El Pazo de Oca lució ayer sus mejores galas para la celebración del Sagrado de Corazón, un día que desde hace décadas está marcado en rojo en el calendario del conocido como Versalles gallego. Después de dos años en los que la tradicional fiesta del pazo estradense tuvo que suspenderse por culpa de la pandemia, el duque de Segorbe, Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba, volvió a convocar a sus amigos para una celebración en sus impresionantes jardines que reunió a representantes de la nobleza, la política y la cultura. No fue sin embargo una fiesta tan multitudinaria como en anteriores ocasiones. Solo un selecto grupo de unas sesenta personas participó en esta ocasión, la mayor parte de ellos habituales invitados del duque.

Varios invitados charlan en los jardines del Pazo. | // BERNABÉ/ANA AGRA

Como es tradición, la celebración del Sagrado Corazón arrancó en la capilla del Pazo de Oca, donde se fueron congregando los invitados, mezclándose con los vecinos de Oca. El duque y su mujer, la princesa María de la Gloria de Orleans y Bragança, llegaron a la capilla por su acceso privado desde el pazo junto a algunos de sus invitados. Una vez allí Luis Quintero Fiuza, obispo de Tui-Vigo, ofició la misa, que terminó con la procesión. El administrador del Pazo de Oca, el empresario estradense Gonzalo Figueiras, encabezó la marcha con el estandarte de la Casa de Medinacelli, una labor que viene realizando desde hace 29 años. Tras él, varios fieles portaban la imagen de la virgen, seguida de las tallas de San Antonio y el Niño Jesús.

El duque Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba (centro) charla con IgnacioPérez Blanco e Ignacio Pardo de Guevara. // Bernabé/A. Agra

Finalizada la parte más religiosa, los invitados se dirigieron al interior del pazo, donde en sus jardines estaba todo listo ya para disfrutar de un aperitivo junto a sus estanque y a la sobra de las viñas. Mientras estos se relajaban, el anfitrión recibía a los integrantes de la Coral del Pazo de Oca, para sumarse poco después al grupo. La que más se hizo esperar en esta ocasión sin embargo fue la princesa, que llegó después acompañada de una invitada. Posteriormente, todos se dirigieron al gran salón del pazo estradense para la comida.

La princesa María de la Gloria de Orleans y Bragança (a la derecha), llega al aperitivo con una invitada. // Bernabé/Ana Agra

Entre los invitados volvieron a destacar personalidades como la senadora María Jesús Sáinz; el cónsul Adriano Marques de Magallanes; o el dramaturgo catalán y uno de los promotores de Ciudadanos, Alberto Boadella. Entre las ausencias estuvo la del sobrino del duque Pablo de Hohenlohe y Medina, su esposa María del Prado y sus hijas, habituales de esta celebración.