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Cuatro estradenses sobreviven a la tragedia del Medusa Festival

María, Iria Mencía, Clara y Javier vivieron momentos dramáticos durante el “reventón térmico” saldado con 1 muerto y 40 heridos

Los cuatro estradenses salieron ilesos del Medusa.

Toda España se despertó ayer conmocionada por la tragedia acaecida en el Medusa Sunbeach Festival, unas jornadas de música electrónica celebradas en la valenciana localidad de Cullera. A partir de las 22:00 horas del sábado, un fenómeno meteorológico conocido como “reventón térmico” provocó que varias grandes estructuras, como escenarios y torretas, se desplomaran y dejaran, al menos, un muerto y 40 heridos.

El importante festival, que es uno de los más esperados a nivel nacional, contó con representación estradense. María López, Iria Mencía Fandiño, Clara Iglesias y Javier Domínguez, todos naturales de diferentes puntos de A Estrada, llegaron a Cullera el martes, día 9. Aunque el Medusa Sunbeach Festival propiamente dicho empezó el viernes, es muy habitual que los días anteriores se celebren fiestas y conciertos más reducidos en las inmediaciones del recinto principal del evento.

El día del inicio del festival, los cuatro amigos estradenses acudieron al recinto donde estaba pensado que se desarrollara, durante cinco jornadas, el grueso del evento musical. Alrededor de las 22:00 horas de la noche se empezó a levantar un fuerte viento, que llegó acompañado de un sofocante calor. En palabras de las estradenses, la intensidad de la temperatura era tal que “casi no dábamos respirado”. En cuestión de un instante, todos los presentes en el recinto se vieron envueltos en una espiral de tierra y arena que, prácticamente, impedía que se pudiera ver “a más de medio metro”. López contó con horror, como en ese momento presenciaron la caída de una “gran torre de metal” que cayó “encima de un chico” y lo sepultó, mientras la gente corría despavorida e innumerables estructuras, desde vallas a tiendas de campaña, volaban por los aires.

El “reventón térmico” no duró mucho más de medio minuto, pero fue tiempo suficiente para que se vivieran situaciones de auténtico terror y caos. Las estradenses reconocen que sintieron “mucho miedo” porque “pensábamos que en cualquier momento podía venir volando cualquiera cosa y matarnos”. En medio del caos, María contó que hubo policías y otros agentes de seguridad que sacaron las porras y comenzaron a “cargar contra la gente que escapaba”. Además, las salidas de emergencias del recinto se bloquearon debido al paso de las ambulancias, que no daban abasto entre los afectados por los golpes y las personas que sufrían algún tipo de intoxicación etílica.

Finalmente, la fuerza del viento fue disminuyendo y a primera hora de la mañana, el aire cesó, antes de volver a levantarse en forma de ventisca alrededor de las 9:00 horas. En esos momentos, gran parte de los asistentes que aún estaban en Cullera optaron por abandonar el festival, como hicieron López, Fandiño, Iglesias y Domínguez.

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