Desde que se concluyó el nuevo proyecto de la Praza da Feira, hace prácticamente dos meses, casi toda la población de A Estrada se formó una opinión al respecto. En su corta vida, la plaza que acoge el mercado local cosechó numerosas críticas, pero también colecciona un buen número de elogios. Las protestas emitidas a causa del pavimento utilizado, o por el mal estado de la vegetación elegida, contrastan con otras opiniones, más benevolentes, que ensalzan la obra que convirtió un simple aparcamiento de paso en una de las plazas más frecuentadas del casco urbano estradense.

Muchas de las alabanzas provienen de hosteleros que tienen sus negocios en esta parte de la localidad o, en su defecto, de los clientes que frecuentan los distintos establecimientos localizados en la zona de la Praza da Feira. La realidad es que la mayoría de los bares de esta parte de la villa están viviendo una época dorada, desde que el Concello acabó las obras en la plaza.

En la propia Praza da Feira, donde se instaló el pavimento de arena, están localizados los establecimientos A Taverna da Feira, Amadeus y Gran Sol. El gerente del primero, Esteban Constenla, se mostró entusiasmado por los buenos resultados que está dando la nueva plaza a los locales que aloja. Constenla considera un aliciente para los clientes que la plaza quedara “tan bien, con espacios grandes en los que pueden jugar los niños”, lo que arrastra hasta su negocio a muchos padres con menores a su cargo. Otro aspecto clave, según el propietario de la Taverna da Feira, es el hecho de que “todos los bares de la zona cuenten ahora con buenas terrazas”, algo que según él, “llama más a la gente”. Lucía Buján, de la Cafetería Amadeus, sigue la misma línea que Constenla, afirmando que “la gente se mueve más hacia esta zona por el gran ambiente que permite ver una plaza como esta”. El otro local que tiene terraza en esta parte de la plaza, el Gran Sol, pudo poner terraza fuera del propio establecimiento. Lo único negativo que perciben los propietarios de estos negocios son las “tormentas de arena” que se levantan del pavimento cada vez que sopla el aire.

Por otro lado, los establecimientos situados en la parte superior, que enlaza la plaza con la calle San Antón, no coinciden, sino que reflejan ciertas discrepancias entre ellos. En Tapería O Lar y en el Samaná se mostraron “muy contentos” con el resultado de las obras, puesto que pudieron contar con unas terrazas mejores que las de antaño. Por el contrario, en O Rincón de Fer lamentan que, debido a la reducción del número de plazas de aparcamiento y al no aumentar su terraza, su clientela bajó claramente.

¿La nueva feria o la Zona dos Viños?

El meteórico resurgir de la nueva Praza da Feira provocó que muchas de las personas que visitan asiduamente los bares hayan cambiado sus hábitos en este sentido. La Zona dos Viños, que durante años fue el centro neurálgico del terraceo estradense, parece perder terreno ante una plaza que, a priori, está mucho más preparada para albergar a grupos grandes de personas. Al ser preguntados sobre el tema, los hosteleros de la tradicional Zona dos Viños estradense muestran, prácticamente sin tapujos, su resignación. En la mayor parte de los casos, reconocen que los bares de la Praza da Feira disponen de “un espacio más amplio, con más luz y menos viento” que sus homólogos localizados al otro lado de la Farola. Otro aspecto destacable es la situación de las terrazas en la zona de la feria, que están mucho más agrupadas, lo que “suele atraer mucho más a la gente”. Esto ocurre en verano, pero habrá que esperar a ver qué pasa en invierno.