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Las constantes lluvias compensan al sector primario después de la sequía estival

Crecen los prados y el forraje, de momento sin riesgo de arrastres | De ser torrenciales, podrían convertir los campos en lodazales

El cauce del río Deza desbordado a su paso por Vilatuxe. | //BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Después de las sucesivas sequías que caracterizaron a este 2022, el sector primario de la zona temía por el futuro de su actividad. No obstante, el último trimestre del año vino a redimir esa escasez de agua, con dos meses de continuas precipitaciones. Poco a poco, la tierra de los campos de Deza-Tabeirós va nutriéndose de nuevo, recuperando su fertilidad, pero según adelanta el gremio local, todavía hacer falta más agua para revertir las consecuencias negativas de tantos meses de sol.

En este aspecto, Román Santalla, de la cooperativa Cobideza, cuenta que “la lluvia nos viene muy bien. De hecho, aún ni siquiera nacieron los manantiales, no acaban de echar agua, por lo que seguimos con sequía en el fondo de los pozos”. Bajo su percepción, es necesario que continúen las precipitaciones al menos hasta final de año, para que los pozos más profundos puedan absorber bien el agua.

Santalla recuerda los primeros meses del 2022 y la época estival como “un tiempo de mucha angustia. Llevaba sin llover bien desde el pasado octubre y nuestros manantiales estaban muy achicados. Ahora parece que empiezan a recuperarse”.

Pese a todo, el presidente de Cobideza advierte que “tendremos que regular el consumo que hacemos de este bien, o rellenar los pozos con las aguas de los ríos”. Puesto que la tendencia a la seca que se ha vivido durante los dos últimos ejercicios ha dejado tales consecuencias que incluso las constantes borrascas de este octubre y noviembre no consiguen paliarlas.

Por otra parte, no sólo vale con que llueva; tiene que “llover bien”. Así lo afirma Jesús Conde, de la explotación estradense Conde da Xesteira. Es importante que “no haya lluvias torrenciales, porque podrían afectar a los campos”. Esto ocurriría si, debido a las lluvias torrenciales, se produjese el arrastre de sedimentos de fertilizante, o dada la alta presencia de agua en el pasto, con el pacer de los animales o el paso de la maquinaria se crease un lodazal.

En cuanto a las cosechas de forraje, por fortuna las borrascas y los temporales no afectaron al calendario. Jesús Montes, de la cooperativa O Rodo, comparte que “las cosechas de maíz están echas y lo mismo ocurre con la plantación de hierba. Ahora está creciendo el prado y para ello las lluvias vienen bien. Hasta ahora no han sido demasiado fuertes, por lo que no se han dado problemas para la fertilidad de la tierra”.

De facto, la calidad del forraje de este ejercicio es especialmente buena; “para el campo no hay nada mejor que mucha lluvia y mucho sol”, apunta Santana, a lo que Conde añade que “el forraje producido con sol es de mayor calidad que el producido con agua. Del pasto verde las vacas sólo aprovechan las puntas, por lo que el ganadero debe aumentar la parcela para que estas no se fuercen a comer los tallos. Esto es lo que produce leche”.

Así, aunque no es agradable que día sí día también el cielo que cubre las comarcas de Deza y Tabeirós se presenten sistemáticamente grises y lluvioso, el sector primario de la zona lo agradece enormemente, pues sin agua, su trabajo no tiene salida.

Primeras riadas del otoño

Las constantes lluvias de los últimos días, sumadas a las borrascas que se han sucedido desde inicios de octubre, han conseguido remontar el caudal de los ríos que bañan las comarcas, menguados en el verano a causa de las olas de calor. Prueba de ello es, por ejemplo, la alerta publicado por la Axega en su portal web, que reza “ante la subida del caudal del del río Lérez, la Xunta de Galicia viene de activar el Plan Especial ante el riesgo de Inundaciones en Galicia (INUNGAL), por la previsión de producirse posibles desbordamientos”. Del mismo modo, el desbordamiento estos días del cauce del Deza a su paso por Lalín también sugiere que el volumen de las aguas está aumentando considerablemente. Según los datos de las estaciones que figuran en meteogalicia, el caudal del Deza este sábado 19 era de 14,8 metros cúbico, mientras que el lunes ya había subido a 47,2. En el mismo período, el Ulla pasó de 6,2 a 7,9 metros cúbicos, y el Lérez de 40,8 el sábado a 64,4 el domingo. En un solo día subió en torno a 24 metros cúbicos. Cabe mencionar que, dado el relevo que rodea el paso de este río, como es el caso de Forcarei, suelen registrarse más precipitaciones, lo que explicaría un aumento tan notable en un período de tiempo inferior.

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