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El adiós de una pionera

Manuela Corral, la mujer que puso en marcha el departamento de Servizos Sociais de A Estrada en 1984, se jubila después de casi cuarenta años en el Concello

Manuela Corral, en el centro sentada, durante la comida de despedida que le organizaron ayer sus compañeros en el restaurante Samaná. | // BERNABÉ

Manuela Corral llegó a A Estrada en el año 1984 con una misión especial, poner en marcha el departamento de Servizos Sociais municipal. Se trataba de una iniciativa a nivel nacional y autonómico, que buscaba crear en cada municipio un servicio que velase por los vecinos, especialmente aquellos más desfavorecidos. Lo que hoy se ve como algo normal en aquel entonces era toda una novedad. Manoli, como la conocen sus amigos, fue la encargada de llevar a cabo este proyecto en la zona. Los comienzos no fueron fáciles pero cuarenta años después y en el momento de su retirada, se muestra orgullosa por lo logrado. Sabe de que habla, fue durante treinta años la jefa del departamento de Servizos Sociais de A Estrada. Ayer, la mujer que comenzó este camino sola se despidió junto a aquellos que deben continuar con su trabajo.

Manoli es natural de Lira, en Carnota, así que el destino la llevó muy lejos de casa. Eran los primeros años de la década de los ochenta y España entraba en su segunda legislatura democrática con el PSOE al frente. La joven recibió el encargo de hacerse cargo de un nuevo departamento de servicios sociales en A Estrada, desde donde debía atender también los concellos de Forcarei, Cerdedo y Cuntis. Manoli sin embargo descubrió pronto que aquella tarea no iba a ser tan fácil como había imaginado.

“Cuando empecé no estaba en el Concello. Me habilitaron un espacio en la antigua biblioteca, en el edificio que está en la calle Serafín Pazo”, recuerda. “Lo único que tenía era una mesa, una silla, un tocho de folios y una máquina de escribir. Era tan vieja que hoy está en el Museo Manuel Reimóndez Portela”, bromea. Manoli explica que eran tiempos difíciles para muchos vecinos de la zona, especialmente de las zonas rurales, sin embargo, el departamento no contaba con ninguna partida económica específica, más allá de pagar sus nóminas, con contratos temporales de seis meses encadenados, por lo que tampoco disponía de los recursos necesarios para ayudar a los vecinos. “Era terrible cada vez que tenía que ir a alguna casa y ver las condiciones en las que vivían muchas personas sin luz ni agua, especialmente en el rural”, explica recordando las visitas que tenía que hacer utilizando su propio vehículo. “Mi principal angustia era que viniese una persona pidiendo ayuda y no tuviese nada que ofrecerle”.

De la biblioteca al concello

Unos años después, la situación comenzó a mejorar. Del solitario cuarto en la vieja biblioteca pasó al consistorio. “En aquella época no había la cita previa, así que muchas veces te encontrabas con colas de treinta personas esperando para ser atendidas”, explica. A comienzos de los 90, Manoli, contando con la ayuda de su ayudante, Raquel López Doce, consiguió llevar a cabo un proyecto pionero. “El primer programa de infraviviendas de Galicia lo pusimos en marcha en A Estrada. En esa época se ofertaban préstamos para personas que necesitasen mejorar sus casas en mal estado pero había gente que no podía permitirse esos préstamos. Estuvimos varios años gestionándolas hasta que el Instituto Galego de Vivenda e Solo puso en marcha estas mismas ayudas a nivel gallego”.

Aquellos primeros pasos de Servizos Sociais distan mucho del actual departamento del Concello de A Estrada. “Para llegar hasta aquí hubo que dar batalla. Fue una carrera de fondo en la que fuimos dando pequeños pasos, como hormiguitas”, afirma recordando algunos de los logros que fueron consiguiendo a lo largo de los cuarenta años que estuvo en el Concello. En el momento de su retirada reconoce que estos pequeños pasos han terminado dando sus frutos, aunque lamenta algo que han ido perdiendo por el camino. “Ahora la burocracia nos hace centrarnos más en los papeles que en las personas y no podemos olvidarnos que las personas son lo más importante”.

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