La derrota más dolorosa

Diego Montes, futbolista estradense de 20 años, fallece después de un año de lucha contra la leucemia | El Praíña retira su número dos como homenaje

Sus compañeros acudieron a las puertas del hospital a animarlo. |

Sus compañeros acudieron a las puertas del hospital a animarlo. | / Lois Docampo

El futbolista estradense del Praíña Diego Montes ha muerto este miércoles después de un año luchando contra la leucemia. Vecino de Bouzamar, en San Xurxo de Vea, el joven jugador de 20 años no logró superar la neumonía que lo obligó a ingresar en el hospital hace unos días. De esta manera se ponía punto final a una pelea que inició precisamente el 24 de enero de 2022, cuando el estradense conocía su enfermedad. A partir de ahí se sucedieron las muestras de cariño hacia el joven y su familia, quienes siguieron peleando hasta el final aguardando por una recuperación. Diego será enterrado mañana jueves a las 17.00 horas en el cementerio de San Xorxe de Vea.

“Con 19 años esto no le tocaba, pero ahora no nos queda más que apechugar y aguantar”, lamentaba su padre desde el hospital solo unos días después de conocer el diagnóstico. La vida de este joven cambió por completo el día 19 de enero cuando su novia le vio unas pequeñas manchas en el cuello. Diego le restó importancia pero al día siguiente su pareja vio cómo las manchas se habían extendido y ya tenía también por las axilas. Con su insistencia, consiguió convencerlo. Desde el centro de salud lo enviaron a hacer unos análisis al Hospital Clínico Universitario de Santiago y ya no salió de él. El diagnóstico era claro: sufría una leucemia linfoblástica aguda. A partir de ahí quedó atacar con todo a la enfermedad, algo a lo que ayudó el buen estado físico del lateral.

Tras conocerse la noticia, Diego recibió el cariño de sus compañeros del Praíña, que al día siguiente decidían suspender los entrenamientos para acudir a las puertas del hospital con una pancarta para animarlo. A partir de ahí, el vestuario arropó a la familia, muy ligada al club, y a su compañero, que acudía siempre que podía a los entrenamientos y partidos. Diego soñaba con poder volver a jugar esta temporada pero su estado físico no lo permitía. Sin embargo, encontró otra forma de seguir formando parte del Praíña. Se convirtió en el segundo entrenador del equipo cadete en el juega su hermano David y en el que es delegado su padre Delfín.

El jugador estradense, en el día de su vigésimo cumpleaños.

El Praíña acudió a la puerta de hospital con una pancarta de apoyo. / Lois Docampo

Mientras seguía disfrutando del fútbol, el joven jugador mantenía una lucha constante contra la enfermedad, alternando momentos mejores con constantes recaídas tras su trasplante de médula. La última de ellas llegó en el pasado mes de noviembre, cuando, recién cumplidos los 20 años, tuvo que aislarse del mundo por una infección vírica.

En esta última batalla, Diego no estuvo solo. Pilar Bernárdez, antigua profesora del IES Nº1, y la orientadora de este mismo centro pusieron en marcha una iniciativa para recabar audios de ánimo para Diego. Las voces no solo llegaban de A Estrada, sino de otros puntos de Galicia, o lugares tan dispares como Andalucía, Marruecos o Cataluña. Su madre reconocía que estos mensajes eran una alegría para el joven estradense, sacándole más de una sonrisa en las que finalmente fueron sus últimas semanas de vida.

Diego, antes de su enfermedad.

Diego, antes de su enfermedad. / Lois Docampo

“Era como el hermano pequeño de todos”

Una de las personas del vestuario del Praíña que mejor conocía a Diego Montes era el capitán del equipo y también estradense, Luis López Bueno. El portero mantenía una amistad con el joven jugador pero también con su familia, por lo que fue el primero el recibir un mensaje de su padre, Delfín Montes, anunciándole el fallecimiento. “Fue un golpe muy duro para el Praíña. Nadie se esperaba algo así. Me costó asumirlo antes de avisar a los demás”, manifestó el capitán, quien recordó la llegada al equipo de joven lateral.

“Era un jugador que venía de la cantera y que pronto comenzó a entrenar con nosotros. Era un chaval muy querido y dinámico, así que al final era como el hermano pequeño de todos. Era el típico jugador que siempre quieres tener el vestuario. A pesar de su juventud, estaba totalmente integrado”, argumento López Bueno, quien recordó que hace solo dos semanas acudió al estadio Juan Amado para asistir al partido de su equipo. El Praíña por su parte anunció que retirará el número 2 en recuerdo de su joven lateral, DM2.