Los descendientes de Feliciano Cajide Vilariño y Concepción Mosquera Verde, ambos naturales del municipio de Vila de Cruces, celebraron el sábado una reunión familiar y compartieron una comida en Casa Pablo, en A Goleta. Él era “un bohemio de su tiempo”, como relata su nieta Sonia, que recuerda que, con solo 17 años, fue a la guerra, de la que no guardaba buenos recuerdos. Escritor,compositor y músico autodidacta, tocó en las bandas de Muimenta, Brántega y Merza, enseñó solfeo a algún que otro vecino y escribió poemas y el himno de su parroquia natal, Larazo, en donde está la casa familiar y en donde goza de un monumento desde hace años. En palabras de sus nietos, ella era “una gran trabajadora” que cuidaba de los hijos y de la casa y se encargaba de las labranzas, posibilitando así que su marido “pudiese hacer realidad su sueño de tocar en la banda”. “Somos la familia que desciende de estas grandes personas”, resume Sonia, que destaca una gran enseñanza aprendida de sus abuelos: “De la pobreza y de la humildad se sacan grandes sonrisas”.