Una acera de Silleda se ha convertido en un negocio –desde luego, no buscado– para los talleres de neumáticos del entorno. Son varios los vehículos que en los últimos meses han destrozado sus ruedas contra el bordillo que estrecha el final de la calle Antón Alonso Ríos, ya a la altura de la Praza Siñor Afranio, justo antes de la elevación del firme para girar hacia la rúa Cartagena. Por eso, tanto vecinos de la zona que transitan a menudo por allí como otros usuarios esporádicos claman por una solución diferente a la actual, bien haciendo la acera recta y eliminando la esquina, bien dotándola de un peralte.
No obstante, desde el Concello de Silleda aseguran que ya han tomado medidas; en concreto, desde el gobierno local indican que se limó la esquina para redondearla y se pintó una raya en el suelo para advertir de la proximidad del bordillo que delimita la zona peatonal. Además, recuerdan que la circulación rodada por la calle está limitada a 20 kilómetros por hora, igual que en la Progreso, en cuya humanización se enmarca la reforma de la Praza Siñor Afranio y su entronque con Alonso Ríos y Cartagena.
Pero conductores que han sufrido percances contra el bordillo discrepan de las soluciones aplicadas hasta la fecha, pues sostienen que siguen produciéndose daños en los vehículos. “La calle se estrecha de repente y, por muy despacio que vayas, cuando te das cuenta ya has chocado contra el bordillo”, relata uno de los afectados. Y no ha sido “ni el primero, ni el único”, como le refirieron en su taller: “Me dijeron que habían tenido que cambiar varias ruedas por gopes contra esta acera”. Además, allí los coches circulan pegados al margen derecho para poder tomar la curva, muy cerrada, hacia la calle Cartagena.
