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Javier Mariño Autor del libro “Las jarras del trotamundos”

“Estuve en 159 países de todo el mundo, pero no los conozco como me gustaría”

“Mi peor experiencia fue en Corea del Norte; dos guías nos controlaron a tres personas”

Javier Mariño, en una imagen promocional.

A lo largo de su vida ha visitado 159 países, por lo que le faltan 26 para cumplir con su sueño de haber estado en todos los rincones del planeta. Ayer, el lucense Javier Mariño Chao, presentaba en el Casino de Lalín su novela Las jarras del trotamundos, un relato de ficción inspirado en su experiencia.

–Tiene usted una marca difícil de superar, ¿no le parece?.

–A todo hay quien te gane. Conozco gente que ya estuvo en todos los países del mundo. Hay uno que me viene a visitar al que sólo le queda un país por visitar. Acaba de llegar de Afganistán, es de Valencia, y lo voy a recibir en Viveiro.

–¿Cuánto hay del trotamundos Javier Mariño en esta novela?

–Está basado en mis viajes pero es un libro de ficción y de intriga. Hasta la última página no se sabe lo que le ha pasado al personaje, que ya ha viajado a todas las partes del mundo. El personaje sí que lo ha conseguido pero tiene una frustración que se resuelve al final.

–¿Cuándo decidió en convertirse en un adicto a los viajes?

–A mi siempre me gustó viajar. Empecé con mi primer sueldo. Yo soy profesor de matemáticas y cuando aprobé la oposición cogí mi coche y me fui por Europa. Estuve cinco veranos viajando de país en país y de albergue en albergue.

–¿Siempre viaja en coche?

–Como te digo, esos fueron mis comienzos. Pero también estuve de mochilero por Centroamérica y por América. Eso sí, los viajes de Semana Santa o de Navidad suelen ser de los que se denominan organizados. Entonces, lo que tocó fue coger muchísimos aviones para poder viajar por casi todo el mundo.

–Le faltan 36 naciones por visitar. ¿Tiene pensado completar su particular periplo planetario?

–Por supuesto. Sin ir más lejos, este verano, en agosto, me voy a Guinea-Conakri, Guinea-Bisáu, Liberia y Sierra Leona. Son cuatro países pequeños situados en el Golfo de Guinea, en África, que espero poder visitarlos todos. Como es de suponer, los países que me quedan suelen tener en común el ser problemáticos. Voy con otro tres compañeros que también son viajeros experimentados y con un guía de allí en un todo terreno. Por supuesto que en ese tipo de países existen riesgos, pero hay que asumirlos.

–¿No tiene miedo?

–Ya estuve en Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín e incluso en Burkina Faso. Hay que ir sabiendo a dónde vas y tomando todas las precauciones posibles, claro.

–¿Se considera un viajero diferente al resto de los que visitan también distintas partes del mundo?

–La verdad es que yo hago todo tipo de viajes. Los hice de mochilero, con mi coche, pero también me fui con muchos compañeros de instituto y de parejas que tuve en todo este tiempo, como pueden ser los típicos viajes de crucero al Caribe con todo incluido. Me gusta viajar y nunca digo que no. Me gusta ir de mochilero porque así conoces mucha gente, pero también a un hotel de cuatro estrellas con el guía que te lleva a todos los lados.

–¿La mejor y peor experiencia en tantos años de trotamundos?

–Mi mejor experiencia siempre es por los países de África porque me gusta mucho la adrenalina, como es ir a ver a los gorilas de montaña, que tienes que estar cuatro o cinco horas andando hasta localizarlos, o meterte en una jaula con el gran tiburón blanco como me sucedió en Sudáfrica. Y lo que menos es quizás cuando vas a un país como Corea del Norte. Me acuerdo que fuimos tres personas y había dos guías, uno delante y otro detrás que no dejaron de controlarnos.

–¿Hemos perdido el glamour de antaño a la hora de viajar?

–Yo he ido a 159 países de todo el mundo pero no los conozco. Eso es complicado porque yo tengo un presupuesto y tiempos limitados. Tienes que decidir pero yo con mi locura he intentado ir por todos los países pero reconozco que no los conozco como me gustaría. Es algo que requiere mucho dinero pero también mucho tiempo. Se hace lo que se puede, por supuesto.

–¿Qué va a hacer cuando haya visitado todo el planeta? ¿Repetir?

–Me gustaría recorrer a conciencia toda España. Cuando tenga una edad me dedicaré a visitar bien nuestro territorio nacional. Otra idea que me ronda es abrir una cervecería a la que me gustaría llamar “Las jarras del trotamundos”. ¿A dónde voy con una colección tan grande de jarras, los ocho pasaportes y los billetes y monedas de todos los países? Pues eso, abriré la cervecería para poder reunirme con amigos y compañeros de viaje.

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