Castro Valente: una muralla de Lugo con vistas al Ulla

Publican el resultado de la investigación arqueológica de este yacimiento fortificado entre A Estrada y Padrón | Tendría 30 torres, algunas documentadas por Murguía, y tres entradas

Vista de Castro Valente, entre A Estrada y Padrón.

Vista de Castro Valente, entre A Estrada y Padrón. / Manuel Gago

Ana Cela

Ana Cela

El denominado Castro Valente, que flanquea el Ulla antes de desembocar en la ría de Cesures, es más curioso, aun cuando se halle en ruinas lo principal de su fortificación. (...) Aunque harto maltratado por tiempo, que no permite siquiera reconstruir la rampa por donde se ascendía, bien deja adivinar por el nombre que lleva y por la extensión de su corona, que tendrá cerca de un cuarto de legua, la importancia que ha debido de tener en otros tiempos. Es la mención más antigua a Castro Valente. Pertenece a Manuel Murguía y quedó recogida en Historia de Galicia, en el año 1895. Esta referencia documenta la impresión que el historiador y escritor –marido de Rosalía de Castro, creador de la Real Academia Galega y uno de los impulsores del Rexurdimento– atesoró de su visita a esta gran elevación solitaria del terreno que se reparten cuatro parroquias: las de San Pedro de Carcacía y Santa María de Herbón, en Padrón, y las de San Miguel y Santa Mariña de Barcala, en A Estrada.

Murguía fue el primero en dejar constancia escrita del impacto que le causó esta visita, pero no el único. Los últimos en hacerlo han sido los integrantes del equipo de investigación Síncrisis de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), con una intervención dirigida por el arqueólogo Mario Fernández-Pereiro y el también profesor José Carlos Sánchez-Pardo, cuyos resultados han sido ahora publicados en Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra.

Mario Fernández-Pereiro establece una comparativa de la muralla de Castro Valente con la que rodea la ciudad de Lugo. El equipo de investigación todavía se mueve en el terreno de la hipótesis e incide en que falta mucho camino por recorrer para llegar a un conocimiento más profundo de lo que pudo representar este asentamiento. Sin embargo, sus primeras teorías coinciden con las expresadas por López Ferreiro en su obra sobre la Historia de la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela (1898). “Como a una legua al Nordeste de Iria hay un formidable castro, el Castro Valente, que aun conserva gran parte de la muralla que lo rodeaba. No sabemos si sería un campamento o un lugar de refugio para los irienses en caso de apuro”, recoge. También hacia ahí apuntan los investigadores, relacionando Castro Valente con la ciudad romana de Iria Flavia, un lugar fortificado –y diseñado a conciencia– al que pudiesen acudir sus habitantes en algún momento en busca de refugio.

Aun cuando no es el enclave más elevado de su entorno, el Castro Valente es un monte claramente reconocible desde la lejanía. Es solitario, rodeado en su ladera norte por un meandro del caudaloso Ulla. La morfología de su cumbre es curiosa, ya que ofrece una superficie muy llana y con una forma que –como se recoge en el referido artículo científico– recuerda a un riñón. Si en su día fue seguramente modificada –presumiblemente aplanada– para la construcción del recinto fortificado, en las últimas décadas sufrió varios ciclos de plantación de pino, con las consiguientes pistas de acceso y cortafuegos. En la actualidad, de nuevo un nuevo aprovechamiento se cierne sobre el terreno: la construcción de un parque eólico (cuatro aerogeneradores y una estación  y una línea de alta tensión).

La toponimia daba, como ocurre en el caso de muchos yacimientos fortificados de la antigua Gallaecia, muchas pistas. Al nombre de Castro Valente hay que sumar el de A Cerca, como se conoce la zona donde se sitúa este recinto. La campaña de excavación arqueológica se realizó en diciembre de 2020. Objetivos: aproximarse a la secuencia cronológica de ocupación del asentamiento y documentar las técnicas constructivas, principalmente de la muralla. Como recogió en su momento FARO DE VIGO, se realizaron tres sondeos, dos de ellos en la línea de la muralla y el tercero hacia el interior del recinto, excavándose una extensión próxima a los 29 metros cuadrados. Los investigadores consiguieron documentar el sistema defensivo de Castro Valente y localizar una posible estructura muraria perteneciente a un edificio intramuros.

