta Javier Fernández. Como fuere, parece que ahora existe una preocupación mayor por cuidar del bienestar de uno mismo. Finalmente, los seguros de decesos no aumentan su demanda, sino que se mantiene estable. Esto explica, en cierta medida, que las subidas en estas primas sean menores, con cuotas que rondaban los 45 euros de media y ahora podrían subir a 50, aunque de nuevo, están sujetas a variables como la edad del asegurado. En relación a esto, en las comarcas gestionar una defunción saldría, de no tener seguro, en unos 3.000 euros.

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