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La peatonalización y la rebaja en los alquileres reviven la “milla de oro” para el comercio de A Estrada

Apenas medio año después de completarse la humanización, la arteria comercial entre Praza de Galicia y Porta do Sol invierte la tendencia y florecen nuevos negocios | De los 106 bajos, 79 están abiertos, 25 vacíos y dos en reformas

Un bajo comercial, en reformas, en una Calvo Sotelo ahora peatonal. | Bernabé/Javier Lalín

Apenas han transcurrido seis meses desde que A Estrada dio el paso adelante para cerrar al tráfico la que, sin lugar a dudas, es la principal arteria comercial de la capital estradense. Pese al poco tiempo pasado desde que se completaron los trabajos de la tan esperada peatonalización, sus efectos han sido inmediatos. No solo se aprecian con claridad en las estampas del ahora concurrido paseo de piedra que conecta la Praza de Galicia con la Porta do Sol, sino que la total humanización de esta “milla de oro” ha permitido constatar el interés por ocupar bajos comerciales que llevaban tiempo con el cartel de “se alquila” colgado en sus escaparates. Al cambio de tendencia que venía arrastrando la céntrica Calvo Sotelo contribuye también un descenso en el precio del alquiler de los locales, según ha podido constatar la Asociación de Comerciantes da Estrada (ACOE) que preside Alfredo González.

Con un paseo basta. Si hace unos meses realizar este recorrido permitía ir enumerando una abultada sucesión de bajos comerciales empapelados y carentes de actividad, la nueva imagen que proyecta esta calle principal es ahora bien diferente. De un tiempo a esta parte los estradenses han asistido al florecer de nuevos comercios entre la Praza de Galicia –la popularmente denominada A Farola– y la Porta do Sol, evidenciando no solo el estancamiento de los cierres en este paseo sino también un marcado cambio de tendencia. De hecho, esta está latente en las obras de reforma que pueden apreciarse ya en al menos otros dos locales para la puesta en marcha de iniciativas comerciales nuevas o preexistentes.

Baja el alquiler

En este punto, el presidente de la ACOE puso ayer el acento en el hecho de que algunos de estos nuevos bajos que recuperan su actividad comercial lo hacen al abrigo de un cambio de ubicación de negocios que ya formaban parte de la oferta estradense. Alfredo González precisó que algunos de estos traslados se materializan alentados por importantes rebajas en el precio de los alquileres, incluso en locales de la misma Calvo Sotelo.

En este contexto, el dirigente de esta asociación, que representa en A Estrada al grueso de uno de los sectores económicos más importantes para la economía local, detalló que en algunos casos concretos los comerciantes se animan a asentarse en la zona peatonal para aprovechar su nueva estética y favorecerse de bajadas de precios que oscilan entre los 300 y los 400 euros al mes. Este aliciente hizo que algunos empresarios trasladasen de bajo su comercio estando, incluso, en la misma calle.

“Están bajando los precios”, apuntó Alfredo González, que no dejó de reconocer que los alquileres continúan, sin embargo, todavía muy elevados para una localidad como A Estrada. Estimó que el precio medio en la calle Calvo Sotelo puede rondar ahora –para bajos de grandes dimensiones– los 1.500 euros, cuando antes se pedían por estos mismos locales entre 2.000 y 3.000 euros mensuales. Esta cifras hacen inviable el mantenimiento de muchos negocios, condenándolos al cierre. “El dueño de un bajo no puede pedir 3.000 euros en un lugar como A Estrada. Ahora quedamos los comercios pequeños y somos los que tenemos que sustentar el pueblo”, incidió el presidente de la ACOE, quien también puso el acento en que el comercio está sufriendo el incremento de los precios que puede apreciar en su día a día cualquier consumidor.

Gastos crecientes

“En algunos negocios el recibo de la luz subió un 200% y también se encarecieron los gastos de personal”, dijo González. “La gente lleva seis o siete meses aguantando pero, aunque es cierto que se abren muchos negocios, también hay bajas”, remarcó.

La remozada arteria comercial estradense refleja, en cambio, una imagen de revitalización. Entre la Praza de Galicia y la Porta do Sol se cuentan 106 bajos destinados a actividades comerciales y hosteleras. Atendiendo al número de locales que ahora tienen una nueva actividad o que se están sometiendo a reformas para volver a abrirse al público, el porcentaje de comercios cerrados en la “milla de oro” estradense pasó del 30% al 23,5%. Si antes eran 31 los bajos sin actividad, con la peatonalización y la rebaja de los alquileres, en seis de ellos volvió a subirse la persiana. De este modo, de los 106 espacios disponibles en esta calle, 79 poseen actividad, dos la recuperarán en las próximas semanas y 25 permanecen todavía cerrados.

Fuera de las plazas

El análisis de los bajos destinados a la actividad comercial en el recorrido desde la Praza de Galicia hasta la Porta do Sol permite observar que es en las plazas que marcan el inicio y el final de este paseo donde decae el número de establecimientos abiertos al público. Para muestra, un botón: en la Praza de Galicia hay 16 locales comerciales, de los que siete tienen actividad y nueve están actualmente cerrados. Situación similar se aprecia en la Porta do Sol, con un local abierto y otros cinco cerrados. En ambos casos la antigüedad de los locales invita a pensar en que la necesidad de una importante reforma pueda sumarse a los precios elevados por el céntrico emplazamiento y desmotivar a los emprendedores.

En las calles Calvo Sotelo y Ulla, ahora todavía más difíciles de distinguir por la continuidad en el recto discurrir empedrado, la concentración de comercios abiertos es más elevada. Desde A Farola hasta el cruce con la calle Justo Martínez son 22 los bajos, 18 de ellos con comercio, tres cerrados y uno en reformas. Seguidamente, hasta la intersección con la Rúa Castelao son otros 42 bajos, de los 37 tienen negocios, tres están sin actividad y uno se encuentra en obras. Finalmente, el tramo correspondiente a la calle Ulla totaliza 21 establecimientos disponibles para el comercio, 16 abiertos y cinco vacíos.

Todo este escenario peatonal tiene el último viernes de noviembre otra cita comercial importante: el Venres Meigo, un modelo de Black Friday preludio de la siempre aguardada campaña de Navidad.

Alfredo González: "A algunos, por moverse solo unos metros, le baja mucho el alquiler"

Alfredo González, presidente de la ACOE. Bernabé/Cris M.V.

Con solo cruzar la calle o avanzar unos metros arriba o hacia abajo en la céntrica Calvo Sotelo, algunos comerciantes consiguen llevarse una alegría a finales de mes. “A algunos, por moverse solo unos metros, le baja el alquiler 300 euros al mes; incluso en la misma calle”, apunta el presidente de la ACOE. Incide en que quienes quieren que sus locales no permanezcan vacíos no tienen, al final, más remedio que ajustar los precios a la situación real del sector y al mercado del municipio. “Estas bajadas están animando a la gente a abrir”, subrayó. González quiso hacer hincapié en que los comerciantes están sufriendo en carnes propias el incremento de los suministros. “Un año lo asumimos nosotros, pero con todos estos incrementos, a ver qué pasa el año que viene”, sostuvo, antes de añadir: “la vida también nos sube a nosotros, así que los precios que se venían pidiendo no pueden ser; tienen que cambiar”.

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