Miguel Novoa Varela, cura de Lalín y escritor

Abrió un Colegio de 1ª y 2ª Enseñanza en la capital dezana en 1876 y llegó a ejercer como capellán honorario del rey Alfonso XII

La antigua capilla de la Virgen 
de los Dolores, en el año 1875.

La antigua capilla de la Virgen de los Dolores, en el año 1875. / Antonio Vidal Neira

Antonio Vidal Neira

Miguel Novoa Varela se licenció en Sagrada Teología en el Seminario de Toledo. En noviembre de 1875, después de tomar parte en las oposiciones a las plazas de capellanes de la armada, el obispo de Lugo, José Lamadrid de los Ríos, tuvo a bien nombrarle cura ecónomo rector de la extensa y basta parroquia de Lalín, que había quedado vacante por fallecimiento de José Brandido.

En febrero de 1876, deseando dedicar a la enseñanza el tiempo que le quedaba libre en el desempeño de su sagrado ministerio, en unión de otros competentes y aventajados profesores, abrió un Colegio de 1ª y 2ª Enseñanza, en el cual se explicaba por un método sumamente fácil y sencillo las materias siguientes: Latín y Castellano y elementos de Francés y Griego; Geografía, Historia universal y particular de España; Retórica y Poética, Psicología, Lógica y Filosofía Moral; Física; elementos de Química e Historia Natural; Aritmética, Álgebra, Geometría y Trigonometría rectilínea. Los precios eran módicos.

El 4 de junio de 1877 vinieron en peregrinación a la ermita de Nuestra Señora de Montserrat las parroquias de Vilanova, Cristimil, Doade, Lodeiro, Soutolongo, Vilatuxe, Barcia, Anseán, Gresande, Donsión, Moneixas, Catasos, Goías y otras, celebrándose con tal motivo una función solemnísima, en la que Novoa Varela pronunció un breve y documentadísimo discurso.

A finales de 1877 es nombrado cura párroco de Lalín otro escritor, Laureano Guitián Rubinos, y Novoa Varela pasó a residir en Burgos, ocupando el cargo de Administrador del Real Patronato del Monasterio de las Huelgas, donde supo captarse las simpatías de los burgaleses. Pertenciente a la congregación de monjas cistercienses de San Bernardo, fue fundado en 1187 por el rey Alfonso VIII de Castilla y su esposa Leonor de Plantagenet. Alberga obras de gran valor, entre ellas, algunas de las vidrieras más antiguas de España.

El 8 de enero 1879 comenzó a publicarse la revista religiosa La Correspondencia Eclesiástica, dedicada al cardenal arzobispo de Toledo, de la que era director Novoa Varela. Salía a la luz los sábados de cada mes, al módico precio de tres pesetas al trimestre, seis al semestre y doce al año. Fue una de las revistas más interesantes para el clero de la época, publicada en España. Cada número contenía dieciséis páginas a dos columnas, de impresión compacta, clara y correcta. Sus artículos y noticias tenían una gran variedad y se referían a asuntos del mayor interés para el clero. Contenía varias secciones: Documentos Pontificios, en la cual se publicaban los más notables documentos emanados de la Santa Sede y de los respetivos Prelados del mundo católico. Parte canónica, en la que se trataban cuestiones de cánones y disciplina, de indiscutible actualidad. Materias predicables, donde se publicaban sermones morales, panegíricos y apologéticos de los más esclarecidos oradores. Parte litúrgica, en la cual se trataban cuestiones importantes de interés. Y Miscelánea, destinada a noticias de nombramientos, vacantes, traslados de personal eclesiástico y de lo más notable que ocurría.

En agosto de 1888, fue nombrado rector del Real Colegio de Santa Isabel de Madrid, que llevaba adjunto el cargo de Capellán de Honor Honorario de SM El Rey: era el que decía misa al rey y demás personas reales en su oratorio particular y asistía a los oficios y horas canónicas y otras funciones de la capilla de palacio en el banco denominado de capellanes. El colegio estaba en el Real Monasterio de Santa Isabel, había sido fundado por Felipe II en el lugar donde su secretario, Antonio Pérez, tuvo su suntuosa casa de campo. El patronato le otorgó a la iglesia una doble función: un convento de Agustinas y un colegio, inicialmente destinado a las hijas de los servidores de la Casa Real.

