El Concello no obtiene respuesta del Gobierno sobre las mejoras en la N-640 propuestas en abril

El regidor local solicitó una actuación en la vía tras el atropello a una menor hace tres meses | Anteayer se registró otro siniestro

La recta de Ponte Liñares fue testigo de varios siniestros en los últimos años. |   // BERNABÉ / JAVIER LALÍN

La recta de Ponte Liñares fue testigo de varios siniestros en los últimos años. | // BERNABÉ / JAVIER LALÍN / Bieito Baliño

Bieito Baliño

A Estrada

El paso de la N-640 por Ponte Liñares, en la parroquia estradense de Callobre, volvió a registrar un nuevo accidente el pasado viernes. Un choque por alcance entre dos vehículos, que acabó con un menor ingresado en el Hospital Clínico de Santiago, ha vuelto a poner en el centro de atención al que posiblemente sea el gran punto negro de los viales de la comarca. La peligrosidad de esta zona y la necesidad de realizar alguna actuación que aporte más seguridad a la vía es un asunto que, cada cierto tiempo, suele estar en el candelero debido a los siniestros que, de vez en cuando, hacen saltar las alarmas en A Estrada.

A mediados del pasado mes de abril, esta crítica zona ya había registrado otro siniestro, en el que una niña resultó atropellada por un turismo, justo en el punto situado entre la panadería A Casa do Pan y el restaurante Río Liñares. Este lugar no cuenta con paso de peatones pese a la existencia de dos establecimientos a ambos lados de la carretera, siendo esta, además, una nacional. Finalmente, la pequeña pudo regresar sana y salva a su casa, pero el atropello originó una clima de protesta que se extendió rápidamente por todo el municipio de A Estrada.

Pocos días después del siniestro, el regidor local, José López Campos, remitió un escrito a la Unidad de Carreteras del Estado en Pontevedra, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, reclamando “medidas inmediatas” para tratar de reducir la alta siniestralidad y mejorar la seguridad vial en la carretera N-640 al paso por la localidad estradense y por las diferentes parroquias que atraviesa. En aquella ocasión, López Campos recordó que no era la primera vez que reclamaba al Gobierno central alguna actuación para tratar de subsanar los problemas de tráfico que se originaban ocasionalmente en la vía. Al ser de titularidad estatal, el Concello no podría realizar ningún tipo de actuación sobre esta carretera. Varios meses después de la petición del alcalde estradense, desde el Concello aseguran que todavía no han recibido ningún tipo de respuesta por parte del Gobierno. A día de hoy, cuando casi se han cumplido los tres meses de plazo que la administración tenía para contestar a la petición del gobierno local, desde el Concello señalan que volverán a insistir, para tratar de buscar una solución que mejore las condiciones de la polémica vía.

Firmas para el cambio

A raíz del siniestro acaecido en el mes de abril, también se originó una campaña en Callobre con el objetivo de reclamar mejoras de seguridad en el paso de la N-640 por la zona de Ponte Liñares. Durante los primeros días, esta iniciativa vecinal reunió casi 2.000 firmas recogidas a través de internet. Ahora, casi tres meses después del accidente que conmocionó a la localidad estradense, parece que el proyecto de los vecinos se estancó, al sumar sólo un puñado de rúbricas más que cuando se inició la campaña.

La iniciativa incluía una serie de peticiones que los vecinos propusieron para intentar reducir la siniestralidad de la zona. Una de las peticiones vecinales fue la instalación de semáforos de control de velocidad, que se cerraran cuando los vehículos superaran los 50 kilómetros por hora. También se planteó colocar elementos sonoros más intensos que los que hay actualmente o incluso construir una rotonda en el cruce entre la N-640 y la PO-2017 –conocida como la carretera del Pazo de Oca– para obligar a reducir la velocidad a los vehículos que viajen en dirección A Estrada. Otras medidas que plantearon los vecinos fueron la instalación de más elementos de señalización, tanto para peatones como para conductores, la colocación de bolardos para evitar que haya coches mal aparcados que dificulten la visibilidad, o incluso poner un radar, móvil o fijo, que obligaría a los vehículos a reducir la velocidad.

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