Avalancha de eólicos en las comarcas: 22 proyectos superan el cribado ambiental

Solo seis no logran esta autorización de la Xunta | Los aerogeneradores, que pasan de 70 a 200 metros de alto, pueden ubicarse a solo un kilómetro de núcleos poblacionales

Eólicos en Serra do Candán. //Bernabé

Eólicos en Serra do Candán. //Bernabé / nerea couceiro

A lo largo de este mes de enero y desde finales del pasado diciembre, la Xunta ha ido emitiendo los veredictos a las declaraciones de impacto ambiental (DIA) de los diversos proyectos eólicos en trámite en Galicia. En concreto, para Deza y Tabeirós-Montes hay presentados un total de 28 proyectos, de los cuales 22 han recibido el aprobado por parte de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático, mientras que tan solo seis no han pasado la criba.

Los que pasan de fase son, en Deza: Estivada, Serra do Farelo, Maxal, Prado Vello, Pico Seco, Coto Frío, Serra do Faro Ampliación II, Valdepereira, Zamorra, Rodeira, Mesada, Cunca y Suime. En Tabeirós-Montes; Castrovalente, Paraño Oeste, Touriñán III, Campo das Rosas, As Peniñas, Monte Arca 1ª Fase, Dos Cotos, Porto Vidros y Monte Festeiro. Muchos de ellos, no obstante, abarcan terrenos de las tres comarcas.

La respuesta por parte de las asociaciones y colectivos en contra de la implantación indiscriminada de estas macroestructuras no tardó en hacerse oir. Desde Alarma en Terra de Montes, Rocío García explica que “hay que puntualizar que esto es solo una fase. El hecho de que su DIA sea favorable no significa que salgan adelante”. La forcaricense está conoce el complejo trance burocrático que deben pasar estas propuestas, “en tres meses deben conseguir la autorización administrativa y al siguiente trimestre la autorización de construcción”. A este nivel, García matiza que los plazos pueden variar, como ya lo hicieron el pasado diciembre, cuando la Xunta otorgo una prórroga a aquellos proyectos presentados antes del real decreto de 2020, “su plazo debería haber vencido, pero lo ampliaron hasta el 25 de este mes, por eso han salido tantas DIA en un corto plazo de tiempo”. Según esta modificación en las bases, aquellas propuestas que no consiguieron una DIA favorable, como es el caso de Suido I y II y Órrea, en Deza, y Borreiro, Pedra Longa, Cabanelas y Campos Vellos en Tabeirós y Montes, todavía pueden seguir tramitándose, “pensábamos que se archivarían si no pasan esta fase, pero no, pueden seguir adelante y presentarla más tarde”.

Números abrumadores

Los números son abrumadores, y supondría cerca de un centenar de molinos poblando los montes de la zona, contando que la media está en seis aerogeneradores por proyecto. Rocío García señala que hay “tres preocupaciones evidentes”. Una es el tamaño de los molinos: “pasamos de máquinas de 70 metros a auténticos rascacielos de 200”. Otra sería la proximidad a los núcleos de población. La Xunta establece en la nueva normativa una distancia mínima de un kilómetro, pero esta no es retroactiva, por lo que los proyectos anteriores pueden asentarse hasta a 500 metros de las viviendas y, si son aisladas, 200. “Hay que tener en cuenta que las sierras, como la de Candán o Faro, ya están ocupadas, por lo que los nuevos parques bajarán hacia los valles, donde vivimos nosotros”, subraya. Y por último, está toda la infraestructura que rodea a estos molinos, “auténticas autopistas y líneas de alta tensión, con lo que esto significa para las redes hídricas y los ecosistemas”, añade. “Nuestros montes, tal y como los conocemos, cambiarán para siempre”, concluye.

Muchos se cuestionan la legalidad de estos planteamientos, entre ellos, José Luis Rodríguez Jácome, quien ha publicado un estudio sobre el impacto de los eólicos en Descubrindo nº15 Seminario de Estudos Deza SED, dentro del cual se encuentra el gráfico que acompaña esta información. “De momento solo cabe esperar a que finalice el proceso para poder recurrir por la vía judicial. Lo que está claro es que llegaremos hasta donde haga falta para frenar este despropósito”, sentencia Jácome.

Eólicos de Serra do Candán y un gráfico de la red eólica en Deza.   | BERNABÉ

Gráfico de la red eólica en Deza. / José Luis Jácome

Presiones, mentiras y desinformación

Antón Bugallo vive en Cabanelas, Cerdedo-Cotobade. Su primer contacto con este tema fue en los 2000, con 18 años. Una empresa eléctrica adquirió varios terrenos en las proximidades a su vivienda y los derechos fueron cambiando de mano hasta llegar a la actual propietaria. Afirma que “a los cinco minutos de hablar contigo empiezan las presiones. Te dicen que tus vecinos ya han firmado, que si no lo haces te van a expropiar, o que el proyecto entra en fase de ejecución en cuatro meses. Todo es mentira, muchas veces ni siquiera han empezado los trámites para solicitar el permiso. Antes les funcionaba porque había mucha desinformación, pero ahora la gente está más concienciada del grave impacto ambiental”. No solo eso, sino que, según apunta, “los precios a los que te pagan los terrenos a veces están por debajo de las tasas de expropiación. Lo que buscan es el menor coste posible”.

Renunciar al paisaje sin rebaja en la factura

Lo que más molesta a los vecinos y asociaciones que luchan en contra de los eólicos es que, como afirma José Luis Rodríguez Jácome “solo beneficia a las grandes empresas. Nosotros lidiamos con el ruido, con la destrucción del paisaje y la devaluación de nuestras propiedades, en cambio seguimos pagando la luz al mismo precio de siempre”. Se calcula que el beneficio anual bruto de un solo aerogenerador es de 800.000 euros, a esto, Jácome se pregunta “¿Cuánto de ese dinero va para el que pierde su tierra?”. Y es que para este dezano “lo que van a hacer es echarnos de nuestras casas, el rural quedará despoblado. Según los datos, los concellos con más parques eólicos son los que más población pierden, solo hay ver el caso de Muras, en Lugo”.

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