Novoa Varela tenía unas grandes dotes de orador sagrado, destacaba por la concisión y elegancia en la frase, la oportunidad en el pensamiento y la sobriedad en los conceptos. Era uno de los predicadores más habituales en las iglesias de Madrid, pronunciaba sermones dogmáticos, morales, panegíricos, doctrinales y controversias en las celebraciones de las fiestas religiosas.

Destacan las oraciones fúnebres: el 4 de diciembre de 1885 pronunció la oración fúnebre que, en las solemnes exequias por el eterno descanso de Alfonso XII, se celebraron en el Real Monasterio de las Huelgas de Burgos. El 25 de noviembre de 1889, cuarto aniversario de su fallecimiento, pronunció la oración fúnebre que se celebró en la Real Capilla de Palacio, y lo mismo hizo dos años después. Durante la Semana Santa de 1891 predicó en la Real Capilla el sermón del Mandato. En el convento de Santa Isabel, el año 1889, pronunció un sermón sobre el tema Peligros y consecuencias del viaje a la eternidad.

Libros y opúsculos

Prolífico escritor, publicó varios libros y opúsculos sobre temas religiosos: Modo fácil y provechoso de disponerse a recibir el Sacramento de la Penitencia y de la Sagrada Comunión, con oraciones afectuosas y devotísimas meditaciones tomadas de las obras del Doctor Angélico, de San Buenaventura, San Agustín, Kempis y el V. M. Fray Luis de Granada. El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos, con reseña de su fundación, sus privilegios, casi inverosímiles por lo extraordinarios, sus gloriosos sepulcros y su estado en aquel momento. Auxilio de predicadores: sermones morales, de más de 500 páginas. Un recuerdo glorioso de las Huelgas, Santiago Apóstol llamado del Espaldarazo, hermoso opúsculo con un excelente gravado de Santiago; se basa en la famosa efigie del apóstol que se conservaba en la capilla del Monasterio de las Huelgas que la tradición dice daba el espaldarazo a los reyes que se armaban caballeros en dicho monasterio. Sermones de Semana Santa y Pascua, predicados unos, escogidos otros y coleccionados, una magnifica edición de bolsillo, que contiene varios y excelentes sermones de Ramos, Mandato, Pasión, Descendimiento, Soledad y Resurrección. La llave del Paraíso ó sea de la buena elección de estado, libro único en su clase en España, contiene discretas observaciones y excelentes doctrinas y reglas para conducirse debidamente en materia tan delicada. Meditaciones. Monastère Royal de las Huelgas de Burgos. Précis historique, historia detallada y completa del citado monasterio en lengua francesa, destinado a las infantas y damas de rango superior, con noticias de su fundación, privilegios, reliquias veneradas y tumbas gloriosas. Exhortaciones, instrucciones y ejercicios para ganar el jubileo extraordinario y plenísimo del año 1886, con todo lo que es preciso saber para practicar bien las obras prescritas en las letras Apostólicas, a los fines del Jubileo y los ejercicios que ya individual y colectivamente deben ejercitarse.

También publicó en la revista La Correspondencia Eclesiástica sermones y panegíricos escogidos, que proporcionaba encuadernados en hermosos tomitos sueltos: de San José, la Virgen de los Dolores, la Invención de la Santa Cruz, la Degollación de San Juan Bautista, la Virgen del Carmen, San Antonio de Padua, San Francisco de Asís, la Anunciación de Nuestra Señora, el Arcángel San Rafael, el Santísimo Sacramento, las Animas, la Natividad de Nuestra Señora, San Joaquín, el Santo Rosario, la Ascensión de la Virgen, San Nicolás de Bari, Santa Bárbara o Santa Lucía.

Falleció en Madrid, en febrero de 1893, después de recibir los auxilios de la iglesia.

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