La vecería –fenómeno que afecta a algunos árboles frutales por el que alternan años de mucho fruto con otros de reducidas cosechas– jugaba en contra y la meteorología también lo hizo. A Estrada cierra estos días la recogida de manzana en las más de 100 hectáreas de cultivo ecológico distribuidas a lo largo y ancho del municipio. La inmensa mayoría de este fruto, por no decir su totalidad, se destinará a la elaboración de sidra, tanto en la planta de Custom Drinks (Hijos de Rivera) en Chantada como en los lagares del concello que cuentan con el correspondiente registro sanitario.
Con una treintena de productores apostando por este sector, actualmente son dos las cooperativas que los reúnen: Maestra y Ullama. A ellos se suman un par de propietarios que comercializan su manzana de manera independiente. Fuentes consultadas por esta Redacción estimaron ayer en alrededor de 500.000 kilos la producción de manzanas de esta campaña, muy por debajo de los 1,5 millones de kilos recogidos el año anterior. Pese a ello, desde Ullama se precisó en la tarde de ayer que, aunque todavía no se dispone de datos que cifren la cantidad de fruto recogido por esta cooperativa, la temporada resultó “mejor de lo que se esperaba”. Toda su manzana está ya en Chantada para la elaboración de la sidra ecológica que se comercializa bajo la marca Maeloc.
Si ya de por sí la temporada se esperaba muy floja, la primavera no favoreció, aportando trombas de agua y fuertes vientos en un momento en el que el fruto estaba cuajando. De este modo, el sector estradense se sitúa en un mal año para la producción, en la misma línea que el que viven otras comunidades con gran tradición sidrera.
Lejos de desanimarse, en los lagares del municipio bulle ya la actividad para elaborar la sidra de la temporada. En la parroquia estradense de Agar, Lagar Peroja lleva ya días prensando manzanas, con la intención de sacar en primavera 5.000 litros de sidra. Desde esta sidrería, Víctor Peroja confirmó ayer que ya podrá comercializarse como sidra artesana, después de la certificación que acaba de concederle la Xunta. “Seguiremos en la misma línea, pero ahora tenemos el certificado –dentro del decreto de sanidad alimentaria– de que somos oficialmente lo que, en realidad, siempre fuimos”, señaló.
Tras la selección manual de las manzanas y su lavado, el fruto se muele y pasa a la prensa. De ahí se extrae lo que denominan “mosto flor”, que se usa para elaborar los 2.000 litros de mosto ecológico de manzana que este lagar distribuye en cada campaña, y la sidra. Para convertirlo en mosto, este jugo inicial tendrá que someterse a un proceso de pasteurización. La sidra requiere una doble fermentación, un proceso lento que permitirá hacer el “abillamento” en primavera para probar el caldo del nuevo año.
En Pardemarín ya se completaron este fin de semana los trabajos para la elaboración de 15.000 litros de sidra Rabiosa, lo que implicó procesar más de 30.000 kilos de manzana. Entre las 27 variedades con las que trabajan, destaca la Rabiosa de Callobre, fruto que da nombre a esta sidra. Orlando Villamayor explica que estas manzanas poseen mucho azúcar, propiedad que mejora y extiende en el tiempo el proceso de fermentación. También en este lagar se deja que la naturaleza se tome su tiempo para elaborar una sidra que podrá escanciarse la próxima primavera, después de un invierno tomando cuerpo y sabor.
