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Las carreteras autonómicas recuperan tráfico, pero siguen por debajo de los años pre-COVID

La PO-841 (A Estrada-Pontevea) crece un 19% y roza los 9.400 vehículos diarios en 2021 | La PO-534 llega a los 3.728 unidades en Botos, tras aumentar casi un tercio | La vía Agolada-Melide vuelve a rebasar los 3.000

La PO-841 es una de las vías con mayor siniestralidad dada su densidad de tráfico. Bernabé/Ana Agra

Las carreteras autonómicas recuperaron durante el año pasado buena parte del tráfico perdido en 2020, con motivo del estado de alarma aplicado por la crisis sanitaria del COVID-19. Todas las vías aumentan su aforo, algunas por encima del 30%, pero la mayoría no alcanza la intensidad circulatoria que tenía antes de la pandemia.

La memoria publicada por la Axencia Galega de Infraestruturas recoge datos de aforo de cinco carreteras de titularidad autonómica que atraviesan Deza y Tabeirós-Montes. La más transitada es la PO-841, salida natural de A Estrada hacia Santiago de Compostela, en trámites para la prolongación de la autovía AG-59 desde A Ramallosa hasta O Rollo, en Santa Cristina de Vea. Su intensidad media diaria (IMD) en 2021 fue de 9.397 vehículos, 1.527 más de los que había registrado el año precedente, lo que arroja un crecimiento del 19%. No obstante, sigue por debajo del promedio de los tres ejercicios previos a la pandemia, en los que no había descendido de los 9.500. Su tráfico pesado supone un 8,2% del total.

Los meses con más tránsito son abril y octubre, que rozan los 10.000 vehículos diarios, mientras que los más flojos son febrero (7.062) y enero (7.810). La variación semanal es todavía más considerable, con un promedio de 10.362 unidades los días laborales –10.898 los viernes– y 6.978 los festivos. Y las horas punta coinciden con las de entrada y salida del trabajo, pues supera los 700 automóviles de 8 a 9, de 15 a 16 y de 19 a 20 horas.

La segunda vía en intensidad de tráfico es la PO-534, que comunica Lalín con Pontevedra y que cuenta con tres estaciones de aforo. La primera está ubicada en el tramo que va desde el enlace de la autopista Santiago-Dozón (AG-53) hasta el polígono industrial de Botos. Por allí transitaron 4.140 coches al día el año pasado, 986 más que el año anterior, lo que se traduce en una subida del 31,2%, es decir, casi un tercio. Aún así, no son suficientes para situarse al nivel pre-COVID, con un pico de 4.325 en 2017. Presenta un 7,8% de tráfico pesado. Junio es el mes con más ajetreo en la PO-534 a su paso por Botos, al rebasar los 4.500 vehículos diarios, un millar más que en enero. Los viernes promedia 4.900, mientras que los domingos registra 2.900. Su hora punta está entre las 13 y las 15.

Siguiendo por la PO-534, el trayecto entre Laro (Silleda) y Cachafeiro (Forcarei) contabiliza 929 vehículos por jornada, un centenar más que en 2020, lo que equivale a una subida del 12,4%. La estación ubicada en Aciveiro constata más de un millar de unidades diarias entre julio y septiembre, mientras que en enero y febrero no llega a 700. Aunque no hay mucha diferencia entre días laborables y festivos, sí destaca el viernes, único de la semana por encima de 1.000. La incidencia del tráfico pesado en Aciveiro se sitúa en el 11,2%, muy por encima de la que había en Botos e idéntica a la registrada en Folgoso.

En esta localidad de Cerdedo se ubica la tercera estación de medición de la PO-534, que contó 1.479 coches diarios el pasado ejercicio, 213 más que el anterior (16,8%). No obstante, antes de la pandemia llegó a rebasar los 1.600. Aquí el mayor tránsito corresponde al mes de junio, con 1.752, casi los mismos que promedia los viernes.

La carretera que más circulación recupera es la PO-533 (Lalín y Rodeiro), que tuvo 3.728 vehículos al día, 889 más que en 2020, lo que supone un aumento del 31,3%. En este caso, incluso se sitúa por encima de 2017, con 3.685. La evolución es creciente a lo largo del año, con un bajón en febrero (2.902) y máximos por encima de 4.000 en agosto y septiembre.

La PO-840, que une Agolada con Melide, es la que más tráfico pesado arroja, con un 14,7% de sus 3.046 vehículos diarios; también es la que menos crece, un 10,6%, tras apuntarse 292 unidades más que en 2020. Entre mayo y noviembre rebasa los 3.000 coches por jornada, con una máxima de 3.521 en agosto. Algo más, 3.600, promedia los viernes.

La vía con menos camiones y autobuses (7,6%) es la PO-205, que parte de la N-525, en Silleda, hacia Vila de Cruces. Promedió 2.807 automóviles el último año, 467 más que el anterior (20%). Rebasa los 3.000 entre junio y diciembre y marca mínimo en enero (1.917) y febrero (2.066).

7.500 en la AG-53 en Dozón, un millar más que en el tramo de pago que enlaza con Santiago

La AG-53 fue la vía autonómica de la zona que más acusó el parón de la pandemia en 2020 y también de las que mejor se recuperó al año siguiente: los 7.511 vehículos diarios registrados entre Dozón y el enlace de Piñor son 1.568 más, lo que supone un crecimiento del 26,3%. Sigue muy lejos de los casi 8.500 que había marcado en 2019. Eso sí, aventaja en más de un millar a su hermana de pago, la AP-53, que enlaza con Santiago, cuya media fue de 6.492. La oscilación mensual es grande en la autovía, que en agosto llega a rebasar los 10.000 vehículos, más del doble que en enero (4.484) y febrero (4.614). Además, este primer tramo, que discurre por Dozón, es el único que supera el 15% de tráfico pesado. Ya en terreno totalmente de Ourense, los trayectos entre Piñor y Cea y el de Maside, promedian, respectivamente, 7.456 y 7.404 vehículos diarios. El último, que desemboca en la A-52 en Barbantes, se dispara a 14.119. Todos ellos crecen por encima del 26%.

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