Ayer llegaron las ansiadas lluvias a tierras dezanas, anunciadas previamente a lo largo de la mañana por intensas rachas de viento. Ese viento que traía buenos augurios contra la sequía no ayudó, en absoluto, al arranque de la temporada de caza menor. “El aire solano, si viene del Norte o del Este, limpia muchos rastros y desorienta a los perros”, explica el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, José Luis Montoto.
Aún así, los cazadores sí pudieron cobrarse piezas de conejo, perdiz, faisán zorro y también liebre, puesto que los tecores que reclamaron contra la veda en toda la provincia obtuvieron al final permiso para abatir ejemplares de esta especie. Abunda en Silleda, por ejemplo, donde se pueden ver ya en zonas bajas. Desde la Sociedade de Caza e Pesca de Silleda no notan, por el momento, merma de conejo (sembraron 2.000 ejemplares), pero sí hay un tremendo descenso de su población en otros tecores como Lalín o Vila de Cruces.
Aunque la sequía de la primavera y el verano favoreció sus asentamientos, los primeros brotes de hierba verde provocaron enfermedades víricas que echaron por tierra las buenas expectativas de, por ejemplo, Lalín. Si semanas atrás veían cómo mejoraba la población, ahora “tenemos que mirar qué ocurrió, si les afecta la vírica o aumentaron los depredadores de conejo”, indica Montoto.
El faisán se asienta en Cruces
En Vila de Cruces la vírica ha sido la responsable de la caída de población de conejo, “que se mantuvo bien hasta que comenzaron los entrenamientos” de perros, en septiembre, apunta desde el colectivo de cazadores Manuel Blanco. En Cruces, sin embargo, sí funciona la repoblación de faisán, gracias a la presencia del pantano. Aquí, aunque aumenta la densidad de zorro, todavía quedan ejemplares con sarna.
En cuanto a la perdiz, arranca la temporada con buenas perspectivas en Silleda, pero los cazadores apelan a la precaución para los próximos tres meses de temporada.
