El próximo 17 de noviembre, Henry Villalobos espera poder estar en Las Vegas. “Estamos intentando organizar para ir toda la familia”, reconoce emocionado. El músico de origen venezolano, de nacionalidad argentina y afincado en A Estrada desde hace dos años, tiene ese día marcado en rojo en el calendario. Por primera vez en su larga trayectoria musical, Villalobos está nominado a los Grammy latinos. Competirá en la categoría de mejor arreglo por su trabajo junto a su amigo Daniel Barón en la canción “Son da Loma”.

El estradense reconoce que el solo hecho de estar nominado supone un premio en sí mismo y más teniendo en cuenta que competían con una canción clásica de salsa. “Por lo general, cuando se premia el mejor arreglo no se tiene mucho en cuenta los arreglos de salsa. Sin embargo, creo que hicimos algo diferente, con una estructura y una forma distinta a las canciones de salsa tradicionales. En este caso se dieron cuenta del trabajo que hay detrás de la canción, de esa parte artística”, explica al hablar de una canción en la que estuvieron trabajando cerca de un año, cuando lo normal es dedicar unos tres meses. El estradense augura sin embargo que será complicado llevarse el premio, compitiendo contra artistas de la talla de Jorge Drexler o Armando Manzanero.

El músico recuerda que esta canción llevaba tiempo en el cajón, hasta que, junto al productor venezolano Dani Barón, la puso sobre la mesa cuando trabajaba para el artista de salsa Pedro Alonso. “Decidimos trabajar en ella pero sin prisa. Los tiempos se fueron alargando porque no teníamos mucho tiempo al estar los dos trabajando en otros proyectos, hasta que finalmente lo acabamos”. Ahora está en manos de un jurado de expertos, no por votación como otras categorías.

La vida de Henry Villalobos ha estado siempre ligada a la música. Ha trabajado con artistas como Pimpinela, Carlos Baute, Ricardo Montaner, Paz Martínez, Tony Succar, Nelson Arrieta o Gilberto Santa Rosa, entre otros. “Estuve siempre estudiando. Fueron cuatro años en el conservatorio y luego continué con profesores privados. El último de ellos me marcó mucho. Se llama Manuel Fraga, un pianista de jazz en Buenos Aires. A él le debo mucho. Fue mi guía y quien me abrió un poco la cabeza”, recuerda.

Llegó con su familia justo antes de la pandemia

Henry Villalobos nació en la localidad venezolana de Maracaibo, mudándose después a Caracas a los 23 años. En el año 2004 conoció a su esposa argentina, por lo que decidió trasladarse a Buenos Aires. Todos los años que pasó trabajando en la música fue creando contacto, entre ellos Ernesto Teruel. “Allí la situación estaba un poco convulsionada a nivel político, pero a través de él surgió a posibilidad de venirnos en el año 2020 para trabajar con algunas ofertas aquí. Sin embargo, llegó la pandemia y nos cambió todos los planes de manera radical. Me quedé de un día para otros sin nada pero ya estábamos aquí. Ahora se han normalizado las cosas y ya he vuelto a trabajar con algunas orquestas”.

En A Estrada, Villalobos también encontró un espacio para su música, con el Lucía Azurmendi Group, “un proyecto conceptual muy interesante y bonito” y colabora con el Obradoiro Carlos Barruso. En todo este proceso, el músico y su familia encontraron un hogar. “A Estrada nos ha traído buena suerte. Aquí hemos hecho muy buenos amigos y nos dieron la mano. Mi mujer encontró trabajo en Sala Gradín para sostener la casa mientras yo no pude trabajar. La gente en general aquí es genial y el ritmo de vida nos encanta. Estamos muy felices. En otro lugar habría sido otra historia. Esta comenzó de una manera estresante pero luego se fue revirtiendo todo y ahora todo nos sonríe. Estamos encantados”.