Un paseo por la calle B de Lalín, que hace décadas concentraba la movida nocturna de la capital dezana, permite ver el deterioro de esta rúa y no solo en la pérdida del tirón que tuvo como antaño en el ocio nocturno, sino también en el mobiliario: hay tarimas de terrazas de bares que llevan años cerrados, y que muestran ya el paso del tiempo con maderas rotas y metales oxidados.

Para el BNG de Lalín, desde el gobierno local es necesaria y urgente una actuación para retirar estas tarimas, “dado que ocupan plazas de estacionamiento y suponen un peligro, sobre todo para los niños”, explica el portavoz del partido, Francisco Vilariño. El BNG admite que pueda haber cierta flexibilidad desde el Concello en exigir su recogida, por si el local reabre o se traspasa, pero cuando transcurren años estas plataformas “deberían retirarse”. Hay tarimas en desuso desde hace tiempo en la calle B, pero también podemos verlas en otras zonas como Alcalde Ferreiro. El BNG calcula que en todo el casco urbano superan la media docena y que están repartidas “tanto en calles que podían ser peatonales como en otras rúa menos céntricas”, explica Vilariño. En este sentido, el portavoz del Bloque reprocha al ejecutivo local “su desidia absoluta y su doble moralidad, porque por un lado no acomete la peatonalización y por otro está perdiendo plazas de aparcamiento” en las zonas que ocupan estas tarimas.

Otra plataforma en desuso en la calle B, con la madera caída o rota.

Otra plataforma en desuso en la calle B, con la madera caída o rota.

Este año las terrazas de Lalín están exentas de impuestos, pero es que una vez que cierra un local ya no hay que pagar la tasa de ocupación de vía pública ni la de terraza, y sin embargo que estas construcciones sin servicio continúan sobre la acera o sobre el firme y no están pagando nada. Algunas de las que aún ocupan plazas de estacionamiento podrían almacenarse a la espera de un nuevo uso, pero otras se encuentran en tan mal estado que su único destino es la eliminación. “Dan una imagen horrible, además del peligro” que suponen tanto para cualquier niño que se suba a estas plataformas semipodridas como para los turismos que a veces se acercan demasiado en las maniobras de estacionamiento. Vilariño entiende “que los dueños del bajo al que pertenecía la terraza desee mantenerla en el lugar”, por si vuelve a alquilar el local, “pero es como si un particular marca todos los días una zona en la calle con un par de conos para meter su coche cuando lo necesite”. Añade que en Lalín hay dos personas que se encargan de la inspección de terrazas, por lo que esta situación de abandono podría evidenciar que “hay una dejadez de sus funciones”.

Contrato

Sobre la responsabilidad de quién debe hacerse cargo de estas tarimas en desuso, Francisco Vilariño señala que “entendemos que los responsables son los dueños del bajo donde se instala el local, pero los propietarios del inmueble también pueden exigir en el contrato la retirada de la retirada de la tarima, si el inquilino cierra o traslada el negocio”.