El pleno municipal de Silleda volvió a escenificar ayer el enconamiento que existe entre el gobierno y la oposición. La sesión extraordinaria había sido solicitada por el Partido Popular para aclarar dos contratos menores, al considerar que desde el ejecutivo del PSOE se le viene coartando su derecho a la información sobre los expedientes municipales. Pero, al margen de dejar el estreno de la nueva secretaria, Lucía Artime Alonso –que acumula Silleda, procedente del Concello de Noia–, solo evidenció la irreconciliabilidad de las posturas.

El alcalde, Manuel Cuiña, esgrimió datos para acreditar que su gobierno sí facilita a la oposición el acceso a la información de los expedientes municipales. En su primer turno de intervención, hizo una extensa relación de todos los expedientes a los que había solicitado acceso el PP, respondiendo a las “mentiras sobre la falta de transparencia que lleva semanas haciendo” y demostrando que “todas sus peticiones fueron respondidas en el plazo estipulado por la ley”. También indicó que el acceso a los decretos se proporciona con las diferentes convocatorias plenarias, tal como figura en el informe de Secretaría a raíz de la petición popular para tener todas las resoluciones de la alcaldía.

Pero el portavoz popular, Ignacio Maril, sostiene que muchos expedientes les llegaron fuera de plazo e insistió en que antes les dejaban ver las facturas y ahora no. Respecto a los decretos de la alcaldía, sostiene que “nunca nos dieron copia ni los incluyen en la documentación previa a los plenos”.

Los expedientes que motivaron la petición del pleno fueron dos contratos menores: para la mejora del acceso a Silleda y a la Semana Verde por Vilanova y el paso de peatones elevado en la Rúa da Estación, junto al CEIP de Silleda. Cuiña advirtió que las dos actuaciones cuentan con “informes positivos” tanto de Intervención como de Secretaría. “Son dos obras menores muy necesarias, que garantizan la seguridad viaria de los niños del colegio y la guardería, y el acceso a la Semana Verde”, indicó.

Maril le reprochó que las obras se iniciasen antes de finalizar el procedimiento administrativo de su contratación. Cuiña lo justificó “aprovechando que la maquinaria iba a estar en una zona próxima, lo que permitió un ahorro de 5.000 euros para las arcas municipales”. Afirmó que el estudio económico ya estaba realizado y que las obras se llevaron a cabo teniendo en cuenta la urgencia y la optimización de recursos. “Las hicimos ahorrando dinero y sin ni un solo reparo por parte de los técnicos municipales”, adujo. Pero Maril sostiene que es “una falsedad”, pues todos los contratos tienen que seguir un procedimiento “y no había ningún expediente cuando se hizo la obra”.

En el segundo punto del orden del día, el PP solicitaba la reprobación del alcalde y del edil de Obras, Antonio Ferro Losada, de quien Cuiña dijo que “trabaja todos los días por Silleda sin dedicación exclusiva”. Lamentó, además, el intento de reprobación a un gobierno que en nueve años ha hecho “obras tan destacadas” como la residencia y centro de día, el vivero de empresas, la escuela de música, la red de calor o la planta de biorresiduos y cuya “excepcional gestión económica” permitirá acabar el año con cerca de 11 millones de euros, “casi lo mismo que dejó el PP en facturas sin pagar”. Maril le recordó que la reprobación se debía a los citados contratos menores de obras.

La reprobación no salió adelante, al contar solo con los votos a favor del PP, ya que la concejala del BNG, Tania Cornado, había abandonado poco antes la sesión, eso sí, no sin cuestionar al concejal de Obras por su devenir político, llegando a acusarlo de transfuguismo. “Solo una radical puede decir esas cosas. Vivimos en una democracia y cada quien es libre de concurrir en la lista electoral que quiera”, le respondió Cuiña.

El regidor acusó al PP de utilizar “el máximo órgano de representación del Concello” para intentar “dañar la imagen” del gobierno con “provocaciones y mentiras”, en una “estrategia electoral de difamación como la que ya hizo en 2019”. Sostiene que forzó el pleno “porque vienen las elecciones y, por lo que se ve, está cometiendo el mismo error que hace cuatro años, cuando empezó a difamar y a embarrar”.

El debate fue subiendo de tono hasta llegar a un final bronco en el que Cuiña y Maril se acusan mutuamente de buscar la confrontación personal. El edil popular asegura que tuvo que soportar “descalificativos e insultos” del regidor, que acudió a increparle una vez terminada la sesión y al que ve “muy nervioso, porque sabe que lo tenemos trincado”.