“Isto podería ser un atractivo turístico para o Baixo Ulla, como Santa Trega na Garda”

Alzado de la muralla. / FDV

Del artículo que sintetiza e interpreta los resultados de esta investigación se extrae el buen estado de conservación del recinto amurallado en la zona noroeste. Su técnica se centra en el “uso de mampostería de granito, combinado diferentes tamaños, dispuesta en hiladas regulares”. El interior de la muralla estaría formado por mampostería irregular de granito, combinada con pedregullo y tierra compactada. “Esta técnica configura una muralla sólida de un ancho aproximado de tres metros y una elevación conservada actualmente próxima a los dos metros. Esta altura no es definitiva ya que aun no fue posible llegar a la zona de cimentación de la misma”, indican.

“Isto podería ser un atractivo turístico para o Baixo Ulla, como Santa Trega na Garda”

Alzado de la muralla. / FDV

Además, la excavación parcial de una de las torres anexas a la muralla “permitió documentar uno de los 30 cubos mencionados a través de las fuentes históricas”. Consideran que ello revela a esta muralla como una “rara avis en las fortificaciones del noroeste peninsular”. Es también significativa la presencia de fragmentos de tegulae –tejas de tradición romana–, “que podrían indicar que estos cubos [torreones] podrían estar cubiertos por un tejado, de forma muy similar a lo indicado para la muralla de Lugo, por ejemplo”.

La escasa cantidad y calidad de cultura material mueble asociada a este yacimiento no hizo posible la adscripción cronológica del mismo. Entienden los investigadores que la presencia de tegulae puede indicar un momento próximo al final del Imperio Romano hasta mediados de la Alta Edad Media, por tanto entre el siglo V y VII.

Alzados de la muralla en distintos puntos de la intervención y detalle piedra tallada.

Muralla del Castro Valente, claramente identificable en la planimetría con ortofoto. / Manuel Gago

Este recinto fortificado ocupa unas 11 hectáreas. La defensa que rodea al yacimiento puede verse claramente en una fotografía láser realizada con un dron. Tendría 1.200 metros de longitud y estaría coronada por 30 torres. Durante la prospección inicial se pudieron localizar, entre la densa vegetación, hasta seis bien conservadas y existen evidencias que parecen apuntar que algunas más fuesen destruidas por la construcción de pistas cortafuegos.

“Isto podería ser un atractivo turístico para o Baixo Ulla, como Santa Trega na Garda”

Detalle de una piedra tallada. / FDV

Murguía hacía referencia a “algunas puertas, unas más importantes que otras” en esta muralla. Pese a ello, el estado de conservación y la vegetación dificultaron a los arqueólogos su identificación, siendo solo posible localizar y documentar in situ el que consideran el acceso principal del lugar y que se encuentra en el sector sudoeste del asentamiento. Otras dos parecen estar en el norte y sudeste, coincidiendo con las descripciones de Rodríguez (1913): “hay dos portalones casi juntos que miran hacia el Ulla; una equina casi en ángulo recto que mira a Barcala y otra puerta orientada hacia Poniente”. El misterio de Castro Valente tiene todavía muchas páginas por escribir, en especial intramuros. ¿Continuará? Esperemos que sí.

MARIO FERNÁNDEZ-PEREIRO - Arqueólogo e investigador

“Isto podería ser un atractivo turístico para o Baixo Ulla, como Santa Trega na Garda”

Fernández-Pereiro, primeiro pola esquerda, coa equipa que fixo a intervención arqueolóxica en 2020. / FDV

“Isto podería ser un atractivo turístico para o Baixo Ulla, como Santa Trega na Garda”

Foi unha semana de intervención co tempo en contra, pero con moitos resultados a favor. O arqueólogo Mario Fernández-Pereiro estivo á fronte da equipa de investigación de Síncrisis que estudou Castro Valente no ano 2020. É coñecedor de que nese intre se deron pasos moi estimulantes para continuar o longo camiño preciso ata coñecer en profundidade este singular recinto fortificado entre A Estrada e Padrón. Relata que a súa é unha muralla evocadora da que rodea a cidade de Lugo.

–Estamos en Castro Valente só ante a punta dun iceberg?

