Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Regreso al horror, tres décadas después

Conservación de Carreteras encuentra en un trabajo rutinario restos del accidente de un autobús escolar que se despeñó por un barranco en el Alto da Rocha, dejando cinco niños muertos

Estado en el que quedó el autobús tras caer por el barranco. Ricardo Grobas

Han pasado treinta años pero el recuerdo de aquel suceso todavía sigue en la mente colectiva de la zona. Cinco escolares perdieron la vida en junio de 1992 cuando el autobús que los llevaba de excursión desde Monforte a las Rías Baixas se despeñó por un barranco en el Alto da Rocha, entre Silleda y A Estrada. Este suceso causó una gran conmoción, formando parte de la historia negra de Galicia. Ha pasado mucho, pero en la zona del alto de Xindiriz todavía se pueden encontrar restos de ese autobús, como pudieron comprobar ayer miembros del servicio de Conservación de Carreteras.

Marcos Castro recuerda cuando, tiempo después del siniestro, pasó con su padre por la zona. En su cabeza quedó grabada la imagen de los restos de los enseres de los niños que iban dentro del autobús todavía desperdigados por todas partes. Nadie vino jamás a buscarlos, una forma de dar portazo al horror que en ese lugar del Alto da Rocha se vivió hace tres décadas.

Castro sacó varias fotos de sus hallazgos, que después fue mostrando a los vecinos de la zona para saber más de aquel día. “Era una zona de muy difícil acceso así que después del accidente vinieron y se llevaron el autobús pero muchas piezas y los enseres de los niños quedaron por allí. Los vecinos de Xindiriz se acuerdan bien de lo que pasó, ya que lo vivieron en primera persona”.

Los ataúdes son llevados en remolque hasta la carretera. | // RICARDO GROBAS

Esa imagen volvió a su mente en el día de ayer, cuando realizaba junto a sus compañeros trabajos de inspección para Conservación de Carreteras en la zona de Xindiriz. “Estábamos haciendo inventario de los sistemas de drenaje de esta carretera cuando me acordé del accidente. Desde allí tardé poco en comenzar a encontrar restos del autobús. Había piezas desperdigadas por toda la zona”, explica.

El hallazgo del servicio de Conservación de Carreteras trae a la actualidad un suceso que causó conmoción. Corría el mes de junio de 1992 cuando cinco niños perdieron la vida y otros treinta resultaron heridos tras caer por un barranco en el Alto da Rocha. El accidente se produjo en torno a las diez de la mañana, cuando el autobús, con matrícula C-4366–AB de la empresa Alvisa, que transportaba 35 alumnos de octavo de EGB del colegio Divina Pastora de Monforte de Lemos, se precipitó por un barranco. El vehículo se salió del arcén de la carretera en una curva y recorrió 53 metros arrastrando la valla antes de caer. Tras salirse de la carretera, el autobús cayó por una barranco de 35 metros de profundidad, dando tres vueltas de campana. Su caída terminó siendo frenada por unos árboles que había a media ladera.

A partir de ahí comenzó la locura. Las primeras labores de auxilio las realizaron catorce miembros del Servicio contra Incendios Forestales que estaban colocando una torreta en una de las pendientes de la zona donde se produjo el siniestro. La voz de alarma la dio el jefe de servicio, movilizándose un gran número de efectivos de emergencias, algo poco habitual en la época. Una vez llegados al lugar, se encontraron con cadáveres en diferentes zonas, ya que los niños fallecidos fueron aquellos que salieron despedidos del autobús. Algunos de los cuerpos tuvieron incluso que ser retirados con palancas al quedar atrapados bajo el vehículo.

En el lugar se presentaron un gran número de efectivos, con una fila de ambulancias llegados desde puntos como Santiago o Pontevedra, que bajaban por la montaña en ambas direcciones. Al lugar incluso acudieron tres helicópteros, que se encargaron de evacuar a los heridos más graves. El accidente se achacó a un fallo humano.

El autobús se dirigía a la zona de las Rías Baixas, donde los escolares iban a celebrar el fin de curso. El viaje de regreso estaba programado para unos días más tarde, después de disfrutar de una discoteca que tenían alquilada en O Grove. El MOPT explicó que proyectaban arreglar la carretera en el lugar donde se produjo el accidente, con un ensanchamiento de los márgenes y una nivelación de la pavimentación, pero las denuncias interpuestas por los vecinos ante la expropiación de las tierras retrasó el inicio de las obras.

Este suceso causó una gran conmoción tanto en Silleda y A Estrada como en Monforte, de donde eran los escolares que viajaban en el autobús. Se trató de un accidente marcado en la historia negra de Galicia, una imagen difícil de olvidar y que a día de hoy todavía sigue dejando un recuerdo físico y moral en la zona de Xindiriz.

Restos del accidente. Cedidas

Un huella que se mantiene con el paso del tiempo

Retirar el autobús siniestrado del barranco por el que cayó no fue una tarea fácil en la época. Fue necesario traer una grúa de grandes dimensiones y abrir un camino forestal para poder elevarlo hasta la carretera. Tras él fueron quedando desperdigadas numerosas piezas que a día de hoy todavía se pueden encontrar por toda la zona.

Compartir el artículo

stats