El edil de Obras e Servizos de Lalín, José Cuñarro, admitió ayer que “va a ser muy complicado” que las pérgolas del CEIP Golmar y el patio cubierto estén listos antes del 8 de septiembre, cuando empieza el curso. La empresa adjudicataria, Roybas Vázquez, sí se comprometió a este plazo, pero los trabajos están parados desde principios de mes, a la espera de que se le suministre el hierro para colocar las zapatas y construir la estructura.

Solo la excavación

La empresa hizo la excavación en la última semana de julio, y desde entonces la obra no tuvo más avances. La firma confía en que le lleguen las zapatas “a finales de esta semana, para comenzar la semana que viene”, añade Cuñarro, quien recuerda que este retraso en suministros es común a otras obras.

La demanda de una pérgola en la entrada del edificio y otra en el patio de Infantil, así como la cubrición del de Primaria, es una reclamación que se arrastra desde hace años. Fue bandera del PP en la oposición, por eso ahora no se entiende esta permisividad con el calendario. Días atrás Compromiso alertó del parón de las obras, y ayer lo hizo el BNG. Su portavoz, Francisco Vilariño, sostiene que esta situación “es de extrema gravedad y se debe a la incapacidad del gobierno”, un ejecutivo que asumió el coste de los trabajos pese a que tendría que hacerlo la Xunta, dado que lo normal es que la administración local se encargue solo del mantenimiento. Vilariño indica que solo se realizaron tareas de picado en los dos patios, así que con toda probabilidad los 635 estudiantes del Golmar van a estar hacinados durante los recreos, en las primeras semanas de colegio, al no poder emplear estos patios.

Vallado deficiente

El BNG llevará a pleno este retraso y pedirá dimisiones por él. Y no solo por la demora en la ejecución de los trabajos, sino por despreocupaciones como el vallado deficiente de las obras: hay una zona con un agujero de más de un metro de diámetro, donde no hay vallas y por donde pasaron durante todo el verano los niños que participan en las actividades de Enrédate.

Por cierto, estos niños tienen que acceder al centro por la zona de las pistas deportivas del IES Aller Ulloa. “Va a ser un caos en el inicio de curso” si se mantiene esta entrada, añade Vilariño. En este sentido, Cuñarro explicaba ayer que hubo contactos con la ANPA y con la directora. Con esta responsable del centro habrá a finales de mes otra reunión, para abordar sobre todo la entrada al recinto. En ella se construirá una pérgola para evitar que los niños se mojen al bajar y salir de los autobuses de transporte.