–Pois si. Son 11 hectáreas con moita investigación escondida. Rascando cunha unlla, coma quen di, sacamos unha torre, imaxinemos o que poderiamos obter con máis tempo. Son uns resultados moi gratificantes. Houbo interese por parte do Concello de Padrón de facer unha intervención máis longa pero, entre a pandemia e outras cuestións, houbo problemas de financiamento. Nestas 11 hectáreas hai documentados en campo ata 10 torreóns e con mencións escritas de ata 30. Sería algo similar á muralla de Lugo.

–Quilómetro e medio de muralla de pedra que protexen 11 hectáreas de terreo. Que defenden?

–A nosa hipótese é que ten que estar moi relacionado coa cidade romana de Iria Flavia. Todos os datos apuntan a que esta cidade se abandona ao redor do século V. A cinco ou seis quilómetros en liña recta está esta fortaleza. Esa similitude observámola noutros lados: cidade romana e sitio fortificado. É cedo para adiantarnos, pero seguramente fose coma unha translación da cidade. Deciden trasladar, ao mellor no permanentemente, unha especie de refuxio para os habitantes de Iria Flavia. É unha teoría. Aínda non temos datos científicos que o avalen. Fai falta unha escavación en profundidade.

–O artigo que publican fai referencia a un “castelo” altomedieval entre a vexetación. Custa arredar da cabeza a imaxe que calquera pode ter dun castelo.

–Castro Valente xa era coñecido; polos propios veciños. Non o descubrimos nós, o que fixemos foi investigalo. “Castro” e “castelo” teñen unha orixe similar. (..:) Non falamos dun castelo medieval, senón dunha cidade fortificada.

–Dende aquelas primeiras referencias escritas dunha época de excursionismo ilustrado ou de espertar dos intereses científicos ata agora semella haber un tempo de silencio sobre Castro Valente, en termos de investigación.

–Todo está relacionado coa Ditadura e coa Guerra Civil. A partir dos anos 30-40, as referencias a Castro Valente son para a plantación de piñeiro. Os montes comunais no Franquismo desaparecen e os enxeñeiros entenderon que era un terreo perfecto para a plantación de piñeiro. Aquel monte baldío empezouse a utilizar para a plantación de árbores, e iso precisou accesos para chegar a esas plantacións, cortalumes...

–Cal foi a impresión que levou consigo a primeira vez que estivo en Castro Valente e con cal marchou tras a intervención?

–O masivo do sitio. Fago a comparación con Lugo porque é o mesmo tipo de muralla. Estamos paseando por unha cidade, pero non sabemos por onde van as rúas e as casas. A primeira vez que fomos foi cando estaba unha pa esnaquizando o muro para abrir un corta lumes. Se as administracións públicas foran quen de motivar un proxecto con financiamento e prolongalo no tempo, poderíase facer algo similar ao Santa Trega na Garda, Elviña na Coruña ou San Cibrán de Laza. Isto podería ser un polo de atracción turística para o Baixo Ulla.

–Murguía dou unha pista ilusionante para investigacións futuras: os torreóns. Para os non instruídos en materia arqueolóxica, por que estes elementos son tan importantes na consideración de Castro Valente?

–Por norma xeral o que vemos nos castros prehistóricos é que a muralla é un muro de pedra que encerra as casas e que se reforza esa defensa engrosando o muro ou colocando un torreón. Pero, ata 30, amosa que xa é unha cousa planificada. Estamos falando dalgo coma na cidade de Lugo. Alguén planificou por onde tiña que ir o muro e cada cantos metros ía ir unha torre. Iso implica un investimento económico potente. Seguramente a construción foi moi rápida porque o decidiu algún poder. Hai investimento de capital humano e capital económico.

–Por que cre que se construción foi rápida?

–Porque é todo moi similar. En todos os puntos onde coñecemos a muralla parece moi similar, é a mesma factura. Polo menos ata onde coñecemos.

–Cara onde hai que camiñar agora? Cal sería o seguinte paso?

–Por un lado, a divigulación do sitio. Non só a nivel científico, senón xornálistico e procurar que a xente coñeza o tesouro que hai aí e a singularidade de Castro Valente. Un sitio tan grande coma este precisa un plan director,. Habería que planificar cinco ou dez anos, marcando uns obxecitvos, non só a nivel científico, senón que habería que planificar un recurso turístico para todo o Baixo Ulla.

Suscríbete para seguir leyendo