La Xunta de Galicia, a través de su Servizo de Mobilidade –vinculado a la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade– confirmó en la jornada de ayer a esta Redacción lo que habían avanzado este miércoles usuarios del servicio de transporte público entre A Estrada y Santiago de Compostela: la administración autonómica no autorizó la variación horaria que en la jornada de ayer continuó aplicando de manera unilateral la empresa concesionaria de esta línea, la firma Monbus. “La Xunta quiere recalcar que dicho cambio horario no fue autorizado por la Dirección Xeral de Mobilidade”, expresa la consellería, en alusión al adelanto que experimentó la expedición que venía saliendo del casco urbano de A Estrada a las 07.20 horas y que –sin previo aviso– comenzó a hacerlo a las 06.55, con solo un cuarto de hora de diferencia del primer autocar que parte de la villa en dirección a la capital compostelana (06.40 horas).

“La Dirección Xeral de Mobilidade denegó la petición del operador, que solicitaba adelantar el horario de este servicio, al entender que supondría una grave afectación a los usuarios”, explican desde la administración autonómica, toda vez que advierten: “la resolución de la Dirección Xeral de Mobilidade debe acatarse sin excepción”.

En este contexto, y reconociendo los perjuicios causados a los usuarios por este cambio horario no autorizado en un transporte público que utilizan muchos ciudadanos para trasladarse a sus puestos de trabajo o sus clases en la universidad e institutos compostelanos, Mobilidade insta al operador a cumplir “de inmediato con los servicios aprobados”, recuperando “el servicio habitual que atiende a lo recogido en las condiciones de explotación”.

Medidas "inminentes"

Mostrando gran contundencia en su postura, la Xunta anuncia que tomará “medidas inminentes” y “ concentrará sus esfuerzos en “garantizar que el servicio se realice con normalidad”. Al objeto, la administración gallega, haciendo uso de los mecanismos de control de los que dispone, iniciará un protocolo específico de seguimiento, enviando supervisores al punto de salida y comprobando los registros del Sistema de Axuda á Explotación, que recoge de forma precisa los horarios de realización del servicio.

“De no ceñirse a lo pautado por la administración autonómica y seguir con esta conducta, la Xunta, a través de la Dirección Xeral de Mobilidade, actuará con contundencia, iniciando el procedimiento de incoación de expedientes de penalidades correspondientes; y lo hará, de ser el caso, de manera sistemática hasta que se remedie dicha situación”, advierten.

Después de la negativa ofrecida por Mobilidade al cambio de horario solicitado por el operador de esta línea A Estrada-Santiago, el citado servicio confirmó a los usuarios que ayer mismo el horario tendría que haberse restablecido para que el autobús operase como venía haciéndolo. Sin embargo, usuarios del servicio confirmaron que partió de A Estrada nuevamente a las 06.55 horas, 25 minutos antes del que tendría que ser su horario.

Iniciada la recogida de firmas

Aunque no se conocían antes de verse en la tesitura de sentirse “atropellados” por la empresa concesionaria en el uso de un servicio de transporte público, los usuarios del autobús que conecta A Estrada con Santiago en las primeras horas de la mañana se han unido en su protesta. En la tarde de ayer comenzaron a hacer llegar a distintos establecimientos de la capital estradense los papeles para emprender una recogida de firmas de apoyo a su reclamación de que se mantenga el horario establecido.

Algunos de ellos se subían a este vehículo a las 07.20 horas para llegar a tiempo para la primera clase de la mañana o para presentarse en su puesto de trabajo. De forma repentina, y sin que nadie los hubiese informado, su autobús comenzó a salir a las 06.55, dejando en tierra el primer día varios usuarios. Con este nuevo horario, algunos estudiantes se quedan en la calle a las 07.30 horas, una hora y cuarto antes de que comiencen sus clases. Al ser preguntado por esta cuestión, el alcalde estradense, José López Campos, aseguró su intención de tomar cartas en el asunto para que los viajeros no se vean perjudicados.