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Un largo “agosto” para la hostelería de Lalín

Muchos bares y restaurantes de Lalín registran mejores cifras que antes de la pandemia gracias al turismo y al buen tiempo veraniego | La programación cultural y las fiestas municipales contribuyeron al repunte del sector

Las terrazas se llenaron por el buen clima y las fiestas de As Dores. | // BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

Los bares y restaurantes de Lalín han cerrado el verano con muy buenas cifras, llegando a mejorar los datos registrados antes de la pandemia. Los hosteleros del municipio califican como “muy positivo” el balance del periodo estival.

Alejandro Iglesias, del restaurante Cabanas, asegura que durante estos meses se ha visto claramente como la gente tenía ganas de salir de sus casas tras dos años de parón, incluso considera que se trata de uno de los mejores veranos en mucho tiempo.

Por su parte, Alberto González de Casa Currás manifiesta que en establecimientos como el suyo llegaron a tener el doble de trabajo de lo habitual. Esto se debe a que mucha gente llegaba de fuera y, también, está relacionado con el buen clima registrado durante la estación más calurosa del año. Las altas temperaturas contribuyeron a llenar las terrazas, ya que según afirman varios empresarios, todavía hay bastante gente a la que le cuesta entrar en el interior de los locales como consecuencia del COVID-19.

A pesar de los buenos números conseguidos, los hosteleros aseguran que el mes de septiembre, sobre todo la primera parte, suele decaer bastante en comparación con julio y agosto. Esto se debe a que la gente que tiene vacaciones en esos meses, es menor y que es un momento del año donde las personas tienen que hacer frente a muchos gastos, como los de la vuelta a clase y el encarecimiento generalizado de los precios como consecuencia de la inflación.

Sin embargo, la segunda parte del mes vuelve a dejar buenos datos gracias a la celebración de las Festas das Dores. El fin de semana pasado supusieron tres jornadas muy potentes para los bares y restaurantes lalinenses, tal como asegura Luis Alberto Guerreiro, del restaurante Las Palmeras, ya que no solo los vecinos salieron a la calle con motivo de las festividades, sino que se consiguió atraer a mucha gente de fuera del municipio. Sin embargo, tanto el lunes como ayer, martes, la actividad fue menor debido a que solamente es festivo local y las personas que vienen de otros lugares deben regresar a su rutina diaria. A esta buena acogida se le suma que durante las celebraciones establecimientos como Alfonselle o Camilo ampliaron su horario nocturno, adaptándolo a las cinco jornadas. De esta forma, los locales abrían al público un poco más tarde y cerraban de madrugada, lo que les permite aprovechar en mayor medida la afluencia de gente. Asimismo, el gran volumen de trabajo ha llevado a que locales como O Asubío tuvieran que reforzar sus plantillas para poder dar un buen servicio a sus clientes.

Actividades culturales

El Concello de Lalín, por su parte, creó un amplio programa cultural durante los meses de verano para poder ayudar al sector hostelero, que tan mal lo ha pasado durante los dos años de pandemia. Ante esta iniciativa municipal, son varios los propietarios que se muestran contentos, un ejemplo es Mónica Blanco, de Alfonselle, que asegura que “todo lo que sea generar ambiente para que la gente consuma en el pueblo es positivo”. Esta es una idea que mantienen varios gerentes, que incluso afirman que esta medida no solo los favorece a ellos, sino que también contribuye al impulso del comercio.

Aun así, hay quienes no están del todo conforme con estas actividades. Es el caso de Emilia Faílde, propietaria de O Café de Mili, que considera que la programación cultural no llega por igual a todos, ya que siempre se realiza en las mismas zonas, lo que provoca que algunos establecimientos no puedan verse beneficiados del ambiente que se genera. Por ello, solicita al consistorio que reparta más las ubicaciones para que sea más justo y equitativo entre todos los locales.

El cocido se consume hasta con 30 grados

Todavía quedan unas semanas para que dé comienzo la temporada fuerte del cocido en Lalín. Aun así, hay establecimientos como el restaurante Cabanas y Casa Currás que no dejan de servirlo durante todo el año, eso sí, en los meses de verano bajo encargo. Los cocineros de ambos establecimientos, Alejandro Iglesias y Alberto González, manifiestan que es lógico que se consuma en esa época, a pesar del calor –extremo este verano–, sobre todo por parte de clientes llegados de fuera que no tienen otra oportunidad para catarlo el resto del año. Lo mismo puede decirse de los peregrinos que durante su recorrido hacia Santiago realizan una parada en la capital dezana y muchos aprovechan para degustar el plato más típico de su cocina. Por lo general, suelen recibir encargos dos o tres días por semana e incluso preparan cantidad de más por si a alguna otra persona le apetece consumirlo.

Fuentes con algunos elementos del cocido. | // BERNABÉ/JAVIER LALÍN

Iglesias manifiesta que, aunque estén prestando este servicio bajo demanda, porque comprenden que es la época donde se congrega un mayor número de turistas, no será hasta el 1 de octubre cuando empezarán a servirlo de manera oficial y a diario. Junto a los locales donde ya se puede solicitar el cocido, también hay otros, como Las Palmeras, que se ciñen a la temporada, y no será hasta principios de noviembre cuando dispongan de este servicio, que se prolongará hasta finales de marzo. Esto no quita para que reconozcan que, aunque van a esperar un poco más para prepararlo, los foráneos les pregunten por si lo tienen disponible en su carta. El cocido de Lalín goza de prestigio a escala mundial tras conseguir en 2020 la certificación como Fiesta de Interés Turístico Internacional, lo que supone el máximo reconocimiento que se puede alcanzar en este ámbito.

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