“Estamos alejados de la mano de Dios y un poco preocupados por todo lo que está pasando en Fontao”. El que dice esto es Daniel Rodríguez, un vecino del poblado minero situado en el municipio de Vila de Cruces, donde vive con su mujer y sus cinco hijos, y que por iniciativa propia ha puesto en marcha la recogida de firmas en el lugar para elevar las quejas de todos sus habitantes a María Dolores Fernández Galiño, Valedora do Pobo, con el objetivo de acelerar la rehabilitación de este singular emplazamiento del municipio cruceño. El hartazgo ante la pasividad de las distintas administraciones a la hora de acometer estos trabajos es el denominador común de una comunidad que apela ahora a la Valedora do Pobo como última esperanza de que les hagan caso.
Daniel Rodríguez señala mientras posa junto a varios convecinos en un desvencijado columpio que “tengo las firmas de un 85% de los habitantes que hay en el poblado porque cada día hay más riesgo de que suceda algún accidente debido a la presencia de cables sueltos de farolas rotas que están en el campo. Además, el parque infantil está cada día peor y las basuras no se recogen. Son muchísimas cosas que nos están haciendo la vida difícil”. Rodríguez se ha implicado tanto en la tarea de hacer llegar las quejas de los pobladores de Fontao a las más altas instancias incluso con material de todo tipo: “Estoy recopilando pruebas gráficas y demás para que vean que es verdad lo que estoy diciendo”, subraya. La apelación a la figura de Fernández Galiño es todo un SOS por parte de unas familias que han ocupado la práctica totalidad de las viviendas y que lo único que demandan es poder vivir de una forma digna en un enclave de un alto patrimonio cultural, pero también industrial por su vinculación a la extracción del wolframio en el siglo pasado.
Cabe recordar que en octubre de 2021, la asociación Minas da Brea, de la que Daniel Rodríguez es socio hace apenas un mes, trasladaba a los partidos políticos de la oposición cruceña las deficiencias que tenía el poblado y que debían subsanar o bien el Concello o bien el Instituto Galego da Vivenda e Solo, responsable de la adjudicación de las viviendas en alquiler. Lo cierto es que basta darse un pequeño paseo por el lugar para comprobar como a día de hoy poco, o nada, está mejor que el año pasado. Mención especial merece el parque infantil, que continúa con sus balancines, toboganes o columpios rotos u oxidados. Y esto sucede en el segundo núcleo más habitado del municipio de Vila de Cruces, después del casco urbano, y en el que residen cerca de 40 niños.
Además, la Xunta de Galicia destinó en 2021 más de 212.000 euros a la ejecución de obras de reparación y conservación exterior en dos bloques de viviendas situadas en el poblado minero. Al respecto, Rodríguez señala que “lo último que tengo entendido es que la subvención había caducado y que los trabajos no se han terminado de hacer”. Este inquieto vecino del poblado minero cruceño asegura que “algo huele a chamusquina” en torno a todas esas partidas destacando que “dejaron caducar de forma sorprendente el presupuesto para las obras del parque infantil”, concluye.
