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Rufino Vallín Collado | Tratante de ganado

“Cuando me estrené en Silleda nadie sabía que en Galicia había terneros”

“En aquellos años los ejemplares frisones gallegos eran como los azules belgas”

El cántabro Rufino Vallín lleva casi 60 años viniendo a las subastas de ganado de Silleda. | // BERNABÉ

Atiende la llamada de FARO DE VIGO mientras saborea una exquisita ración de pulpo en las inmediaciones de las naves de la Feira Internacional de Galicia que, como cada martes, se llenan de reses bovinas. Rufino Vallín Collado es un tratante de ganado montañés que no aparenta los 87 años que tiene y derrocha simpatía recordando los casi 60 años que estuvo yendo a las subastas de ganado de Galicia.

–¿Cómo recuerda los primeros años que estuvo en la subasta de Silleda?

–Recuerdo que me llamaron cuando la inauguraron porque querían que yo estuviera aquí. Hace muchos años que vengo a Galicia, una tierra que me encanta, y siempre quedé bien con los pagos y con la gente. Ahora, Manolo, que es el veterinario titular se ha preocupado de mí y me hace ilusión.

–¿Qué fue lo que le atrajo de Silleda como mercado de ganado?

–Cuando me estrené aquí nadie sabía que en Galicia había terneros. En aquellos años, los terneros de Galicia eran como los azules belgas y unos terneros muy buenos y, también, muy especiales. Yo tenía clientes en Cataluña y afortunadamente me sobraba trabajo. Por eso duré tantos años en Silleda.

–¿Qué tipo de ganado trabajó todo este tiempo en sus viajes?

–Lo mío es ganado frisón, que es lo que más ha abundado aquí en Galicia. Como te digo, lo compraba aquí y después lo mandaba a Cataluña.

–¿Era complicado poder organizar el transporte de todos esos animales?

–Ya había camiones entonces para eso. En aquella época tenía camión propio para transportar el ganado. Eso sí, no había tantos vehículos como hay ahora pero tengo que decir que nunca tuve problemas para llevar el ganado a Cataluña.

–¿Trabajó en alguna otra parte de Galicia antes que en Silleda?

–Bueno, yo era bastante busca cosas porque era joven y me gustaba buscar. En aquellos años sabía que había una feria en Santiago y vine. Cuando me enseñaron los terneros aluciné, y ya no me despegué. Eran terneros muy buenos que pronto envié a Cataluña. Los catalanes fueron y siguen siendo todavía los que más terneros han engordado en toda Europa. Es algo que siguen haciendo hoy en día.

–¿Qué le ha traído a Silleda después de tanto tiempo?

–Si te soy sincero, hoy (por ayer) he venido a Silleda sobre todo a recordar. Me hacía mucha ilusión venir a Silleda porque tengo dos hijas y me riñen por hacer un viaje tan largo hasta aquí. Siempre les digo a las dos que no se preocupen por mi porque siempre fui buen conductor. Date cuenta de que cuando me iba de Comillas a Santiago, después, hacía otra viaje y me presentaba en Lérida para hacer mi trabajo. Incluso me tengo acercado hasta Portugal, donde también había muy buenos terneros en aquellos años. Andaba media España de aquella, hombre. Pero merecía mucho la pena porque compraba aquí en Galicia un ganado excelente y después lo mandaba a toda la buena clientela que tenía. Todavía hay alguno que me sigue llamando.

–¿Sigue tratando o ahora se toma la vida con más calma?

–Tengo que decir que trabajé bien, honradamente, y ganándome lo mío. En estos momentos, los clientes que conservo se los doy a los amigos que tengo en Galicia. Yo tengo una explotación en Santander de terneros de engorde y cuando los termine de vender ya tiro la toalla. Todavía mantengo la actividad porque tengo facultades pero ya me riñen para que no siga.

–¿Cuánto ha cambiado la calidad de la carne desde que usted empezó con este trabajo?

–La calidad de los terneros ha cambiando mucho. Los terneros frisones son diferentes. En mis primeros años en Silleda los frisones parecían azules belgas. De todas formas, el lugar de España donde hay mejores terneros frisones sigue siendo en Silleda. No es lo que era, por supuesto, pero siguen viniendo ejemplares muy buenos. Si partimos del hecho de que las vacas frisonas son para dar leche, antes era mucho que una vaca diera 25 litros y hoy un ejemplar puede dar hasta 70 litros. Cambió mucho la producción. De todas formas, me sigo emocionando encontrándome con gente de aquellos primeros años que pasamos juntos en Silleda.

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